sábado, 21 de enero de 2012

CON AMLO, EL JUARISMO RETORNA A PALACIO NACIONAL
La tragedia que vive el país exige de quien aspire a tomar el poder una clara definición ideológica y un profundo patriotismo y de compromisos claros con el pueblo, de ninguna manera aceptará al abanderado del repugnante pragmatismo en la persona de Enrique Peña Nieto y el priismo neoliberal. Porque tal centrismo ideológico colocado falsamente por encima de la lucha de clases ha demostrado ya su ineficacia y se ha probado que responde a una táctica de lucha del capital expoliador en perjuicio del pueblo.
Andrés Manuel López Obrador es un juarista convencido y no tiene empacho en decirlo a los cuatro vientos, es el único aspirante a la presidencia de la República que no tiene temor a comprometerse y declarar su ideología abiertamente. Propone con claridad el camino que debe seguir el pueblo para restaurar la República hoy mancillada por la derecha pripanista encaramada en el poder; AMLO encarna la continuación de nuestro proceso histórico bajo el hilo conductor de las grandes luchas que nos han forjado como nación.
México tiene dos caminos a seguir en esta sucesión presidencial. Uno de ellos, representado por el mexiquence Peña Nieto, que propone la continuación del mismo camino andado durante los últimos cinco sexenios, es decir, la aplicación del neoliberalismo y sus desastrosos resultados; el mismo que hoy se declara abiertamente ´´pragmático y alejado de las ideologías´´, posición comodina que le ha ganado el galardón de pretenso mayordomo, o lo que es lo mismo, la candidatura oficial de la oligarquía nacional y extranjera. Frente a este comodino tan publicitado mediáticamente por la fuerza política y económica del capital, rodeado de aduladores y lambiscones que le tienden la alfombra, se encuentra un juarista republicano que recorre los caminos de México, armando la conciencia colectiva del pueblo mexicano para afrontar esta batalla electoral que decidirá el futuro del país.
López Obrador propone la instauración de una ´´República Amorosa´´, y usted se preguntará que significa esto, ¿acaso el tabasqueño ya se convirtió en un romántico esotérico? En unas cuantas líneas el artículo de Pedro Miguel nos explica qué es una República amorosa: ´´Es un país que deja de lado la rifa de oportunidades y establece la certeza de los derechos. Es un territorio para quienes lo habitan, no para los zopilotes mineros y energéticos transnacionales. Es una nación que invierte en el conjunto de sus habitantes en vez de invertir en 40 mafiosos. Es un colectivo humano que preserva el patrimonio de sus nietos, sus bisnietos y tataranietos.
Es una sociedad que protege a sus integrantes más débiles; que garantiza salarios remunerados a los trabajadores y precios justos a los productores del campo. Es un Estado que educa antes que reprimir; que cura antes que encarcelar; que supera los rezagos sociales en vez de enviar al Ejército a combatir sus consecuencias. Es un país que da prioridad a las escuelas sobre los casinos, a la producción sobre la especulación, a la obra de gobierno sobre las campañas pragmáticas. Es una nación que recupera su historia; que cuida y promueve su diversidad cultural y étnica.
Es una república sin influencias ni privilegios al margen de la ley, sin empresarios que hacen política bajo la mesa ni políticos que se vuelven empresarios a los seis meses de estar en el cargo. Es una nación en la que se respeta a la autoridad no por su capacidad represiva, sino porque representa los intereses de la ciudadanía. Es un país respetuoso de sus minorías y preocupado por el bienestar de sus mujeres, de sus estudiantes, de sus indígenas. Es un Estado que no lanza a las calles a sus ancianos y sus niños, ni expulsa al extranjero a los campesinos y a sus trabajadores. Es una determinación colectiva de impulsar la salud de todos, la educación, la investigación y la cultura.
Es un espacio libre de monopolios, de poderes fácticos, de mafias incrustadas en las oficinas públicas. Es un entorno para vivir, y no para morir de desnutrición, de desesperanza o por efecto de la violencia. Una República amorosa es la realización del Nuevo Proyecto Alternativo de Nación´´ Y yo le agregaría que, una República con las cualidades como la descrita en el citado artículo, es la culminación de la cuarta etapa de nuestro proceso revolucionario, después de la Independencia, la Reforma y la Revolución Mexicana, es el pueblo de México transitando su camino histórico.
Si el pueblo, en pleno uso de su soberanía, decide llevar con su voto al Proyecto Alternativo de Nación hasta Palacio Nacional, estará retornando la ideología del juarismo al poder, y recuperando el hilo conductor de todas las luchas históricas que han forjado a la nación.
El pueblo de México está ansioso de superar la presente etapa de engaños y demagogia pragmatizante, de la verborrea que estilan los tecnócratas de la derecha o los del ´´nuevo PRI´´ con Peña Nieto, ellos son los responsables de la tragedia que vive el país, son éstos los que nos han hundido. Construir un futuro luminoso para todos es una tarea que les corresponde al pueblo y sus más preclaros conductores.
San Luis Río Colorado, Sonora, México. 21 de enero de 2012

