sábado, 27 de noviembre de 2010

LA DERECHA Y EL SINDICALISMO

Cuál debe ser el papel del sindicalismo y del movimiento obrero organizado en general en esta hora crucial que vive el país, ¿colaboracionismo con la derecha y su proyecto de exterminio de las conquistas históricas del proletariado, o hacer del sindicato un verdadero instrumento de lucha por la sobrevivencia de de éstas y por la liberación definitiva de la nación?. Como dijera el ilustre ideólogo de la Revolución Mexicana, Ricardo Flores Magón: ´´la libertad no se conquista de rodillas sino de pie…´´, todos los trabajadores que poseen un mínimo de conciencia de clase saben perfectamente que, ha partir de que la derecha se hizo del mando en el país todas las conquistas logradas durante décadas de lucha y sacrificios están en peligro de ser anuladas definitivamente, el único camino que le queda para preservarlas es ponerse de pie y luchar por ellas. Por lo mismo, queda perfectamente claro que la alianza y el colaboracionismo con la derecha equivale a regresar a la condición de esclavo.
La alianza entre el sindicalismo y la derecha es contranatura, antihistórica, antipatriótica e inmoral. El abierto colaboracionismo entre estas categorías económicas antagónicas traiciona y castiga los intereses de la clase trabajadora, ni más ni menos porque la derecha es la enemiga por antonomasia de los trabajadores y sus conquistas históricas. Baste saber cuáles han sido y son los proyectos que han enarbolado estas fuerzas para contrarreformar la Ley Federal del Trabajo en beneficio del capital financiero y monopólico. Entre otros, a saber: anulación de los contratos colectivos de trabajo y el derecho de huelga, pago por horas y contratos a prueba, eliminación de la tutela del Estado en favor de los trabajadores para dejar en manos del derecho civil las relaciones obrero patronales, las disputas serían de igual a igual entre trabajadores y patrones en los juzgados civiles, terminando con la protección estatal de las clases más débiles. La derecha siempre ha considerado que los aumentos salariales son inflacionarios y mantiene hasta hoy una política salarial restrictiva y criminal. Si a pesar de conocer bien la propuesta de la derecha en materia laboral algunos líderes venales han entregado a sus sindicatos a manos de sus enemigos históricos, es por la compra de esquiroles y no porque el movimiento obrero haya elegido libremente el camino del suicidio colectivo.
La línea del sindicalismo revolucionario sigue viva y actuante desde que el maestro del proletariado nacional, el genial Vicente Lombardo Toledano, aplicó su tesis en la fundación y conducción de la Confederación de Trabajadores de México –CTM-, dándole el carácter de instrumento de combate, uniendo los genuinos intereses de los trabajadores a las reivindicaciones nacionales, rechazando categóricamente el oportunismo y el colaboracionismo que adoptó la central obrera con los dirigentes que lo sucedieron.
En la actualidad, la línea de acción del sindicalismo revolucionario sigue siendo mantenida por el glorioso Sindicato Mexicano de Electricistas, el que aún siendo desaparecida ilegalmente su fuente de trabajo, continúa la lucha en defensa del patrimonio público de la nación y demandando el restablecimiento de su fuente laboral. El linchamiento mediático orquestado desde el gobierno federal contra este sindicato no ha logrado impedir que el pueblo se entere de la verdadera razón de la desaparición de Luz y Fuerza del Centro, que es la venta a precio de regalo de la fibra óptica. El SME es ejemplo de lucha, de sacrificio y resistencia, ante la persecución de que son objeto, esto lo ha colocado en la mira del régimen reaccionario, el que ha utilizado toda su fuerza para desprestigiarlo, dividirlo y desarticularlo, pretendiendo su liquidación definitiva para evitar que cunda el ejemplo en las filas del movimiento obrero.
La derecha odia al sindicalismo pero los necesita para legitimar sus proyectos. Desde que Carlos Salinas asumió el poder arrancó en su fase más radical el proyecto privatizador de la economía nacional y necesitaba, por supuesto, del apoyo de los sindicatos y sus líderes para llevarlo a cabo. Cuando se publicitaba la privatización de Telmex ´´para modernizar al país, vendiendo bienes para remediar males´´, en gira por Europa, en la comitiva presidencial se placeaba el hasta hoy dirigente del Sindicato de Telefonistas, Francisco Hernández Juárez; en cada evento en que las cúpulas empresariales europeas ovacionaban al presidente modernizador, Salinas decía: ´´…miren, aquí está el dirigente del sindicato de telefonistas, él está de acuerdo en la privatización de Telmex…´´. Abundando en la misma línea de entreguismo, tenemos en Joaquín Gamboa Pascoe un caso verdaderamente patético; este le entregó la CTM a Felipe Calderón antes de la declaratoria de presidente electo, su burdo colaboracionismo con el régimen reaccionario es total.
