domingo, 2 de agosto de 2009

SÉPTIMO ANIVERSARIO DE ESTA COLUMNA
"El verdadero periodismo es intencional, a saber: aquel que se fija un objetivo y que intenta provocar algún tipo de cambio. No hay otro periodismo posible. Hablo, obviamente, del buen periodismo. Si leéis los escritos de los mejores periodistas, comprobaréis que se trata siempre de periodismo intencional. Están luchando por algo. Narran para alcanzar, para obtener algo. Esto es muy importante en nuestra profesión."Ryszard Kapuscinski, en "Los cínicos no sirven para este oficio"
Alabanza en boca propia es vituperio. Debemos evitar en lo posible la práctica de hablar en primera persona, no es saludable el egocentrismo ni el narcisismo porque son conductas propias del individualismo enfermizo que promueve el régimen imperante del modo de producción capitalista y la propiedad privada. Más sin embargo, por esta ocasión que considero especial, pido permiso a usted para referirme al séptimo aniversario de esta columna y del servidor que esto escribe.
Teniendo muy en cuenta que “las ideas dominantes en toda época han sido las de las clases dominantes”, hace ya siete años que por estas fechas comencé a escribir en este espacio que generosamente se me brindó, por la inquietud fundamental de participar en la intensa batalla de las ideas de nuestro tiempo. Alejado totalmente del pragmatismo neutral de los supuestos “librepensadores”, y provisto con las armas ideológicas de la trinchera en que milito inicié este espacio en busca de la agitación y la elevación de las conciencias, sobre todo de las masas trabajadoras.
A través de esta columna, y dada mi escasa capacidad teórica, hago un verdadero esfuerzo por comprender los cambios vertiginosos de nuestro tiempo y de alcanzar el ritmo inconmovible de las leyes de la dialéctica. El mundo corre a una velocidad impresionante; múltiples hechos se suceden uno tras otro que requieren de interpretación y enjuiciamiento objetivos para entender la realidad. La crítica constante que recibo en mi correo electrónico, lejos de anatemizarla, la agradezco y la contesto en términos cordiales, con el respeto que merecen los adversarios ideológicos.
Nunca he reclamado el hecho de que no se me invite a las celebraciones anuales con motivo de la libertad de expresión, esos ágapes que organizan las autoridades y la clase política para “agradecer” a los periodistas su labor informativa. Por lo que escribo, entiendo que soy una persona non grata en esos círculos donde muy a menudo se acostumbra medrar con lo que se escribe; algo que he aprendido durante estos años es que las plumas del pavo real se cotizan tan altas como el interés de sus compradores.
No soy como aquel periodista que reclamaba en su columna el hecho de no haber recibido la caja de galletas que otros comunicadores si recibieron de parte de un precandidato. El colega, profesor Jesús Payán Serrano, un priísta de la vieja guardia y claras convicciones, gusta decir en su columna que “se le murió una tía” cuando hay necesidad de justificar su ausencia en alguna comilona donde no haya sido invitado; yo digo, que si el precio que hay que pagar por mantener la independencia de nuestra opinión es el no ser invitado en donde mi presencia no es bienvenida, con gusto lo seguiré pagando, los días que me resten de vida. Mientras el director del periódico siga aceptando mis colaboraciones semanales, la Gaceta Proletaria seguirá siendo una humilde contribución a la batalla contemporánea de las ideas; una voz de los sin voz, y un espacio de denuncia permanente, siempre a favor de las fuerzas sociales que habrán de construir el porvenir.
Recuerdo que fue el día 8 de julio, verano del año 2002,
cuando decidí visitar las oficinas del periódico para entrevistarme con su
director, en aquel entonces era el periodista Luís Gómez Zamora, para
plantearle mis inquietudes y solicitarle un espacio para dar cabida a mis
colaboraciones periodísticas. Se portó atento y muy amable, accedió a mi
petición de manera inmediata, quedando de enviarle al día siguiente mi
primera colaboración; misma que fue publicada el 10 de julio de 2002. Tiempo después, se dio un cambio en la dirección del periódico y
fue el distinguido amigo Miguel Ángel Moreno Lago quien se hizo cargo como
Director del prestigiado diario hasta esta fecha, de quien sigo
recibiendo su trato amable y respetuoso para mis artículos, cosa que le
agradezco profundamente, pues todos mis artículos han sido publicados sin censura alguna.

