sábado, 30 de julio de 2011

LA EDUCACION ES UN EFECTO, NO UNA CAUSA. II
Última parte
Dice el estimado Roemer Pompa en su artículo que ´´…No hay otro camino más que la educación de calidad. Necesitamos crear nuestro sistema y tener como prioridad nacional ciudadana y de gobierno. Sin esto no será posible estar por encima de la pobreza y el rezago económico mundial…´´ Intuyo que lo que quiere decir el autor de ´´Afán político´´ en sus palabras es que se requiere una verdadera revolución educativa que transforme al país, pues bien, y quién la haría en la etapa neoliberal actual, acaso la maestra Elba Esther Gordillo, o quizás Enrique Peña Nieto, el candidato preferido de la oligarquía, o acaso el ´´Estadista´´ de las clases satisfechas Manlio Fabio Beltrones, el sonorense neoliberal, formado en el salinismo puro y precandidato del continuismo de la tragedia nacional?
Lo que yo entiendo es que, efectivamente se requiere una revolución educativa, pero ésta sólo será resultante de una profunda transformación social, política y económica, es decir, de una revolución que afecte todos los campos de la sociedad, y en estos momentos sólo hay un candidato que la sustenta de manera contundente en su discurso y es Andrés Manuel López Obrador. Porque entiendo también que nunca ha existido escuela neutral ni Estado sin filosofía educativa propia, el desastre que hoy vivimos en este y todos los campos es el resultado del Estado neoliberal y mientras este no cambie ni la educación ni el resto de la tragedia cambiará. Porque lo que necesitan actualmente las economías fondomonetaristas es una escuela formadora de mano de obra esclava, barata o casi regalada, para sostener el costo de las élites financieras en todo el mundo.
La escuela como transformadora del régimen social, como vehículo que va a realizar cambios trascendentales en la vida de la comunidad humana es una falsedad científica, quienes sostienen esta teoría están apoyándose en la ignorancia de las leyes que rigen la vida de los hombres. La educación, el derecho, la religión, las artes, son efectos, no son causas; pueden obrar sobre la comunidad de la cual surgieron, pero son productos de una conciencia colectiva, y no los creadores de un estado del pensamiento colectivo. A un régimen determinado de la sociedad humana corresponde una manera especial de juzgar las cosas, una manera especial de concebir el tipo de hombre que la humanidad necesita para hoy y para el porvenir; a un régimen social determinado corresponde también una forma especial de entender la belleza y de expresar el valor estético de la vida; a un régimen social determinado corresponde una forma especial jurídica de entender las relaciones de los hombres con el Estado.
La escuela por sí sola nunca ha hecho la revolución, nunca ha hecho ningún cambio trascendental en la vida de ningún pueblo. Ha contribuido, sí, porque todos los productos de la sociedad humana, cuando se convierten en fuerzas, en instituciones públicas, reaccionan sobre la propia sociedad, la conducen e influyen en la formación de su propia estructura.
Es un arma poderosísima la educación y su instrumento, la escuela, para contribuir a formar la conciencia del pueblo; pero no es la escuela la creadora de ningún régimen nuevo en la historia de los hombres. De tal manera que las afirmaciones del doctor Roemer, haciendo suyas las joyas planteadas por Andrés Oppenheimer en su libro son falsas porque, no hay escuela neutral, su papel no es trascendental ni mucho menos revolucionaria. La verdad es otra, la educación es fruto de un estado determinado de la sociedad, no sólo sirve para justificar el régimen histórico dentro del cual se ha producido, sino también para preparar la conciencia popular con objeto de apuntalar la existencia del régimen que la engendró.