La derecha sigue comprando líderes venales para sus propósitos. A muchos debería de llamarnos la atención la escasa información que se ha filtrado acerca de lo que se vive en el segundo sindicato más grande de nuestro país, el SNTSS. Ni siquiera los medios de comunicación nacionales han dado a conocer las aberraciones en las que ha incurrido el actual Comité Ejecutivo Nacional (CEN) y específicamente su secretario general Dr. Valdemar Gutiérrez Fregoso, -diputado federal del PAN- para preservarse en el poder al frente de los destinos de un sindicato que a lo largo de su historia ha luchado para ser un ejemplo en la defensa de sus agremiados sin afectar el patrimonio de sus dueños que son los más de 50 millones de mexicanos que reciben el beneficio de la seguridad social.
La historia reciente de esta organización quedará como uno de los periodos más obscuros en la historia del sindicalismo en México; atrás ha quedado la histórica lucha por la preservación de los derechos en materia de jubilaciones y pensiones que cimbró al país hace escasos 6 años, adelantándose a lo que se habría de vivir en Grecia hace unos meses y actualmente en Francia, hechos que por si mismos hablan del gran desajuste social que ha provocado la implantación del sistema económico neoliberal.
Los trabajadores del Seguro Social estan siendo testigos de cómo una organización fuerte y probada puede ser destruida desde sus cimientos y convertirse en un laboratorio de pruebas en el que se aplican medidas de "cambios internos" que provocan el debilitamiento de sus bases democráticas y se instalan los viejos esquemas del sindicalismo corporativo que tanto daño han provocado en la clase trabajadora de nuestro país. Con estas acciones se cambia el esquema estratégico de confrontación que venía realizando el gobierno federal en contra de los sindicatos de corte independiente y que han sido aplicadas con nulos resultados en los casos del SME y Mexicana de Aviación quienes han soportado estoicamente el embate de Lozano Alarcón y los tribunales judiciales.
Como resultado de esta estrategia, el sindicato del IMSS ha padecido innumerables tropelías por parte de su dirigencia nacional, tales como la entrega del régimen Solidario de Jubilaciones y Pensiones a cambio del individual conocido como AFORE, perdiendo para las generaciones de nuevo ingreso el derecho a vivir una vejez justa. Aunado a esto, hace dos años se procede a la prorroga, sin discusión, del tiempo de gestión de los Secretarios Generales de 4 a 6 años provocando el salto de una generación de sindicalistas que esperaban su participación en los diferentes procesos electorales internos. A lo anterior se suma el hecho ocurrido el pasado 11 de octubre cuando se da un "golpe de facto" que le permite al panista y legislador Valdemar Gutiérrez quedarse por un periodo de 6 años más al frente de esta organización, sin tener que verse obligado a enfrentar un proceso de elecciones de lo que creemos no saldría airoso. El régimen panista sembró en la dirigencia del SNTSS lo que será una pieza clave en la privatización de la seguridad social, o lo que es lo mismo, la promoción desmesurada del asistencialismo a través del Seguro Popular para ir eliminando gradualmente la protección social del trabajo como lo ordena la Constitución.
Ante la confusión que puede haber en algunos integrantes del movimiento obrero organizado sobre el papel que debe desempeñar el sindicalismo, es útil recordar por lo menos una síntesis de los conceptos generales del sindicalismo revolucionario, de las tesis del maestro Vicente Lombardo Toledano.
