sábado, 26 de junio de 2010

MIENTRAS LA FANATICADA APLAUDE EL FUTBOL
LOS YANQUIS PREPARAN LA PROXIMA GUERRA

Si Carlos Marx viviera, ya habría asociado en sus máximas el mercantilismo futbolero a la religión como los opios que consumen la conciencia de la humanidad. Durante la celebración de la Copa Mundial de Futbol los pueblos desbordan y exacerban sus emociones al grado de depositar el honor patrio en los botines de la selección nacional, los que al tiempo que corren tras la pelota se llevan entre los pies los símbolos nacionales, los gobernantes en turno y a las mayorías del pueblo, pues a la vista de los fanáticos todo se paraliza mientras dura el torneo de referencia. El negocio multimillonario de los monopolios mediáticos consiste en obligar al pueblo “a ponerse la verde” para que se olvide de sus limitaciones materiales y de la dura realidad existente, mientras el régimen de explotación y miseria gana tiempo y oxigeno.
Esa experiencia aplicada al pueblo mexicano no es la excepción. Felipe Calderón, el mismo que dice ser el primer mandatario, dejó sus responsabilidades pendientes para acudir a la inauguración de la Copa Mundial; ver el primer partido fue su interés supremo, muy por encima de atender los crecientes problemas del país. El fanatismo futbolero también invade los pasillos del Poder Legislativo y sus inquilinos; un caso ilustrativo del ambiente que reina entre los “representantes populares”, es la propuesta que hizo un ilustre diputado del PRI, integrante de la Comisión de Comunicaciones, en el sentido de solicitar la comparecencia del Director Técnico de la Selección Nacional, Javier Aguirre, para que explique ante los diputados el cambio de estrategia que lo llevó a perder el partido frente a la Selección de Uruguay, (comentado por Alfredo Domínguez Muro, en el noticiero de Una a Tres, de Jacobo Sabludovsky, 24 de junio).
Mientras los representantes del pueblo relegan a último término la solución de los problemas que aquejan al país por el júbilo futbolero, mientras el fanatismo mercantil hace presa fácil a los pueblos y los envuelve en ese ambiente festivo artificial, los intereses del imperio yanqui aprovechan para hacer pasar inadvertidas sus maniobras en preparación de la próxima guerra.
El compañero Fidel Castro, haciendo gala de su dilatada experiencia como estadista revolucionario, advierte a los pueblos del mundo de la proximidad de una nueva guerra del imperio yanqui contra el pueblo iraní. Permítanme compartir con ustedes el más reciente artículo del líder cubano, “Reflexiones de Fidel Castro: Cómo me gustaría estar equivocado”, en el cual desentraña los nuevos peligros de la guerra que se avecina.
Aquí comenzamos: “Los que determinan cada paso del peor enemigo de la humanidad, el imperialismo de estados Unidos, una mezcla de mezquinos intereses materiales, desprecio y subestimación a las demás personas que habitan el planeta lo han calculado todo con precisión matemática. En la reflexión del día 16 de junio escribí: “…entre juego y juego de la Copa Mundial de Fútbol, las diabólicas noticias se van deslizando poco a poco, de modo que nadie se ocupe de ellas”.
El famoso evento deportivo ha entrado en sus momentos más emocionantes. Durante 14 días, los equipos integrados por los mejores futbolistas de 32 países han estado compitiendo para avanzar hacia la fase de octavos de final; después vendrán sucesivamente las fases de cuartos de final, semifinales y el final del evento. El fanatismo deportivo crece incesantemente, cautivando a cientos y tal vez miles de millones de personas en todo el planeta.
Habría que preguntarnos cuántos, en cambio, han conocido que desde el 20 de junio naves militares norteamericanas, incluido el portaaviones Harry S. Truman, escoltado por uno o más submarinos nucleares y otros buques de guerra con cohetes y cañones más potentes que los de los viejos acorazados utilizados en la última guerra mundial entre 1939 y 1945, navegaban hacia las costas iraníes a través del canal de Suez. Junto a las fuerzas navales yanquis avanzan buques militares israelitas, con armamento igualmente sofisticado, para inspeccionar cuanta embarcación parta para exportar e importar productos comerciales que el funcionamiento de la economía iraní requiere.