viernes, 22 de julio de 2011

LA EDUCACION ES UN EFECTO, NO UNA CAUSA.
-Primera parte-
Tengo por costumbre leer las columnas y todo artículo de opinión que se publique en este diario Tribuna de San Luis, máxime cuando éstos son de contenido político-filosófico, porque me obligan a reflexionar desde mi posición clasista. Uno de tantos de los que leo con mucha atención es el espacio que escribe el doctor Roemer Pompa, el que ha hecho de ´´Afán Político´´ su rincón particular para filosofar desde ahí con sus lectores, desde el punto de vista pequeño burgués; como podríamos decir de la mayoría de los profesionistas de ´´cuello blanco´´, totalmente desvinculado de la verdadera realidad, burgueses en el pensamiento y explotados en la vida diaria, como técnicos educados para servir al régimen capitalista.
El estimado doctor Roemer abordó en uno de sus artículos pasados el contenido de un libro escrito por el periodista y comunicador Andrés Oppenheimer, bueno, cada quien tiene derecho a leer sus ´´clásicos´´ que quiera, donde se analiza el tema educativo a nivel global desde la perspectiva particular de alguien que cree en las joyas del pensamiento burgués.
En tal libro -dice el doctor- se asienta entre otras cosas, que las economías que se han desarrollado más son aquellas que han enviado más estudiantes a formarse en las escuelas del imperialismo estadunidense. Es decir, mientras México sólo tiene 13 mil estudiantes en aquellas escuelas, Singapur sostiene a 103 mil estudiantes en EU. Puedo percibir sin haber leído el citado libro, pero por lo que asienta el doctor Roemer en su artículo que, sin cuestionar ni por asomo a la madre de toda las causales que es la estructura económica y el régimen imperante, el problema fundamental de todo el desarrollo de una nación se reduce a la calidad educativa, tal como si ésta surgiera de la nada, de manera espontánea. Para esta clase de libre-pensadores solucionando el problema de la educación queda resuelto de una vez y para siempre el problema del desarrollo de un país; como si arreglar la pata de una mesa fuera suficiente para restaurar lo podrido de la madera que la compone.
Qué fácil para el periodista lacayo del imperio, mandando más estudiantes a las altas escuelas del imperialismo resolvemos el problema de nuestro subdesarrollo. Hay que recordar que, esa ha sido precisamente la estrategia imperialista, atraer estudiantes sobresalientes de las economías débiles para saquear la inteligencia y quedarse con ella, y sobre todo para formarlos e imponerles su cultura, sus intereses y modo de vida, pero no para resolver nuestros problemas sino para que regresen a sus países a realizar los cambios que ellos necesitan para lograr su dominación económica y política.
A EU, en nuestro caso, les bastó con llevarse a estudiar a Carlos Salinas y Ernesto Zedillo para torcer el rumbo del país hacia la derecha y poder saquearnos en su beneficio. Por lo contrario, hay que recordar que Benito Juárez y Lázaro Cárdenas, los mejores presidentes que ha parido nuestra historia, no necesitaron ir a estudiar a Estados Unidos para gobernar con patriotismo y acelerar nuestro proceso histórico.
Y a confesión de parte relevo de pruebas. En 1924, el funcionario que fungía como secretario de Estado norteamericano, Mr. Lansing, en interesante documento presentado al entonces presidente estadunidense, Wodrow Wilson, escribía: ´´…a México es fácil dominarlo, basta con tener de nuestra parte a una sola persona. Habrá que esperar a que jóvenes mexicanos vengan a estudiar entre nosotros, que se imbuyan de nuestros valores y nuestro modo de pensar. Ellos se encargarán de hacer los cambios que nos convienen y serán hasta más radicales que nosotros…´´ Y así resolvieron su problema, no el nuestro. Desde ese tiempo, en 1920, ya las aulas de la universidad de Harvard esperaban a Carlos Salinas de Gortari, que a la postre sería presidente de México. Su encomienda principal que cumplió a pie juntillas, degradar a la Revolución Mexicana a la categoría de ´´mito´´, durante el primer Informe de Gobierno en septiembre de 1989.
Ese es el camino que se nos sigue señalando para resolver nuestro subdesarrollo y que se nos plantea como novedoso, mandar a nuestros hijos a estudiar a los EU para que los devuelvan ya programados bajo su credo. –continuará