jueves, 17 de junio de 2010

INICIATIVA MÉXICO
UN “REALITY” PARA IMPONER EL RUMBO A LA NACION

Reunidos en el ex convento de San Hipólito, en la capital mexicana, y enlazados en cadena nacional, las élites adineradas y sus medios informativos presentaron la “Iniciativa México”, con un formato comparable a los reality shows que se transmiten en televisión y cuyo fin -dijeron los convocantes- es “detonar una reflexión profunda sobre la responsabilidad de los mexicanos en el curso favorable de México.
El Consejo Técnico de esta iniciativa, encabezado por el Presidente de Televisa, Emilio Azcárraga Jean y Ricardo Salinas Pliego, de TV Azteca, dieron a conocer la convocatoria y sus bases para participar en este proyecto, cuyas categorías son las siguientes: Primero, calidad de vida; segundo, desarrollo comunitario; tercero, medio ambiente; cuarto, justicia y derechos humanos; y quinto, buen gobierno y rendición de cuentas. Este Consejo encabezado por tan ilustres personajes, serán los encargados de seleccionar unilateralmente las 20 propuestas “más destacadas”, las cuales recibirán un premio en efectivo.
Amén de la palabrería hueca que suele salir de labios de la clase adinerada, en función de esconder los verdaderos objetivos, si necesitamos desentrañar a qué intereses sirve este proyecto y descubrir a sus verdaderos beneficiarios, hay que juzgar desde luego la calidad moral de los convocantes y el tiempo en que se lanza dicha iniciativa.
¿Quiénes son los convocantes? La respuesta la encontramos en la integración del Consejo Técnico, a cuya cabeza se encuentran -como ya dijimos- los propietarios de Televisa y TV Azteca, junto a politólogos declarados de derecha como Héctor Aguilar Camín y Federico Reyes Heroles, entre otros que le hacen el caldo gordo a la iniciativa, como Ramón de la Fuente y José Narro Robles, del sector universitario.
En primer término hay que caracterizar a los principales convocantes que son el duopolio televisivo que padece el país, qué son y qué papel desempeñan en la realidad actual, lo que podemos resumir de la manera siguiente: son la fábrica de mentiras, miedo, manipulación, odio, violencia, censura, rumores, y criminalización de luchas sociales. Es la herramienta más eficaz de que dispone la oligarquía para someter al pueblo a sus caprichos e intereses. La influencia de la televisión causa más daño la pueblo que las técnicas de control del nazismo, pues el 80 por ciento de los ciudadanos se informan a través de la televisión, mientras que sólo el 12 por ciento lo hace mediante la radio; muy atrás se quedan los periódicos con el 6 por ciento y la internet con el 2 por ciento.
Lo que no sucede en ningún país del mundo sucede en México bajo los gobiernos de la derecha. Dos empresas controlan el 90 por ciento de las frecuencias de televisión, Televisa y TV Azteca; la primera con 257 estaciones y la segunda con 180. Televisa tiene el 68 por ciento de los televidentes mexicanos, concentra el 70 por ciento de la publicidad en medios electrónicos, el 95 por ciento de la televisión satelital y 50 por ciento en la de cable.
La confección de la “Iniciativa México” se llevó a cabo en las oficinas del Consejo de Administración de Televisa ¿y quiénes lo integran?: Pedro Aspe Armella, ex secretario de Hacienda del salinismo; Alberto Baileres, dueño del Palacio de Hierro; Emilio Azcárraga Jean, Presidente de Televisa; Roberto Hernández, Presidente del Consejo de Administración de Banamex; Germán Larrea, Presidente del Grupo México (Mina de Cananea y Pasta de Conchos); Enrique Krause, Director de Clío y Letras Libres; José Antonio González Fernández, Presidente de Femsa y Coca-Cola; Fernando Senderos, Presidente de Grupo Desc: Enrique F. Sénior, Director de Allen Company; y Manuel Cubillas Cavani, Director de Bacardí, Limited. Como nos podemos dar cuenta con la lectura de esta lista de conspicuos personajes, aquí se encuentra representado el Estado mayor de la oligarquía.
El control absoluto de la radio y la televisión permite que estos instrumentos sean utilizados por la clase social reaccionaria en el poder para beneficio exclusivo de sus intereses, es un fusil cargado en manos de la oligarquía que les permite imponer su verdad, mantener sus privilegios, ocultar la verdad y maquillar la realidad, con el propósito de que la población acepte con resignación las injusticias, la desigualdad social y la falta de democracia verdadera en nuestro país. Los grandes medios se declaran “imparciales, veraces y objetivos”, pero nunca informan de nada que afecte sus intereses. A través de técnicas propias de la guerra, lanzan campañas sicológicas hacia la indefensa población para provocar miedo, inventar amenazas para la colectividad -como el “peligro para México”-, promover el odio, exacerbar la violencia, criminalizar la lucha social y generar desconfianza y polarización.
Los noticieros televisivos son verdaderas correas de transmisión de la ideología de la oligarquía, moldean las ideas de la opinión pública y tratan a los ciudadanos como simples espectadores. El control de la televisión y la radio sirven para administrar la ignorancia y la miseria del país en función del interés oligárquico.
