sábado, 1 de mayo de 2010

PRIMERO DE MAYO

SI LOS TRABAJADORES NO SE PONEN DE PIE,
DIFICILMENTE SE MANTENDRA LA PAZ SOCIAL
En el día histórico del primero de mayo, el proletariado internacional rinde merecido homenaje a todos los trabajadores caídos durante las gestas históricas en Chicago, EU; Cananea, Sonora, y Río Blanco, Veracruz, en México, y en todos los movimientos libertarios alrededor del mundo. La lucha por alcanzar mejores niveles de vida y una mejor distribución del producto del trabajo social ha sido una constante desde que los trabajadores asalariados irrumpieron en la historia como clase social, con intereses y necesidades propias. Por ello, celebramos las conquistas alcanzadas hasta hoy a base de sangre y sacrificios, pero lo más importante aun, es no quedarse viviendo del recuerdo de las victorias de nuestros predecesores, sino escribir con nuestra propia lucha y sacrificio el capítulo de la historia que corresponde a la actual generación de trabajadores, para continuar arrancando las conquistas al capital que en justicia corresponden.

Parte de esas luchas que debemos librar diariamente, es la de tomar conciencia plena de la realidad material del mundo en que vivimos, y en particular de la correlación de fuerzas que impera en nuestro país; las causas y efectos de la problemática que afronta nuestro pueblo, en particular de la clase social mayoritaria, el proletariado, para poder visualizar con éxito a los enemigos declarados de nuestras causas y en base a ello establecer la estrategia y la táctica adecuadas de lucha.
El de Felipe Calderón es el peor sexenio de la historia para la clase trabajadora. De acuerdo al estudio realizado por especialistas del Centro de Análisis Multidisciplinario de la UNAM, durante el gobierno calderonista la pérdida acumulada del poder adquisitivo del salario de los trabajadores es del 42.7 %. En tan sólo tres años, prácticamente se iguala a la pérdida sufrida durante el sexenio de Miguel de la Madrid (1982-1988); de continuar la tendencia en la pérdida del poder adquisitivo, el salario mínimo presentaría un retroceso mayor al registrado en el sexenio de Ernesto Zedillo, que fue del 51.1 por ciento, pues en el actual sexenio se podría alcanzar el 62 por ciento.
El documento citado que lleva por título “Impacto del Incremento de Precios en el Poder Adquisitivo del Salario Mínimo, en el Gobierno de Felipe Calderón”, revela que en lo que va del sexenio, el fríjol se ha incrementado en 129 %, el azúcar en 121%, el aceite comestible 125 %, y el huevo en 89 %, lo que nos indica que el actual sexenio, a más de tres años de iniciado, se ha agravado el problema de la precarización de las condiciones laborales de los trabajadores. El deterioro constante del poder adquisitivo del salario de 1982 a la fecha arroja la cifra del 82.20 %; el salario en picada junto con los niveles de bienestar de la población.
Para estos estudios, el Centro Multidisciplinario se basa en una “Canasta Alimentaria Recomendable” (CAR), es decir, los alimentos recomendables para el consumo diario de una familia de cinco personas -dos adultos, dos niños y un joven- y no incluye el gasto en vivienda, transporte, educación, salud, vestido, calzado y recreación. En los tres años de administración calderonista, del primero de diciembre de 2006 al uno de noviembre de 2009, el costo de la CAR pasó de 80.83 pesos a 148.50 pesos, es decir, un incremento de 67.67 pesos, que representa un 83.7 por ciento más. Y las alzas no se detienen, pues del “uno al 15 de enero de 2010, la CAR tiene un precio de 154.50 pesos”. El estudio citado refiere que durante ese mismo periodo, el salario mínimo únicamente se incrementó en 17 por ciento, sufriendo una pérdida en su poder adquisitivo de 42.7 por ciento.
Los resultados de este estudio exhiben claramente la política salarial criminal que las fuerzas del capital han impuesto a los trabajadores, condenándolos a enfrentar un sistemático y cada vez mayor deterioro en el nivel de vida.
NO A LA CONTRARREFORMA LABORAL. El capital financiero y monopólico y la servidumbre panista en el gobierno insisten en liquidar la actual Ley Federal del Trabajo para imponer una nueva que convenga a sus intereses. No conformes aún con el grado de sobre explotación a que han sido sometidas las masas obreras se insiste en imponer en la misma el credo neoliberal, para que los señores empresarios puedan ser “competitivos” -dicen éllos-. Se insiste en individualizar la relación de trabajo, haciendo a un lado la contratación colectiva; se pretende desmontar las organizaciones sindicales apostando a la reducción del salario y las prestaciones.
Se quiere convencer a la sociedad, y en particular a los trabajadores, de que las exageradas pretensiones de la mano de obra inhiben la creación de puestos de trabajo, y que la necedad del trabajador de no conformarse con lo indispensable para no morirse de hambre, genera el desempleo.
Las cúpulas empresariales y el gobierno gerencial acusan al trabajador de ser desconsiderados, que no entienden ni aceptan que para que puedan conseguir una chamba tienen que estar dispuestos a ser poco más que esclavos a fin de que el capital se anime a arriesgar en México.
¿Qué propone la dictadura económica?: pago por hora, jornadas de más ocho horas; contrataciones a prueba, por temporada y de capacitación, hasta por un periodo de seis meses, así como elevar los requisitos para emplazar a huelga, al grado de hacer nugatorio este derecho, esto entre otros atentados. Es absolutamente falso que la contrarreforma laboral sea necesaria para incentivar la creación de empleos y el desarrollo económico, como lo sostienen los pomoventes de la derecha. El caso de la fortuna de Carlos Slim -el hombre más rico del mundo- es la muestra más palpable de que no hace falta ninguna reforma a la LFT para que un empresario sostenga y desarrolle las fuentes laborales, sea “competitivo y haga crecer su fortuna apropiándose de la plusvalía que genera el trabajador. Esa altísima concentración de la riqueza en un solo hombre fue posible en el marco de la legislación laboral actual, lo que sucede es que se quiere llevar al trabajador a su máxima explotación, quieren mano de obra esclava, casi regalada, equiparando en los hechos al trabajador con una bestia de carga, la que sólo necesita zacate para sobrevivir.
Algo inhumano y totalmente inadmisible; los trabajadores tendrán que ponerse de pie y cerrar filas ante este atropello que amenaza su extinción. En esta jornada del primero de mayo, el grito libertario de la clase obrera mexicana debe ser fuerte para que lo escuchen los que están sentados en su palco de oro. ¡No a la contrarreforma laboral de la derecha explotadora!, ¡lo que demandan los trabajadores es que se cumpla la que está vigente, en todos sus términos! ¡Sin justicia laboral no hay democracia ni país viable! ¡Que vivan los trabajadores, creadores de la riqueza y todo cuanto nos rodea! ¡Trabajadores del mundo, uníos!

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