sábado, 14 de enero de 2012

¡LARGA VIDA A LA REVOLUCION BOLIVARIANA!
Estimados compañeros y amigos, al amanecer el año nos encontramos con una buena noticia que considero debemos destacar por encima del cúmulo de problemas y obstáculos que afrontan la mayoría de los pueblos en sus luchas emancipadoras. Dentro del mar de problemas también hay noticias positivas; el desarrollo de los pueblos es desigual, no marchan al mismo ritmo, mientras los pueblos europeos dan la batalla por conservar los estándares de seguridad social alcanzados durante varias décadas de lucha, hoy severamente cuestionados y amenazados por la terrible crisis del capitalismo, en Venezuela es otra historia diametralmente opuesta, la Revolución Bolivariana avanza hacia una nueva etapa de conquistas que aseguran el bienestar de su población.
Hasta culminar el año 2011, el Sistema de Seguridad Social de la República de Venezuela era más o menos similar al de cualquier otro país de Latinoamérica, Europa, Estados Unidos, Canadá y Japón. En todas estas naciones, los trabajadores afiliados o cotizantes, llegada la hora de jubilación, disfrutan de una pensión que les permitirá pasar el resto de su vida protegido con una mediana seguridad económica y asistencia médica. Y en el caso de México, por ejemplo, da lo mismo si el trabajador lo había sido en el sector público o en el privado.
Con algunas diferencias por país, en general la edad de jubilación promediaba los 60 años. Ahora mismo en algunos países europeos, Gobiernos reaccionarios están pugnando por un aumento en la edad de jubilación, so pretexto del incremento cuasi universal, cierto e indiscutible, en la esperanza de vida.
Más allá de la discusión de lo justo o injusto de ese aumento en la edad jubilatoria, digamos que lo más importante del asunto radica en que los jubilados quedan protegidos por una pensión hasta el final de sus días, siempre y cuando se trate de trabajadores afiliados al sistema de seguridad social. ¿Pero qué pasa con los trabajadores que nunca se afiliaron o no fueron afiliados a la seguridad social –campesinos, productores y vendedores por cuenta propia, taxistas, plomeros, pescadores, albañiles y millones de mujeres que jamás se emplearon fuera del hogar-?
Pues sencillamente que no pueden disfrutar de una pensión jubilatoria. Millones y millones de personas alrededor del mundo que para sobrevivir con decoro sus últimos años deben depender de los hijos, si los hubo y si éstos están dispuestos a sostener a sus padres ancianos, de la venta o alquiler de una propiedad, de unos posibles ahorros o de cualquier otra forma de ingreso o sostenimiento distinto a una pensión jubilatoria de carácter público.
Salta a la vista lo injusto de un sistema de seguridad social así diseñado y excluyente por definición. Máxime cuando vivimos en tiempos en que el desempleo es el flagelo planetario. Había que poner remedio a esa injusticia. Y, por primera vez en la historia, que yo sepa, ya se está haciendo en Venezuela. A partir del primer día de éste año 2012, la ley venezolana dotará de una pensión jubilatoria a todas las mujeres mayores de 55 años y a todos los varones de más de 60, sin que importe si fueron afiliados o cotizantes a la seguridad social o si, habiéndolo sido, no completaron el mínimo de cuotas establecido por la antigua ley para tener derecho a la pensión jubilatoria o por vejez. Porque, como dijo el Presidente Hugo Chávez al poner en vigor la nueva ley, se trata de ´´ir rompiendo con los paradigmas injustos que heredamos del pasado´´.
A partir de la fecha citada, esas mujeres de más de 55 años, y esos varones mayores de 60 que no tenían derecho a una pensión jubilatoria, recibirán una hasta el fin de sus días. El monto de la pensión será equivalente al salario mínimo: mil 548 Bolívares –la moneda venezolana-, algo así como unos 360 dólares de Estados Unidos, o unos cinco mil pesos mexicanos mensuales.
Ciertamente cinco mil pesos al mes no es mucho, pero permite un final de la existencia decoroso. Y si se trata de un matrimonio, la suma de ambas pensiones llega a los diez mil pesos mexicanos al mes. Se trata de una medida de la más estricta justicia social para los abuelos hasta ese momento desprotegidos. Es una medida justiciera, producto de una revolución justiciera y de un Gobierno justiciero. ¡Larga vida a la Revolución Bolivariana!