CONCEPTOS GENERALES DEL SINDICALISMO REVOLUCIONARIO
Dr. Vicente Lombardo Toledano: ´´Los sindicatos son organizaciones de masas, de frente único, integrado por individuos, de ideas políticas diversas, de creencias distintas, que se asocian para defender sus intereses económicos y lograr reivindicaciones exigidas por todos, a fin de mejorar su nivel de vida y su preparación profesional y cultural
´´Las organizaciones de masas no son partidos políticos; pero hay una manera fácil de saber cuales desempeñan el papel para el cual fueron creadas y cuales no; las organizaciones que aceptan, como base de su actuación, el principio de la lucha de clases, son organizaciones revolucionarias; las que no quieren mencionar ese principio deliberadamente o lo niegan, reemplazándolo por el “colaboraciónismo de clases”, “armonía entre capital y trabajo” o por otro igual no son revolucionarias. Además, no solo pueden, sino que deben contribuir con su opinión y la movilización organizada y bien dirigida de sus contingentes a la solución de los problemas del pueblo y de la nación, y a la unidad y a las luchas de la clase obrera internacional, sin entrar en competencia con los partidos, a los que les corresponde la dirección de la política del pueblo. Porque cuando la clase trabajadora solo se preocupa por sus reivindicaciones económicas, sin situarlas dentro del desarrollo de su país y del ámbito internacional, corre el riesgo de caer en lo que se llama “economicismo”, caminando con mucho esfuerzo y perdiendo constantemente lo que logra, sin darse cuenta siquiera de las causas que destruyen sus pequeñas conquistas materiales.
´´Lo importante para la clase obrera, sindical o políticamente organizada es darse cuenta de que su tarea histórica esencial es la de crear las condiciones para hacer posible la desaparición del régimen de la explotación del hombre por el hombre.
´´Por ejemplo, la lucha de clases es la contradicción natural entre la clase propietaria del capital y la clase proletaria; nadie la ha creado, sino que es la consecuencia de la sociedad dividida en clases con intereses opuestos. La única manera de liquidar la ´´lucha de clases, es abolir la propiedad privada de los instrumentos de la producción, para que no exista si no la propiedad perteneciente a toda la sociedad.
La clase obrera también se le define o conoce como proletariado; porque la palabra proletariado se usa para significar que el obrero no cuenta con mas capital que su prole, sus hijos, que serán nuevos proletarios al llegar a la edad en que puedan comenzar a producir´´; Hasta aquí la síntesis lombardista. Esquiroles que puedan trabajar para la causa de los enemigos históricos de la clase obrera siempre los habrá, pero será la gran mayoría de los productores del capital los que acudirán a su cita con la historia.
San Luis Río Colorado, Sonora, México. 27 de noviembre de 2010
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sábado, 20 de noviembre de 2010

EL CICLO HISTORICO SE REPITE
EN EL CENTENARIO DE LA REVOLUCION MEXICANA
La única ley inconmovible es la ley del cambio. De la mano de las leyes de la dialéctica todos los pueblos de la tierra –unos más pronto y otros más tarde- transitan la ruta de los profundos cambios y transformaciones sociales; la rueda de la historia es imparable. Las generaciones actuales están sintiendo en carne propia la conmoción del presente que dará lugar al porvenir.
El detonante de esos cambios cualitativos en esta etapa de la evolución histórica, es sin lugar a dudas la explosión del modelo económico neoliberal en el orbe entero, mismo que derivó en la catástrofe financiera que sacude todos los basamentos teóricos que sostienen al caduco orden económico internacional. El desempleo y la hambruna crecen al mismo ritmo que la contracción de las economías; la privatización de la ganancia y la socialización de las pérdidas, como piedra angular de las políticas neoliberales, ha conducido a la sobreexplotación de la clase trabajadora y mermado sensiblemente sus conquistas históricas. Ha quedado demostrado a lo largo de la historia, que cuando las relaciones de producción entran en contradicción insalvable con el desarrollo de las fuerzas productivas se han desencadenado los procesos sociales de más grande envergadura.
Sin embargo, el camino de los pueblos hacia su liberación nunca ha sido libre de obstáculos y resistencias; una y otra vez se ha tenido la necesidad de vencer en fieras batallas a las fuerzas retardatarias que se oponen a la marcha de la historia.
En nuestro país, la gran pregunta es cómo se resolverán las profundas contradicciones sociales que se han ido acumulando a lo largo del reinado de la dictadura neoliberal; no podemos saber si será a través de una gran convulsión social la que abra el camino a los cambios cualitativos de manera súbita, o será mediante una emancipación pacífica institucionalizada. Si los cambios serán violentos o no depende de la resistencia que ofrezcan las clases privilegiadas ante la liberación del pueblo. Hay que decirlo, resolver las contradicciones mediante los mecanismos de la democracia formal es una ruta que cada vez se ve más lejana, sobre todo después del fraude electoral del 2006. El altísimo grado de abstencionismo electoral es una muestra de que el ciudadano no se siente representado en sus intereses por los partidos políticos actuales, y es claro que ese descontento popular está buscando otras vías para expresar su inconformidad. La idea de que con el voto se resolverán las contradicciones sociales se ha ido alejando cada vez más de la población; el acto de sufragar es percibido más como un acto para legitimar y conservar, no para cambiar.
