sábado, 2 de octubre de 2010

QUE LA CRISIS LA PAGUEN LOS CAPITALISTAS
LOS TRABAJADORES NO SON CULPABLES
El grado de madurez de la conciencia revolucionaria que han adquirido los pueblos europeos, a resultas del actual ciclo de crisis sistémicas, nos avisa los próximos estallidos sociales en España, Grecia y otros países del viejo continente. Las grandes huelgas del movimiento obrero y el pueblo organizado son una realidad, el nivel de combatividad y organización alcanzadas en defensa de las conquistas históricas del proletariado van creciendo día con día, al mismo tiempo que los gobiernos neoliberales sostienen sus posiciones irreductibles en favor de los intereses del gran capital expoliador.
La radicalización de la lucha de clases es un hecho sin retorno, un nuevo ciclo de grandes revoluciones está por iniciar en tierras europeas, y como toda revolución es fuente de derecho y la experiencia histórica de un pueblo se convierte en patrimonio de la humanidad, es de esperar que las luces que arrojen aquellos pueblos en sus luchas lleguen hasta nuestro continente, como sucedió con las ideas de la Revolución Francesa y los pensadores avanzados de la época, que iluminaron e incendiaron la conciencia de Miguel Hidalgo y Costilla y los principales iniciadores del movimiento insurgente en 1810.
Una nota de prensa que nos llegó a nuestro correo es ilustrativa del nivel de combate de nuestros hermanos proletarios en España, leámoslo con detenimiento: ´´Victoria de la Clase Obrera en la Huelga General en España. Aproximadamente 10 millones de trabajadores dicen no a la reforma laboral Madrid, 29 sep. 2010. Gran éxito han obtenido los trabajadores en la Huelga General en España, con una participación por comunidades autónomas y sectores del 71,70 %, lo que representa a unos 10 millones de asalariados que enfrentan la reforma laboral del gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero, según han informado en rueda de prensa por la mañana los responsables de organización de la Unión General de Trabajadores (UGT) y de la Confederación Sindical de Comisiones Obreras (CCOO).
Los sindicatos mayoritarios indicaron que alrededor de 10 millones de trabajadores, de los 15,5 que existen en el país siguen la huelga, que se prolongará por 24 horas este miércoles. Según el secretario de la Confederación Sindical de Comisiones Obreras (CCOO), Ignacio Fernández Toxo, el seguimiento de esta huelga general ha sido mayor que el de la manifestación de junio de 2002. Por su parte, el secretario de Organización y Comunicación de la Unión General de Trabajadores (UGT), José Javier Cubillo, expresó que en sectores como el de energía, limpieza y la siderúrgica la participación ha estado cerca del 100 por ciento, sin embargo, falta establecer las cifras del sector educativo y el comercio. Esta es la primera Huelga General de trabajadores que afronta el jefe del Gobierno español, José Luis Rodríguez Zapatero, en sus seis años de mandato, debido a las reformas laborales y los recortes del gasto público que ha instaurado por la severa crisis económica que afecta a la nación.

Rodríguez Zapatero implantó estas reformas como una manera de darle un giro a la derecha en su política económica que busca satisfacer a los mercados financieros, según los huelguistas. Con una tasa de 4,6 millones de desempleados, el doble de lo que tiene toda la Unión Europea (UE), el Ejecutivo español aprobó, dentro de su plan de austeridad para rebajar el déficit fiscal, reducir los salarios del sector público, y congelar las pensiones para 2011, elevándose la edad para pensionarse hasta los 67 años´´. Fin de la nota de prensa, informando los resultados de la huelga general en España.

