sábado, 22 de agosto de 2009

(Tercera entrega)
CONVULSION SOCIAL O EMANCIPACION PACIFICA
¿COMO SE RESOLVERAN LAS CONTRADICCIONES SOCIALES EN MEXICO?

La guerra por el reparto del erario público se incrementa día a día, haciendo evidentes las profundas contradicciones entre los tres niveles de gobierno por la distribución del presupuesto. El caos financiero generado a nivel mundial por las recetas neoliberales dictadas por los centros financieros y el capital monopolista repercute obligadamente en los presupuestos de los Estados nacionales; las cúpulas gobernantes en cada país, de manera irresponsable y sin prever las consecuencias sociales en que puedan derivar, trasladan en automático el terremoto financiero a las entidades federativas y municipios, endosándoles el costo de un problema que ellos no generaron ni fueron consultados a la hora de acatar con docilidad los dictados financieros extranjeros.
De esta forma, el modelo de la economía implantado por los “Chicago Boys”, en una larga cadena de fracasos, eslabón por eslabón y en concatenación perfecta arrastran a los pueblos a la peor crisis de la historia, México no es la excepción. Las bases falsas sobre las que se sostiene el paraíso de la economía de mercado se desmoronan una a una y no hay quién pueda detener su estrepitosa caída.
El calderonismo sabía perfectamente desde inicios del año la magnitud del problema económico que el país afrontaba, sólo que, por cuestión de estrategia política no le convenía darlo a conocer antes de la jornada electoral porque repercutiría sobre su partido, el PAN. Si el pueblo hubiera conocido la noticia que dio el secretario de hacienda, Agustín Cartens, en su comparecencia reciente ante los senadores, un día antes de los comicios, la derecha no habría ganado ni un solo distrito electoral en el país.
Ahora se alega que no es responsabilidad única del ejecutivo sacar al país del problema, quieren los fundamentalistas la concurrencia de todos los órdenes de gobierno y las fuerzas políticas para hacerle frente al problema; lo que se busca en verdad son cómplices que le avalen los nuevos impuestos, recortes del presupuesto en áreas prioritarias del desarrollo, eliminación de subsidios y programas sociales.
Hay contradicciones entre la misma clase social reaccionaria que gobierna al país. Esa misma capa de la sociedad que demostró homogeneidad de intereses para arrebatar y luego sostenerse en el poder, hoy se declara dividida ante la proximidad de nuevos impuestos. La IP reclama del gobierno calderonista impunidad total en materia de contribuciones, no quiere que se le toque con nuevos impuestos, le pasan la factura y le recuerdan que el sitial que ocupa el espurio se los debe a ellos. A través de declaraciones de prensa le mandan un recado a su peón advirtiéndole que “el sector privado rechazará tajante cualquier intento de la autoridad para aumentar los ingresos a través de los contribuyentes cautivos, por lo que el Consejo Coordinador Empresarial (CCE) analiza la posibilidad de crear un frente común para no avalar la imposición de nuevos gravámenes”.
Por su lado, Salomón Presburger, presidente de la Confederación de Cámaras Industriales (Concamin), recordó que “los 12 millones de mexicanos que operan en la informalidad representan un enorme potencial de recursos públicos, pues actualmente no pagan impuestos pero sí utilizan servicios públicos” El sector acaudalado, integrado y dirigido por una minoría rapaz y sin escrúpulos, presiona al ejecutivo en el afán de salvar de manos del fisco sus morrales de dinero. Vuelven a exhibir su vieja bandera, que se eche mano de los impuestos al hambre, quieren “formalizar a la economía informal” para exprimir más el bolsillo de quienes no gozan de ninguna prestación social.
La economía informal crece exponencialmente ante la falta de plazas de empleo, crece ante la irresponsabilidad gubernamental y de los empresarios, no porque represente una alternativa en la “feria de las oportunidades”. Los parias que ganan el sostén de su familia limpiando vidrios en los cruceros, vendiendo tacos en la vía pública, o dándole bola al calzado, son los obreros lanzados a la calle por la industria “que no pudo competir en el paradigma del TLCAN”, y todavía se les quiere sangrar con un impuesto para sostener un estado de privilegios del cual ellos no gozan ni participan. En el estatus actual, el fisco y todas las instituciones, el Estado mismo, son propiedad de la oligarquía, de la plutocracia, aquí no se entienden los principios de solidaridad entre las clases sociales, el “bien común” es una falacia. Sólo cambiando al actual régimen se podrá lograr que pague más quien más tenga, menos el que menos tenga, y el que nada tenga que no se le quite, por el contrario, que se le dé.