sábado, 7 de enero de 2012

Continúan Vigentes los Salarios ´´del Bien Común´´
La esperanza de mejorar el nivel de vida de millones de trabajadores que subsisten con el salario mínimo se desvaneció nuevamente, al conocerse el acuerdo adoptado por el Consejo de Representantes de la Comisión Nacional de Salarios Mínimos el pasado 20 de diciembre de 2011, mismo que establece los ´´aumentos’’ por cada zona geográfica para el año 2012. Y bien, éstos son los salarios ´´para vivir mejor´´ que quedaron establecidos para entrar en vigor el pasado primero de enero. Agregándose un incremento de 4.2 por ciento la zona geográfica A alcanza los $62.33 pesos diarios, la zona geográfica B $60.57 pesos, y la C $59.08 pesos diarios, cantidades con las cuales el patrón tendrá derecho a seguir ordeñando la plusvalía a los trabajadores.
A partir del primer día del año las cúpulas empresariales de la mano del charrismo sindical y el gobierno de derecha, integrantes todos de la nomenclatura neoliberal, le dieron la bienvenida a los nuevos salarios insultantes en plena decisión unitaria, sin tener al frente ninguna oposicisión seria de parte de las fuerzas que se dicen progresistas, el golpe asestado año tras año a la clase trabajadora se ha hecho costumbre y acabado por aceptarse sin mayores reclamos, quedando los trabajadores en la orfandad y con las manos amarradas frente a sus explotadores.
Decir que el salario mínimo es inconstitucional resulta ya obsoleto y rebasado porque no es una excepción sino la regla, es la continuación histórica de una agresión imperturbable desde hace cinco sexenios por los voceros del fondomonetarismo en el poder, una política salarial que alcanza todos los calificativos posibles de la barbarie, cruel, infame, salvaje e inhumana. Que dicta y somete al trabajador a la peor de las degradaciones, de esclavo asalariado aplicado por Marx desde el surgimiento y desarrollo del capitalismo a bestia de carga en la actual etapa de la globalización neoliberal. Resulta inconcebible que una junta de rufianes dictamine que un salario mínimo es suficiente para que el trabajador y su familia puedan satisfacer sus necesidades más elementales como lo ordena la Constitución y la Ley Federal del Trabajo.
Y usted se preguntará cuál es el conjunto de fuerzas que hacen posible esta barbarie y no batallamos para ubicarlos. Son las reglas impuestas por el capitalismo financiero y monopolista y quienes las operan en nuestro país, el PRI y el PAN, entre todas ellas constituyen una tiranía económica y política que considera que los aumentos salariales son inflacionarios, y que por tanto su crecimiento debe ser restringido. Tan ridícula posición uniclasista es insostenible, pues la única mercancía controlada por el gobierno es el precio del trabajo, porque todas las demás, y sobre todo las que integran la canasta básica de consumo popular llevan una carrera alcista inalcanzable para el bolsillo del trabajador.
Las tesis antiobreras que arropan a la Comisión Nacional de Salarios Mínimos la hace totalmente injustificable e innecesaria, todo su consejo de representantes incluido el charrismo sindical responden por igual a las tesis que castigan el bienestar de los trabajadores; toda la integración es totalmente ajena a las necesidades del asalariado y se unen al festín de las clases explotadoras
Es la política salarial la que castiga el desarrollo del mercado interno al negarle al pueblo su capacidad de compra y con ello su bienestar, es la culpable de ensanchar el precipicio de la desigualdad social. En México, la cifra de pobres entre 2008 y 2010 creció más de 3 millones, siendo el país en donde más aumentó la indigencia: 40.8 millones son pobres; el 36.3 % de la población. Lo anterior representa la pérdida de la dinámica de crecimiento y ratifica el desequilibrio entre estabilidad y crecimiento. La macroeconomía por sí misma no genera empleos ni supera la pobreza salarial, ni el crecimiento económico como fin garantiza el bienestar de las clases mayoritarias.
La Organización para la Cooperación y Desarrollo Económicos –OCDE-, dio a conocer en París su informe ´´Divididos Estamos, Porque la Inequidad Sigue Creciendo´´. En este se apunta la progresiva desigualdad en nuestro país, México tiene el segundo nivel más elevado de desigualdad de los ingresos en la población activa de la OCDE. La Brecha entre familias ricas y la población pobre es de 26 veces. El mismo José Ángel Gurría, Presidente del organismo externo: ´´Este estudio hace desvanecerse la asunción de que los beneficios del crecimiento gotearán automáticamente a los desfavorecidos´´.
La emancipación de los trabajadores deberá ser obra de ellos mismos, no vendrá como una concesión graciosa ni por la conmiseración de las clases explotadoras. La amarga situación de las clases sufrientes no es por castigo divino, tiene solución, en sus manos está el terminar con este régimen infame que lo oprime y le niega el bienestar a que tiene derecho. La justicia salarial deberá ser una prioridad de inmediata resolución para el nuevo régimen que sustituirá al prianismo en el poder.