No tengo como norma responder a las ofensas personales que llegan a mi
correo, sí respondo a la crítica seria y responsable. Alguien me preguntaba
muy ofendido ¿y tú quién eres, porqué lo haces, cuánto te pagan “maldito
comunista”? A él debo responderle: No soy un mercenario de la pluma,
tampoco un intelectual. No soy un cuadro académico ni profesionista, soy un
humilde obrero con conciencia clara de su clase y posición social, que ha
hecho de todo en la vida para su sobrevivencia. Mis pertenencias caben en una maleta, no soy afecto a las posesiones materiales, trato de ser fiel a la premisa “nada es para mí todo es para todos”

La formación clasista a la que aludo la he ido adquiriendo por los
caminos de la vida y en la militancia lombardista. Recuerdo que en 1976,
contando con 14 años de edad, acompañé a mi padre y mis hermanos al mitin de
cierre de campaña del PPS y su candidata, la profesora Petra Santos, en su
lucha por la Presidencia Municipal. La concentración se llevó a cabo en la
calle sexta, entre la avenida Zaragoza y Félix Contreras, sin lugar a
dudas, esa fue una de las mayores concentraciones políticas en la historia
de San Luís Río Colorado. Además de otros personajes, en el presídium del
mitin estaba en representación de la Dirección Nacional del PPS el compañero
Manuel Fernández Flores, mismo que hoy es nuestro dirigente nacional. Un
cierre de campaña apoteótico que dejó hondas huellas en la conciencia de mi
niñez; estoy seguro que la victoria electoral fue nuestra pero nos la
arrebataron.

Después en 1979, en la campaña de Fernando Peña Benítez, participé ya
de una manera más regular en los mítines, volanteando y haciendo pintas. A
resultas de esa campaña y de la entonces reciente Reforma Política de López
Portillo, Esteban Rojas Saldivar fue el primer diputado plurinominal surgido de San
Luis, y Juan García Terán, en ese tiempo dirigente municipal del PPS
(pariente de Nicolás Hernández Terán) fue Regidor del Ayuntamiento
encabezado por Rodolfo Rogel Villa en el trienio de 1979-1982. Después, el
servidor que esto escribe fue Regidor también en el trienio del presidente Jesús Bustamante Salcido de 1988-1991. Esas fueron mis primeras experiencias que marcaron la rebeldía de mi juventud y que me siguen dando aliento hasta hoy.

El sólo hecho de poder narrar esta pequeña historia en este espacio,
que dan cuenta de mi concepción del mundo y de la vida, demuestra que
nuestro periódico Tribuna de san Luís, que dirige atinadamente el
distinguido periodista Miguel Ángel Moreno Lago, no sólo le da cabida en sus
páginas a los politólogos e intelectuales de alto rango y elevada
preparación académica, sino también abre sus espacios a las opiniones de los
humildes trabajadores, como son los casos del compañero Nicolás Hernández Terán que escribe puntualmente la columna “Voces de la Calle”, y este servidor.

Esta columna puede leerse en el espacio que me brinda el periódico Tribuna de San Luis, de la Organización Editorial Mexicana (OEM); también es publicada por el semanario Alianza News, de San Francisco California, USA; en el periódico hecho especialmente para la internet, Diario Libertad, y en otros periódicos del país que reciben la colaboración y la publican esporádicamente. Si usted está interesado en leer artículos atrasados, puede usted acceder al blog de esta columna: gacetaproletaria.blogspot.com Ahí encontrará publicado el artículo que usted le interese. A todos los que me han dispensado su tiempo para leer la columna durante estos años, reciban de mi parte un fraternal y caluroso saludo. Gracias.

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