Revisemos brevemente las contradicciones sociales que originaron el estallido social de 1910. ¿Qué fue la Revolución Mexicana? La vía de la violencia armada como única alternativa, porque todos los demás cauces se habían cerrado a la solución de contradicciones profundas que se acumularon en el seno de la sociedad mexicana. Contradicciones insalvables entre las comunidades indígenas y los campesinos que habían perdido todo, tierra y libertad, frente a los hacendados; contradicciones profundas entre el proletariado rural y los hacendados, porque los primeros carecían de todo derecho y vivían en constante zozobra ante la inestabilidad del trabajo y la brutal represión de las acordadas.
Contradicciones profundas entre los hacendados de mentalidad avanzada, partidarios de la agricultura moderna, frente a los señores feudales, dueños de la mayor parte del territorio nacional, que basaban su riqueza en la explotación inmisericorde de los campesinos y los trabajadores rurales; contradicciones entre los obreros, capa social todavía sin fuerza desde el punto de vista numérico, pero ya con claridad respecto del futuro de México, frente a los dueños de las industrias, que reconocían como única ley la obtención de altas utilidades, a costa del trabajo intensivo de sus trabajadores; y contradicciones insalvables entre una nación que quería desarrollar sus fuerzas productivas y la presencia de poderosas empresas monopólicas que aplicaban su propia ley en nuestras industrias o en los territorios que controlaban, y que nunca cedieron técnica alguna para el desarrollo del país.
El carácter de estas contradicciones fue lo que determinó el contenido de la revolución misma, y de la poderosa alianza de fuerzas que la hicieron posible. Por eso fue una revolución popular, porque respondía a los anhelos de justicia de millones de campesinos y del proletariado rural; por eso fue una revolución antifeudal, porque se orientó a destruir el monopolio de la tierra, obstáculo principal para el desarrollo de las fuerzas productivas; por eso fue una revolución democrática, porque se orientaba a la obtención de derechos democráticos elementales; y por eso fue una revolución nacionalista y antiimperialista, porque se propuso recuperar para la nación las riquezas nacionales que usufructuaban sin límites y sin normas los capitales extranjeros. Y por esas razones fue una fuerza incontrolable que aplastó toda resistencia, porque movilizó a los millones de mexicanos marginados y dispuestos a modernizar el país, en el sentido de ubicarlo al ritmo de las transformaciones técnicas que operaban en el mundo en esos días, en función fundamentalmente de los problemas principales de la nación.
El proceso revolucionario en nuestro país está plenamente vigente, sigue su marcha. La teoría de la armonía entre las clases sociales -entendidas éstas como categorías económicas en que se divide la sociedad- sólo será posible en la medida en que desaparezca la causa que les dio origen, la propiedad privada.
A pesar de quienes piensan que el hablar del proceso revolucionario es anticuado y fuera de moda, por el hecho de que la actual clase política gobernante sacó de su vocabulario habitual esas palabras profanas y obscenas que ofenden los oídos de las clases opulentas, no es así, todo el proceso histórico y nuestra vía nacionalista de desarrollo están hoy más vigentes que nunca.
Cada vez hay más mexicanos descontentos, las contradicciones sociales van en aumento; ésta realidad concreta está organizando el campo de batalla donde habrán de colisionar las fuerzas en pugna. Cuando el abismo que separa la sociedad es tan profundo que no deja lugar más que para muy pobres o muy ricos; cuando las clases medias se proletarizan y son obligadas por su precariedad a hacer causa común con los marginados, entonces hay que prepararnos y tomar posiciones, porque lo que viene no es precisamente la “armonía” entre las clases sociales que pregona muy seguido la derecha en el poder, ni los huecos y cursis promocionales de la H. Cámara de Diputados, que ofenden la inteligencia del pueblo con el estribillo que afirma que “todos somos México”; lo que viene es el rompimiento de lo que ya está roto y la separación de lo que ya está separado, porque con las contradicciones insalvables que se viven la política no puede unir lo que la economía divide.