Después de ocuparnos de la caracterización de los convocantes y el papel que desempeñan los monopolios mediáticos en la realidad actual, ya podemos ocuparnos en la tarea en la tarea de desentrañar los objetivos que se persiguen con la Iniciativa México y quienes son sus beneficiarios.
En primer término, hay que descartar por completo las ridículas posiciones en torno al tema de los llamados “líderes” mexicanos que están circulando en los medios, las cuales están ensalzando, unos por ignorancia otros por conveniencia, la presentación de la iniciativa. En sólo dos podemos sintetizar el universo de opiniones; veamos qué nos dice Roberto González Barrera, Presidente de Banorte y Gruma: “…es muy bueno que todos los medios se hayan unido para mostrar que en todos los rincones del país hay mexicanos muy valiosos, que aman su tierra y de quienes nos sentimos orgullosos, Sólo unidos con el presidente, que representa nuestra patria, vamos a sacar al país adelante, y la Iniciativa México promueve precisamente la unidad y reconoce los valores de los mexicanos los cuales yo siempre he admirado…” En esta sola opinión podemos ver con claridad los objetivos que se persiguen y el sector económico beneficiado, ¡la Oligarquía!; ¿la unidad del pueblo en torno al presidente que éllos ungieron a través del fraude, y que somete al pueblo al sacrificio, no se le ofrece alguna otra cosa señor?
En el extremo de los ridículos, encontramos la opinión representativa de la izquierda oportunista que se ha entregado al proyecto de la derecha, en la voz de Carlos Navarrete: “…la Iniciativa México es una llovizna fresca que los medios de comunicación le inyectan al país; abren la posibilidad de mostrar e incentivar la parte más positiva de los mexicanos; su esfuerzo, su trabajo, su capacidad inventiva, su solidaridad, su visión para hacer al país mejor…”. De manera que, el Presidente del Senado y uno de los responsables de legislar en beneficio del país declara su incompetencia. Lo mismo que ensalza en la actitud de los medios y su iniciativa son tareas que debe resolver él desde el Senado, para lograr que sea el Estado mexicano el que cumpla sus responsabilidades con los gobernados. El senador izquierdista abdica de su responsabilidad legislativa y entrega el papel que le corresponde a los monopolios mediáticos para que se sigan erigiendo en salvadores de la patria. La absoluta ingenuidad, la miopía y la entrega totales, resumidas en una sola opinión.
Ahora bien, ¿cómo podemos caracterizar y definir el tiempo en que se lanza Iniciativa México? Es el año 2010, tiempo de los festejos del bicentenario de la Independencia y el centenario de la Revolución Mexicana; es el momento justo del arranque de la batalla por la sucesión presidencial, tiempo en que generalmente se reagrupan y se organizan los intereses seculares que habrán de participar en esa contienda; tiempos en que el proyecto y el destino de la nación están en juego.
El triunfo que busca la Iniciativa México no es el del pueblo. Ya con las reflexiones anteriores podemos concluir que el objetivo que buscan los autores del programa son, ante el evidente fracaso del gobierno que éllos mismos empollaron, catapultar a los monopolios mediáticos a la calidad de héroes salvadores de la patria. Ése es el verdadero significado del llamado reiterativo “démosle la vuelta a la historia”. En este 2010 pretenden sustituir con las biografías “triunfadoras” del reality Show, seleccionadas y preparadas para el caso, a los constructores de la patria reconocidos en nuestro proceso revolucionario, y con esa calidad de héroes “emprendedores” señalarle el camino a la nación en la próxima sucesión presidencial.
No es casualidad, la misma oligarquía y los monopolios mediáticos que lanzaron la guerra sucia contra López Obrador y detener el avance del pueblo, sin contar con ninguna calidad moral dicen que van a buscar los proyectos de desarrollo y los “talentos” que hacen falta para desarrollar al país; de qué se quejan, acaso no era Felipe la solución, ¿se equivocaron de candidato? No, lo que buscan es asegurar que siga otro igual, que cumpla sus caprichos y siga a su servicio.
Los mismos “Head Hunters” de la oligarquía que ayudaron a Vicente Fox a seleccionar su gabinete, ahora lanzan su iniciativa para premiar unilateralmente y difundir en cadena nacional lo que coincida con sus particulares intereses. Se pretende que las demandadas “reformas estructurales” y el modelo de país que éllos conciben sea defendido en sus espacios mediáticos por personajes de la llamada sociedad civil. Con la difusión masiva de los supuestos nuevos proyectos y talentos que se empollen con la iniciativa, se pretende someter a la opinión pública para que siga aceptando una ruta de nación diferente a la trazada en nuestro proceso histórico.
La Iniciativa México es una nueva guerra sucia contra las fuerzas que promueven el progreso social, se pretende despojar nuevamente al pueblo de su voluntad. Toda la fuerza económica, política y mediática de la oligarquía, nuevamente está empeñada en su propósito de robarse la conciencia colectiva en su beneficio. Desde este espacio quiero sentenciarle a esas fuerzas que, aunque el pueblo ha sido derrotado en sus legítimas aspiraciones en 1988 y 2006, ¡no está vencido!

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