sábado, 24 de septiembre de 2011

LOS RIESGOS DE LA SUCESION PRESIDENCIAL
Pregúntese usted cuál es el plan ´´B´´ que está armando la derecha con el propósito de no entregar el poder bajo ninguna circunstancia a nadie que sea ajeno a la corriente ultraconservadora del país; pregúntese también si la civilidad democrática que demandaban de las víctimas del fraude electoral de 2006 podrán sustentarlo con su propia actuación frente a la estrepitosa derrota electoral a la que están condenados en el proceso electoral de 2012.
A estas alturas de la carrera por la sucesión presidencial la derecha ya siente sobre sus espaldas la derrota inminente porque ha tomado nota de la nueva realidad. Se han quedado solos frente a un pueblo enardecido por la ineficacia de sus políticas públicas, el abandono los desespera, no cuentan mas con el tradicional apoyo de la oligarquía ni el clero político porque éstos ya cambiaron sus preferencias por el priista Enrique Peña Nieto, la otra carta que garantiza la continuación de la sobreexplotación del pueblo en beneficio de las clases minoritarias. A juzgar por lo que se ve en el ambiente político, los cuadros de inteligencia de la cúpula panista echarán a andar el plan ´´B´´ para descarrilar la sucesión presidencial y quedarse en el poder para ganar tiempo en un proceso electoral posterior al establecido en el calendario.
Dicen que cuando el río suena es porque agua lleva, muchos son los analistas que han advertido sobre las maniobras que lleva a cabo para ese efecto el régimen calderonista. El señor Eduardo Andrade Sánchez, agudo analista y político priista es uno de los que advierte esa situación en su artículo titulado ´´¿Planean anular la elección?´´, publicado recientemente por los periódicos de la Organización Editorial Mexicana.
El artículo, en algunas de sus partes afirma, ´´…en ese escenario ¿podría el gobierno panista estar acariciando la idea de que si no puede ganar la elección, tampoco sea formalmente derrotado? Tan perverso propósito, acorde con la impresión de que el panismo prefiere que se pierda el país a perder la elección presidencial, se alcanzaría si se dieran las condiciones para anular las elecciones de 2012. Para ello haría falta un pueblo pasmado, desanimado, aterrorizado y desmovilizado; un IFE desprestigiado y debilitado y un PRI que se dejara espantar con el petate del muerto y perdiera combatividad envuelto en el temor a que lo pretendan identificar con la delincuencia.
Sigue diciendo el artículo ´´…lo ocurrido el pasado 15 de septiembre parece ser el ensayo general de la primera de esas condiciones. La plancha del Zócalo, tradicionalmente pletórica de una multitud entusiasta, deseosa solo de festejar su día nacional y ajeno a las expresiones políticas, presentaba un espectáculo desolador. Al pueblo, después de despojarlo de todo le robaron lo último que le quedaba: su fiesta, su alegría, su ´´ánima y su estilo´´, como diría López Velarde. Pero ¿a quién atribuir tamaña fechoría? La imputación al crimen organizado no parece sostenerse, sus latrocinios son materiales, no espirituales. ¿a quién benefició la ausencia de una masa cuyo descontento raya en el hartazgo, la desesperación, la indignación y hasta la cólera como lo mostraron voces que no pudieron ser acalladas la noche del grito, pese al abundante maquillaje televisivo?...´´ El articulista sentencia que sólo basta que se de el supuesto legal de la no instalación del 25 por ciento de las casillas electorales para que se anule la elección presidencial, y el crimen organizado puede ser el pretexto perfecto para ello. Y por ahí sigue el desarrollo del artículo mencionado.
El autor del artículo, por ser un priísta convencido, ve en Enrique Peña Nieto la solución a los problemas que él menciona, de lo cual discrepo de lado a lado. Yo le agregaría a la opinión del articulista lo siguiente: En primerísimo lugar hay que recordar que fueron los legisladores priístas los que le alzaron la mano a Calderón el primero de diciembre de 2006, si él está en la silla presidencial conduciendo al país al despeñadero la culpa es del PRI y de nadie más, tuvieron la oportunidad de atajarlo a tiempo. Pero cómo evitarlo si el voto de cada legislador estuvo a razón de diez millones de pesos por mano alzada.
Y en segundo lugar: aún si la derecha decidiera darse por vencida y aceptar la entrega formal del poder al ex gobernador mexiquense, la tragedia para el país no acabaría con ése hecho, sería la prolongación de la ´´decena trágica´´ del panismo en el poder, porque en esencia son lo mismo. Resulta irrefutable que la simbiosis del ´´Nuevo PRI´´ con el viejo PAN, dio como resultado la actual dictadura neoliberal que ahoga al pueblo. Yo sostengo que la verdadera alternativa para salvar al pueblo es otra, es afrontar el camino tajante de las grandes rectificaciones nacionales, el combate frontal a los problemas insolutos no está en sostener en el poder la dictadura prianista. Por el contrario, el camino, el único camino que hay está a la izquierda.
San Luis Río Colorado, Sonora, sábado 24 de septiembre de 2011