Para resumir y sintetizar esta idea, podemos afirmar que vivimos la conmoción del presente, el cual dará su lugar al porvenir. Para nuestro país esto significa la construcción inaplazable de la cuarta etapa del proceso revolucionario; una transformación social, política y económica de tal envergadura y profundidad como lo fueron las tres etapas que le precedieron, a saber: la Revolución de Independencia, La Reforma, y la Revolución Mexicana.
Justo en el Centenario de la Revolución Mexicana el ciclo histórico se repite. La oligarquía nacional unida al capital transnacional se alzaron con la victoria sobre la generación posrevolucionaria, arrebataron el carácter del Estado surgido de la revolución para ponerlo al servicio exclusivo de sus intereses, valiéndose de la derecha conservadora y su partido, el PAN. De ser ´´benefactor´´ de las clases débiles se transformó en el Estado benefactor exclusivo de las élites económicas. Mientras se lleva a cabo el remate del patrimonio público se agrede por todas las vías a los que generan con sus manos la riqueza, la clase trabajadora, culpándola de la crisis sistémica que vivimos.
El resultado incuestionable de la tiranía brutal con que gobierna la derecha es que en México se vive mayor violencia hoy que en la antesala del estallido social de 1910, con el porfirismo, de eso sí pueden vanagloriarse. La responsabilidad sólo recae en esas clases directoras y en nadie más. Para muestra baste un botón: un promocional del régimen pregona que durante el calderonato la policía Federal Preventiva aumentó de 12 mil a 36 mil efectivos. ´´para que tú puedas vivir en paz y tranquilidad´´, insistiendo en la idea de que a mayor cantidad de policías mayor será la seguridad. Una idea absolutamente errónea y descalificada por las mismas cifras oficiales, pues a medida que han ido aumentando los cuerpos policiales y sus efectivos en esa misma medida han aumentado los grados de violencia y conductas antisociales.
Vivimos ya en un país militarizado, a pretexto del combate al crimen organizado. Y se insiste en el mismo camino para tratar de apaciguar la violencia; Calderón acaba de presentar una iniciativa para reclasificar al personal de las fuerzas armadas y disponer de más efectivos para su guerra demencial. Personal de escritorio, médicos, enfermeras, ingenieros, etc., estarían obligados a participar en batalla contra los que él llama ´´enemigos de México´´. Y como la estructura económica y las clases beneficiarias no serán tocadas por el régimen, es un hecho que la violencia seguirá en aumento y no le alcanzarán los efectivos militares y policiales para controlar el país, entonces el siguiente paso será reclutar civiles para nutrir sus brazos armados. Como en los tiempos finales del porfirismo, ´´la gleba´´ será utilizada nuevamente para llevar civiles a las filas del ejército neoporfirista del régimen de derecha.
Una violencia inadmisible, que sobrepasa los 30 mil muertos, entre los que se incluyen 15 presidentes municipales y un candidato a gobernador, este es el marco histórico en que florece el centenario de la Revolución Mexicana, ¿acaso no es esta una manifestación de la repetición del ciclo histórico que resulta de las tiranías cada cien años? Cada revolución –por supuesto- adopta las particularidades de su tiempo, la presente no será igual que la de 1910, lo único que falta a la de hoy, es unir el grado de violencia y descontento social al hilo conductor que ha guiado nuestro proceso revolucionario, es decir, darle sentido al derramamiento de sangre que ya es un hecho cotidiano, recoger ese mensaje del pueblo y traducirlo en hechos. Los nuevos conductores de esta lucha ya nacieron y están en los frentes de batalla, el drama social los ha engendrado, es la actual generación de mexicanos a la que corresponde construir la cuarta etapa de nuestro proceso revolucionario. ¡VIVA LA REVOLUCION Y MUERA EL MAL GOBIERNO!
San Luis Río Colorado, Sonora. 20 de noviembre de 2010. Día de la Revolución Mexicana.

sábado, 6 de noviembre de 2010

¡MIENTE CALDERON, SI HAY RECURSOS PARA EL IMSS!
El comité de vendepatrias que administra temporalmente la riqueza y patrimonio público de México, obedeciendo ciegamente las recetas fondomonetaristas están organizando a marchas forzadas la hora definitiva del Instituto Mexicano del Seguro Social. Igual como se impuso ese fundamentalismo económico en todo el mundo, se prevé que ninguna institución de seguridad social sobreviva en los siguientes años, si se sigue alargando en el poder la dictadura ideológica, política y económica de la derecha cavernícola.
