sábado, 22 de mayo de 2010

EL CASO DIEGO FERNANDEZ DE CEBALLOS

A la derecha le urge fabricar un héroe para la candidatura presidencial. A siete días de haber desaparecido misteriosamente el exsenador Diego Fernández de Ceballos aún no se sabe nada sobre su paradero, ni si ya se solicitó dinero para su rescate. Varias incógnitas asaltan la malicia popular sobre el supuesto secuestro que da lugar a múltiples interpretaciones, que inútilmente tratan de ser atajadas desde los altos círculos del régimen de la derecha en el poder.
Según se ha vertido en los medios, el viernes 14 de mayo, siendo aproximadamente las 11 de la noche, uno de sus empleados escuchó llegar su camioneta más no lo recibió físicamente porque se fue a dormir; así quedaron las cosas hasta el sábado 15, en que se dieron cuenta de su ausencia y comenzaron a buscarlo a las 7 de la mañana. Después, encontraron su camioneta y algunos objetos personales, corroboraron los investigadores que la sangre encontrada pertenecía al “Jefe Diego”.
Las noticias nacionales e internacionales se ocuparon de inmediato del caso; la reseña de su vida personal y los altos cargos públicos desempeñados, y desde luego su historia como uno de los militantes más distinguidos del PAN fueron divulgados ampliamente. Pero hay algo raro que debemos hacer notar, toda esta información ha sido editorializada y controlada, dizque para no dar cabida a la especulación. El Congreso de la Unión se solidarizó oficialmente con la familia de Diego y las clases directoras en general se han mostrado parcas en sus declaraciones pretextando que no quieren “enrarecer el ambiente”. Pareciera que la única voz que cuenta es la oficial y que se quiere acallar las manifestaciones públicas ajenas al interés del régimen.
Corriendo el riesgo de que los partidarios de Diego Fernández de Ceballos me quieran quemar en leña verde por atreverme a formular hipótesis diferentes a las oficiales, voy a compartir con ustedes algunos cuestionamientos sobre el caso. El hombre en mención es uno de los más ricos del estado de Querétaro, partidario del fraude electoral de 1988 y amigo personal de Carlos Salinas de Gortari -le decían la ardilla, porque no salía de Los Pinos-, en pago por sus servicios al salinato recibió miles de hectáreas en la Bahía de Punta Diamante, en Acapulco, tierras con alto valor turístico y valuados en varios miles de millones de dólares. Siendo abogado litigó defendiendo empresas en sendas demandas contra del Estado, utilizando el tráfico de influencias y dejándole multimillonarias ganancias.
Ahora vienen las preguntas: Sabiendo de antemano del clima de inseguridad que se vive en el país, y que su posición como hombre adinerado lo ubica naturalmente en las listas de candidatos a ser secuestrados por el crimen organizado, ¿por qué iba sólo la noche del secuestro?, ¿acaso no contaba ni con un chofer a su servicio? ¿Acaso no cuenta con equipo personal de seguridad? La opinión pública demanda ser informada con la verdad; que andar sólo por las noches era una de sus costumbres y nunca ha contado con seguridad personal, si así se nos dijera y fuera verdad, entonces habría que decir que fue un delito común de secuestro, pero si en cambio descubrimos que, siempre ha contado con seguridad que protege sus espaldas, tiene chofer a sueldo y nunca anda solo, entonces su soledad en esa noche fue un cuadro premeditado y estaríamos hablando de un complot armado por el régimen reaccionario. Y dado el clima político y económico que vive el país, ésta sería la hipótesis más creíble porque analizándolo bien, responde a las necesidades de supervivencia del régimen reaccionario y contesta todos los cuestionamientos del caso.
La mayor preocupación que recorre los cerebros en los altos círculos de la derecha y la intelectualidad a su servicio es sin lugar a dudas, cómo resolver en su favor el problema de la sucesión presidencial de 2012. Ante los pésimos resultados en todos los ámbitos de la vida nacional saben que tienen la Presidencia perdida, necesitan algo más que buena suerte y recursos económicos para invertir en la compra de conciencias; lo que necesitan es, y creo que éste es el caso, la inteligencia necesaria para armar un complot de Estado con el peso suficiente de credibilidad para manipular electoralmente a la opinión pública. De manera que, la fabricación de un héroe en las filas azules en estos tiempos preelectorales equivale a la orquestación de un candidato presidencial.
El sonado caso Diego Fernández de Ceballos cuenta con todo lo necesario para ser un montaje premeditado, porque llena todos los huecos de la política calderonista. Victimización y conmiseración; si el queretano, después de un tiempo oculto reaparece vivo, se convertirá en un héroe en automático, ya los medios están avanzando en esa tarea. Sería la mano del secuestrado la encargada de levantar la bandera alicaída de la lucha contra el crimen organizado y el narcotráfico, hoy tan cuestionada por el pueblo; ya con la popularidad por las nubes su candidatura presidencial sólo es cuestión de trámite. A estas alturas el PAN no tiene en el gabinete ni por ningún lado al personaje fuerte y con cualidades que pueda ser candidato presidencial, Diego Fernández de Ceballos puede ser la carta bajo la manga, pues es un personaje que destaca por su rancio conservadurismo y por ser un integrante del sector doctrinario del PAN, donde se le ubica a Felipe Calderón. Todo apunta en ese sentido ¡un complot de la derecha!

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