A un año del estallamiento de la crisis sistémica del capitalismo que se tradujo en el más grande saqueo a los trabajadores del mundo y la expropiación de una inmensa riqueza para trasladarla a rescatar a las grandes corporaciones bancarias y financieras internacionales; los efectos depredadores aún se dejan sentir en las economías de los pueblos subdesarrollados, los que se expresan en duras medidas contra la economía de la clase trabajadora concretizadas en reducción de sus prestaciones salariales, acoso y especulación con los fondos de pensiones de obreros y empleados, alza de precios, reducción de presupuestos en los servicios sociales y acentuación de la política de mano dura contra los que se atreven a protestar frente al abuso. La sociedad que ha emergido de la crisis es una sociedad más desigual que antes, pues la crisis profundizó notoriamente la diferencia entre pobres y ricos.
Las causas que provocaron la crisis están en el fundamento mismo de la sociedad capitalista, el capitalismo no puede escapar de la gran contradicción descubierta por Marx expresada en la tendencia a la reducción de la tasa de ganancia, lo que genera de manera inevitable una sobreproducción que el exiguo mercado es incapaz de consumir por lo que sobreviene el estallamiento. La crisis es en primer lugar la prueba contundente del fracaso del fundamentalismo del libre mercado, y de los supuestos en los que se soporta la globalización neoliberal; pero es también la evidencia más clara del inevitable carácter rapaz del capitalismo. La sobrevivencia del capitalismo está fincada en profundizar la explotación y el saqueo de los pueblos.
Esto sugiere desde luego que la vía capitalista es ya intransitable. Debemos pensar en otro tipo de relaciones de producción. Nos queda claro que para la clase obrera y sus aliados que son muchos, la única salida a la crisis es construir una alternativa anticapitalista. Esta es la tarea de las organizaciones de los trabajadores si queremos realmente que nuestra lucha sea efectiva para contribuir a la construcción de un mundo mejor. Es verdad que Marx precisó junto con su camarada Engels que "… la burguesía no solo ha creado las armas que la destruirán; sino que ha producido también los hombres que empuñarán esas armas: los obreros modernos, los proletarios…" Y la tesis es cierta aun hoy; porque la única clase que nada tiene que perder sino sus cadenas es la clase obrera; pero también es cierto que las condiciones han cambiado y dado el carácter de la incontrolabilidad destructiva del capital hoy no solo es la clase obrera la que tiene el deber de luchar sino toda la humanidad porque está en riesgo su propia supervivencia.
En los momentos en los que el capitalismo mundial se alista para reeditar su ciclo de explotación y miseria acudiendo al dinero público para reactivarse, los trabajadores debemos anteponer una contrapropuesta. Para la reconstrucción de la utopía es importante tomar en cuenta que el capitalismo no solo amenaza a la clase obrera, sino a la supervivencia misma del género humano, porque como lo sostiene Itsvan Mezzaros, ha llegado a una fase destructiva absolutamente incontrolable en la que la lógica de la obtención de ganancias a toda costa está generando no solo problemas en la injusta distribución del ingreso, sino que ha pervertido las relaciones humanas a un grado inaceptable para una convivencia sana, ha destruido el medio ambiente a un peligroso nivel que amenaza con convertirse en catástrofe mundial, los pueblos indígenas desaparecen sin dejar rastro a consecuencia de la destrucción de la biodiversidad, los campesinos abandonan el campo y emigran a las metrópolis por la infertilidad de sus tierras ocasionada por la contaminación, las enfermedades mortales como el cáncer, el VIH y otras se multiplican destruyendo a millones de personas, la hambruna hace presa de cientos de miles de personas.
Hoy estamos obligados a hacer acopios de fuerzas, a revalorar nuestra experiencias de lucha, a sacar enseñanzas de nuestras victorias pero también de nuestras derrotas; hoy debemos hacer autocrítica para levantar una sólida estrategia victoriosa, y reconocer que fue un error histórico el que los trabajadores del mundo olvidaran las tesis de Marx atendiendo a las voces de la burguesía de que era una doctrina superada; reconocer que fue un error histórico el abandono de la lucha de clases y más aún atender al falso razonamiento de que frente al capitalismo neoliberal no existían alternativas revolucionarias; hoy nos debe quedar claro que la lógica del mercado no tiene otra opción que la depredación y la destrucción y que el capitalismo conduce a la barbarie; pero también reconocer que la única salida es la sustitución del régimen capitalista por un régimen basado en la propiedad social de la producción y los servicios; que no hay terceras vías y que somos los trabajadores manuales e intelectuales junto a todas las clases que hoy padecen la barbarie capitalista las que podemos lograr la transformación revolucionaria de la sociedad. La lucha económica por mejores prestaciones salariales debe mantenerse e incrementar su fuerza, pero vinculada al objetivo superior de construir un nuevo modelo de sociedad. ¡Que la crisis la paguen los capitalistas que la han creado, los trabajadores no tienen por qué cargar con una culpa que le es ajena!
San Luis, R.C., Sonora, México. 2 de octubre de 2010

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