El proyecto multinacional de los centros financieros, en específico para México y el IMSS, es de sobra conocido. A los vales para medicinas, una medida recién aprobada por el PRIAN en el Congreso, utilizando la misma argumentación le seguirán los vales para las áreas de consulta externa, hospitalización y urgencias. Se pretende desaparecer ´´toda la carga burocrática que implica el personal sindicalizado´´ suprimiendo la organización sindical. Se repite nuevamente la falaz argumentación en boca de la clase política neoliberal, condenando la existencia del instituto por una supuesta quiebra financiera. Se está siguiendo el mismo camino usado para justificar la desaparición de la paraestatal Luz y Fuerza del Centro y el atropello a 44 mil trabajadores sindicalizados en el SME.
El proyecto de la derecha le asigna un nuevo papel al IMSS, el de ser únicamente administrador de recursos financieros, el convertir al instituto en una simple oficina dispensadora de vales a toda la población asegurada, desprendiéndose gradualmente de la atención directa de los servicios de salud para trasladarlos a la iniciativa privada.
Felipe Calderón instruyó al director general del IMSS, Daniel Karam, a que trabaje en estrecha coordinación con los representantes obrero-patronales, con los trabajadores, el sindicato de la institución y los beneficiarios, a fin de que preparen ´´toda una nueva generación de reformas que busque garantizar la certidumbre financiera, operativa y la viabilidad futura del Seguro Social´´. Con la declaración calderonista debemos entender el arranque de una campaña mediática a todos los niveles para preparar y ganar la conciencia del pueblo a favor de su proyecto liquidacionista. Ahora resulta que las sucesivas contrarreformas que ha sufrido la institución en los últimos años no han resuelto los problemas financieros que prometían. Quiénes se equivocaron, ¿acaso el pueblo, la población asegurada, o la ceguera fatal de las fracciones parlamentarias dominantes que las impusieron?, ¿A qué se refieren ahora los vendepatrias cuando afirman que el IMSS requiere cirugía mayor?, ¿a entregarlo al capital privado porque ya no tiene viabilidad como responsabilidad social del Estado neoliberal?
Los trabajadores mexicanos debemos rechazar categóricamente la eliminación de los servicios médicos, el desvío de los fondos de invalidez, muerte y de vivienda. Las recientes declaraciones de los directores del Instituto mexicano del seguro social, del
Infonavit y de la CONSAR conducen a la eliminación de los servicios médicos,
pensiones por invalidez y muerte y el fondo para la vivienda de los
trabajadores, constituye la concreción de la campaña que se orquesta contra
los jubilados y la reducción de protección de los nuevos trabajadores.
Efectivamente, la campaña contra los jubilados y pensionados se extiende de
la “insuficiencia financiera” para pagar las pensiones derivadas de la
reformas al IMSS de 1995, a la falta de recursos para los servicios médicos de
los jubilados. El anuncio del gobierno Calderonista abre el camino para la
extinción de la seguridad social pública, abriendo el camino para que se
extienda el seguro popular y la pensión alimentaria a la vejez como política
asistencialista eliminando la protección social del trabajo.
La carencia de medicamentos accesibles a la población constituye un problema fundamental para el cuidado de la salud, que vinculado a la falta de producción de vacunas y productos biológicos debe obligar al Estado a destinar recursos financieros para la producción de medicamentos y vacunas, que evite la sangría económica de las familias y del país. Una industria farmacéutica estatal generaría empleo, evitaría fugas de grandes capitales de las transnacionales y generaría soberanía sanitaria. El gobierno se había comprometido a poner en funcionamiento el laboratorio nacional para la producción de vacunas, hoy anuncia posponer el desarrollo para el año 2012, debemos insistir en la urgencia de poner en marcha el laboratorio nacional, acompañado del fortalecimiento de los institutos de investigación para no continuar maquilando productos de empresas transnacionales. Los servicios de salud del IMSS e ISSSTE, se continúan desfinanciando debido al incumplimiento del Estado de las aportaciones para los servicios médicos de jubilados y pensionados que superan los 20 y 5 mil millones para cada institución. En el caso del IMSS, el gobierno a dejado de aportar de la reforma de 1995 a la fecha más de 200 mil millones de pesos que afectan sensiblemente la prestación del servicio y ponen en riesgo su viabilidad para los asegurados actuales.