El Consejo de Seguridad de la ONU, a propuesta de Estados Unidos, con el apoyo de Gran Bretaña, Francia y Alemania, aprobó una dura resolución que no fue vetada por ninguno de los cinco países que ostentan ese derecho. Otra resolución más dura fue aprobada por acuerdo del Senado de estados Unidos. Con posterioridad, una tercera, más dura todavía, fue aprobada por los países de la Comunidad Europea. Todo tuvo lugar antes del 20 de junio, lo que motivó un viaje urgente del Presidente francés Nicolás Sarkozy a Rusia, según noticias, para entrevistarse con el jefe de Estado de ese poderoso país, Dimitri Medvedev, con la esperanza de negociar con Irán y evitar lo peor.
Ahora se trata de calcular cuándo las fuerzas navales de Estados Unidos e Israel se desplegarán frente a las costas de Irán, y unirse allí a los portaaviones y demás buques militares norteamericanos que montan guardia en esa región. Lo peor es que, igual que Estados Unidos, Israel, su gendarme en el Medio Oriente, posee modernísimos aviones de ataque y sofisticadas armas nucleares suministradas por los yanquis, que lo convirtió en la sexta potencia nuclear del planeta por su poder de fuego, entre las ocho reconocidas como tales, que incluyen a la India y Pakistán.
El Sha de Irán había sido derrocado por el Ayatollah Ruhollah Jomeini en 1979 sin emplear un arma. Estados Unidos le impuso después la guerra a aquella nación con el empleo de armas químicas, cuyos componentes suministró a Irak junto a la información requerida por sus unidades de combate y que fueron empleadas por éstas contra los Guardianes de la Revolución. Cuba lo conoce porque era entonces, como hemos explicado otras veces, Presidente del Movimiento de Países no Alineados.
Sabemos bien de los estragos que causó en su población. Mahmud Ahmadineyad, hoy jefe de Estado en Irán, fue jefe del sexto ejército de los Guardianes de la Revolución y jefe de los Cuerpos de los Guardianes en las provincias occidentales del país, que llevaron el peso principal de aquella guerra.
Hoy, en el 2010, tanto Estados Unidos como Israel, después de 31 años, subestiman al millón de hombres de las Fuerzas Armadas de Irán y su capacidad de combate por tierra, y a las fuerzas de aire, mar, y tierra de los Guardianes de la Revolución. A éstas se añaden los 20 millones de hombres y mujeres, entre 12 y 60 años, escogidos y entrenados sistemáticamente por sus diversas instituciones armadas entre los 70 millones de personas que habitan el país.
El gobierno de Estados Unidos elaboró un plan para llevar a cabo un movimiento político que, apoyándose en el consumismo capitalista, dividiera a los iraníes y derrocara el régimen. Tal esperanza es ya inocua. Resulta risible pensar que con las naves de guerra estadunidenses, unidas a las israelitas, despierten las simpatías de un solo ciudadano iraní.
Creía por mi parte inicialmente, al analizar la actual situación, que la contienda comenzaría por la península de Corea, y allí estaría el detonante de la segunda guerra coreana que, a su vez, daría lugar de inmediato a la segunda guerra que Estados Unidos le impondría a Irán. Ahora, la realidad cambia las cosas en sentido inverso: la de Irán desatará de inmediato a la de Corea. La dirección de Corea del Norte, que fue acusada del hundimiento del “Cheonan”, y se sabe de sobra que fue hundido por una mina que los servidores de inteligencia yanqui lograron colocar en el casco de esa nave, no esperará un segundo en actuar tan pronto en Irán se inicie el ataque.
Es muy justo que los fanáticos del fútbol disfruten a su antojo de las competencias de la Copa del Mundo. Cumplo sólo el deber de exhortar a nuestro pueblo, pensando sobre todo en nuestra juventud, llena de vida y esperanzas, y especialmente en nuestros maravillosos niños, para que los hechos no nos sorprendan absolutamente desprevenidos. Me duele pensar en tantos sueños concebidos por los seres humanos y las asombrosas creaciones de las que han sido capaces en sólo unos pocos miles de años. Cuando los sueños más revolucionarios se están cumpliendo y la patria se recupera firmemente, ¡cómo me gustaría estar equivocado!”.
Aquí termina el extraordinario artículo del compañero Fidel Castro, líder indiscutible de la Revolución Cubana, la que ha alcanzado ya el más grande de los éxitos, que es, erradicar por completo la desnutrición infantil en su país. Cuba –según información reciente de la UNICEF-, es el único país de América Latina libre de ese flagelo del subdesarrollo. Esa es la estatura moral que acompaña las reflexiones de un estadista revolucionario, que hoy he querido compartir con usted.

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