Las clases medias se proletarizan. La crisis económica golpea también a la pequeña y mediana burguesía. Ese sector de la sociedad que se desarrolla y crece numéricamente cuando hay estabilidad y crecimiento económico, está ahora sufriendo su mayor contracción en décadas. La actual crisis financiera amenaza con desaparecer ese sector, sólo un reducido número ha logrado salir adelante y colocarse codo con codo con la aristocracia, la gran mayoría sigue su descenso en picada, se están proletarizando.
Una sola nota de prensa nos ilustra ese hecho: México, 13 de agosto (OEM-Informex) “La venta de autos nuevos en México tuvo una caída de 33.8 por ciento en el mes de julio, comparado con el mismo mes de 2008, en tanto que la producción decreció 24.8 por ciento, y las importaciones disminuyeron 25.6 por ciento. Sin embargo, la caída en el mercado se desaceleró, ya que en meses previos el desplome llegó a rozar el 50 por ciento.
“Las proyecciones de la industria automotriz para el cierre del año, de acuerdo con el comportamiento del mercado y a la complicada situación económica que se presentará para los siguientes meses, contempla ventas de 770 mil unidades, el mismo nivel de 1999.” –hace diez años- Conclusión: la clase media está comprando menos, su capacidad para adquirir autos nuevos y viajar a Europa a disminuido sensiblemente. Por su capacidad de consumo, se entiende que las clases proletarias no pueden adquirir un auto nuevo, quedan descartados automáticamente como clientes de la industria. Se entiende también que los fabricantes de automóviles no sobrevivirían si su producción estuviera destinada únicamente a satisfacer la demanda de las clases poseedoras, en razón de ser un sector minoritario de la sociedad. Resulta obvio, pues, que son las clases medias donde se ubican la mayoría de los compradores de autos nuevos. Si los monopolios de la industria automotriz están en crisis no hay duda que es resultado directo de la crisis que afrontan las clases medias.
Pero sin duda la clase trabajadora es la más golpeada en la actual crisis sistémica. Si los clasemedieros sufren al no poder comprar un auto nuevo, las clases proletarias sufren más la pérdida de su empleo. Esto se convierte automáticamente en el detonante de todos los problemas del país, porque además de la angustia y la zozobra del desempleado por resolver la sobrevivencia propia y de la familia, tiene que ver con la contracción del consumo, con el mercado interno, con la salud del fisco, y con el aumento de la violencia social. Por ello se considera que los indicadores más efectivos para medir la salud de la economía es el estado que guardan los salarios, el poder adquisitivo y el empleo. Es en la mesa de los trabajadores donde mejor se puede calificar la efectividad de toda política pública, pues todo desarrollo que no se traduce en bienestar de la población resulta inmoral.
Según las cifras del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS), de octubre de 2008 a julio de 2009 se han perdido 667 mil 813 empleos. Aunque si bien es cierto que de manera acumulada en junio y julio se registró un incremento global de 33 mil 503 empleos, dicho aumento cacareado por la derecha gobernante, sólo benefició a los empleos eventuales urbanos, ya que en los empleos permanentes se registra una pérdida de 8 mil 397 empleos, durante dicho lapso de junio-julio.
Según el Instituto, en julio de 2009 había 13 millones 808 mil trabajadores, mientras que en octubre de 2008 se tenían registrados 14 millones 475 mil trabajadores, lo que da el balance negativo de 667 mil 813 empleos perdidos. Según la misma fuente, de octubre de 2008 a julio de 2009, el sector más afectado fue el de los empleos permanentes, que es este período ha registrado una pérdida de 579 mil 216 asegurados, al pasar de 12, 824 700 a 12, 245 484 trabajadores.
En el mismo renglón del desempleo, la Secretaría del Trabajo sostiene que, de enero a julio de este año, el rubro más afectado ha sido el de los trabajadores eventuales del campo, mismo que ha registrado una dramática pérdida del 57 por ciento, lo que no dice es que tal contracción del empleo en el campo es resultado del TLCAN, mismo que en los 15 años de operación ha desaparecido cinco millones de empleos rurales.
(Continuará en la IV entrega)

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