.En medio de una campaña contra las jubilaciones la banca a través del
gobierno, ataca los seguros de riesgos de trabajo y de vida, pretendiendo
usar dichos fondos para cubrir el incumplimiento de las aportaciones estatales
a los servicios médicos de los jubilados, y como una medida distractora para
apropiarse de los fondos de vivienda para transferirlos a las pensiones. Ambos
fondos cercanos a los 900 mil millones constituyen un atraco del gobierno a
los recursos de la seguridad social, para continuar enriqueciendo a la cúpula
empresarial beneficiaria de las política gubernamentales de excesivos
privilegios fiscales, parasitismo financiero (pago de la deuda publica) y
explotación laboral.
Resulta indignante, el mediocre papel de los legisladores al servicio de la oligarquía, que sirven de comparsa a las medidas dirigidas a desaparecer los servicios médicos de las instituciones de seguridad social para imponer un ficticio seguro popular y reducir jubilaciones y pensiones a la dieta alimentaria de los ancianos hoy llamada pensión alimenticia. La seguridad social es victima de la reducción de salarios y empleo precario violatorio de la legislación laboral vigente. Dado que los ingresos de la seguridad social dependen del salario y su depreciación supera el 66%, los ingresos de las instituciones de seguridad social se reducen a la tercera
parte. Tal es el caso del IMSS que obtiene ingresos corrientes de 225 mil
millones en lugar de obtener más 600 mil millones de pesos. Las instituciones
son afectadas por la exclusión de la seguridad social de más de 28 millones de
trabajadores precarios, lo que significa la perdida de dos veces el monto de
lo que se recibe anualmente.
En México si hay riqueza, si hay dinero, el problema es la inmoral concentración de la riqueza en unas cuantas familias. En plena crisis económica se lucra con derechos sociales además de la apropiación desmedida del producto del trabajo de los mexicanos, donde la inmensa mayoría son excluidos de los beneficios de la producción de bienes y servicios. Las afores en 12 años concentran más de 1.3 billones de pesos, mientras que el IMSS anuncia que en 2 años no contara con recursos para pagar pensiones.
El presidente de la CONSAR hizo declaraciones muy graves;
dijo que la mayoría de los trabajadores no accederán a la pensión mínima
garantizada de un salario mínimo, que es necesario incrementar las
aportaciones a los trabajadores y que las afores no son un “negocio
espectacular”. El mismo día el director del IMSS, planteo el rebalanceo de
cuotas. Además del reconocimiento de que las reformas a la seguridad social no han
resuelto los problemas de la ampliación de la cobertura, de la calidad de los
servicios y de financiamiento, Estos planteamientos significan que están
preparando el terreno para sustituir las jubilaciones como protección del
trabajo por pensiones alimentarias de asistencia social, promoviendo el ahorro
para obtener un complemento económico, es sin lugar a duda la ampliación del
negocio de las afores. En relación con el señalamiento de que las comisiones de 72 mil millones de pesos en 4 años, ¡no son negocio! Estupendo agente bancario resulto el
representante gubernamental encargado de la CONSAR, quien no contabilizó el
cobro de intereses del préstamo de los fondos de los trabajadores. Si los
recursos de mas de 1.3 billones de pesos tienen un rendimiento del 10%, los
ingresos de la banca superarán los 130 mil millones de pesos al año.

Finalmente, ¿qué significa el rebalanceo de las cuotas? Propuesta por Daniel Karam,
Representa La transferencia de recursos de unos seguros para cubrir los
costos de otros. Ya con la nueva ley del ISSSTE, se condicionan derechos a la
productividad y a la disponibilidad de recursos, específicamente es la
pretensión de utilizar los fondos de vivienda para financiar pensiones.
Efectivamente, está la propuesta de transferir 4 de 5% de las cuotas de
vivienda para el pago de las pensiones. Esto constituye que los trabajadores
reducirán su derecho a la vivienda por el traspaso de 640 mil millones de pesos
de los fondos del INFONAVIT y FOVISSSTE a las AFORES. La clase obrera en general debe tomar conciencia y defender sus intereses, creer en la campaña gubernamental que pretende liquidar la seguridad social es aceptar el suicidio. ¡Si hay dinero para pagar pensiones, servicios médicos y vivienda!