miércoles, 14 de octubre de 2009

EL COMITÉ DE LA REACCION EN CAMPAÑA

Durante las últimas semanas, a partir de la presentación del “paquetazo” económico para 2010 ante el Congreso de la Unión, las fuerzas reaccionarias han iniciado una campaña virulenta y mentirosa dirigida a promoverse ante el pueblo para superar las derrotas electorales sufridas recientemente y posicionarse en la víspera de la batalla por la sucesión presidencial de 2012.
Ahora con discurso de candidato Calderón se pronuncia por un cambio profundo a favor de los pobres. Mayor engaño no puede haber; ahora resulta que los mismos autores de las políticas públicas generadoras de la miseria se declaran salvadores de los pobres. Si usted ha escuchado o visto los promocionales del régimen en radio o televisión, se habrá dado cuenta que han cambiado su vocabulario tradicional con el fin de ganar adeptos para su propuesta fiscal del año próximo. Dicen por ejemplo que: “…para que los más pobres no tengan que reducir una comida, o cambiar las proteínas por minerales, es necesario que el Congreso apruebe el paquete económico presentado”. ¿Será que de pronto les surgió la preocupación por los pobres?
Supone la derecha que al apropiarse de las banderas y el discurso que tradicionalmente han correspondido a las fuerzas del progreso les dará el disfraz de oveja para sorprender al rebaño y obtener beneficios electorales. Lo cierto es que el Comité de la reacción confeccionó un paquete económico puramente asistencialista a la medida de sus necesidades político-electorales, con el que pretenden disminuir el repudio del pueblo hacia su gestión, en la víspera de las elecciones en 10 estados de la República para 2010 y la sucesión presidencial que ya está en marcha. Sólo basta hacer un comparativo entre el proyecto fiscal que se está presentando y el de 2009 que está en operación actualmente, para darnos cuenta de los fines y propósitos.
Por ejemplo, el programa “Oportunidades” reporta un aumento del 50 por ciento; el seguro Popular se incrementa en un 34 por ciento, mientras la inversión en los programas productivos del agro nacional se disminuye en un 40 por ciento. Igual sucede con programas impulsores de la productividad, como lo es el FONAES, al cual se le pretende reducir en 34 por ciento su presupuesto. Se mete la tijera sin clemencia a la SRA para desaparecerla, motivados por una cuestión de orden ideológico; se recorta el FAPPA y PROMUSAG de manera arbitraria, tan sólo en el programa enfocado a la mujer rural, la derecha propone quitarle el 37 por ciento, al pasar de 900 millones a 500 millones de pesos; una situación absurda cuando el sector rural se está feminizando. Recordemos que los hombres del campo son los que nutren mayormente las filas de los migrantes que viajan a la frontera norte en busca de empleo.
Un elemento más de la campaña del Comité de la reacción lo es sin duda la manipulación de la fe que ejerce el clero político. Desde el púlpito, la Iglesia católica siempre ha actuado a favor de la tiranía histórica y está vez no es la excepción. Violando flagrantemente, repetidamente e impunemente, como vulgares delincuentes reincidentes, ahora se lanzan contra el Poder legislativo, al que acusan de ser el freno que ha evitado el avance del pueblo. Los peones del Vaticano en México hicieron uso de su publicación oficial “Desde la Fe”, para decir que “el Poder Legislativo se mantiene como el espacio más rezagado en la toma de decisiones ante la urgencia y magnitud de los problemas del país: recaudación fiscal, modernización y desarrollo de Pemex, mejoramiento de la justicia, control de líderes sindicales, impulso a la educación e investigación”, entre otros ataques. A la institución milenaria que sigue manteniéndose al margen de todos los procesos históricos no les gusta el contrapeso que significa el Congreso a las ambiciones de la reacción oscurantista y los vendepatrias.
La Iglesia Católica estuvo en contra de la Revolución de Independencia; en contra de la República, en contra del gobierno de Juárez, y a favor de la intervención francesa y el llamado imperio de Maximiliano. En contra de la Revolución Mexicana y a favor de Porfirio Díaz y los hacendados, y armó y financió la guerra cristera. Hoy sigue su tradición como retranca del progreso apoyando al neoliberalismo y a sus líderes más esclarecidos como Carlos Salinas de Gortari, Ernesto Zedillo, Vicente Fox y Calderón. Esa misma institución contrarrevolucionaria por naturaleza ahora quiere que los diputados aprueben el paquete económico de la derecha; no lo dicen, pero no hace falta ser mago para saber que su última actuación a través de su semanario en contra del Congreso es para ejercer presión y urgir a los diputados a que aprueben el paquete fiscal del régimen de derecha. Sería ingenuo pensar que su preocupación es por los pobres, éstos no le han importado en ninguna época de su historia; lo que les quita el sueño es la real posibilidad de que el conservadurismo clerical y los amos del dinero pierdan el poder en la próxima sucesión presidencial.
El conjunto de fuerzas retardatarias ya están movilizando sus arsenales y organizando sus diferentes trincheras y militancias. El jefe político de la dictadura está actuando desde los Pinos, con los enormes recursos públicos de que dispone; las cúpulas empresariales nacionales, aliadas naturales del capital monopólico internacional y; la Iglesia Católica -el alto clero-, actuando desde el púlpito y todos los medios a su alcance para imponer la manipulación de la fe sobre el pueblo creyente. La mochería unida a los intereses del capital, todos actuando bajo una misma bandera y programa, los del Partido Acción Nacional, con un solo propósito, retener el poder y el régimen de privilegios que consideran de su exclusiva propiedad.
El camino hacia la sucesión presidencial está llena de obstáculos, engaños y trampas, que el comité de la reacción va tendiendo a cada paso con el fin de asaltar y torcer la voluntad popular para mantenerse en el poder de manera perpetua. El papel de la inteligencia colectiva del pueblo y sus fuerzas de avanzada, consiste en esclarecer el camino hacia la emancipación definitiva.

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