sábado, 6 de junio de 2009

EL PROYECTO MEXICO 2030
LOS ACUERDOS SECRETOS DEL ANEXIONISMO

Las estrategias de dominación del imperialismo norteamericano son a largo plazo. Los proyectos que realizan sus cuadros de inteligencia son de largo alcance y los objetivos que se plantean no se agotan en una sola generación sino que trasciende en largos procesos evolutivos. Casi al promediar la década de 1920, el funcionario que fungía como Secretario de Estado, Mr. Lansing, en interesante documento presentado al entonces Presidente estadounidense, Woodrow Wilson, escribía: “…A México es fácil dominarlo, basta con tener de nuestra parte a una sola persona. Habrá que esperar a que jóvenes mexicanos vengan a estudiar entre nosotros, que se imbuyan de nuestros valores y nuestro modo de pensar. Ellos se encargarán de hacer los cambios que nos convienen y serán hasta más radicales que nosotros”. Esta ha sido la actitud permanente de los sectores dirigentes del imperialismo: de dominio y sojuzgamiento. El “sueño dorado” no terminó con la apropiación indebida de una parte significativa de nuestro territorio, permanentemente han buscado diversos caminos que los lleven a tal fin.
Desde hace varias décadas se puso en marcha la estrategia aconsejada por Mr. Lansing. Los hijos prominentes de la clase política gobernante comenzaron a recibir becas y se los llevaron a estudiar en las altas escuelas del imperialismo, entre ellas, las universidades de Harvard y la de Yale, en Washington, donde se forman los cuadros al servicio del capital monopolista y financiero. Esa nueva casta de becarios recibió la cátedra de los sacerdotes del capitalismo y se imbuyó en sus valores, para luego regresar al país y desplazar, primero, a los altos mandos de la burocracia, y enseguida a la clase política dirigente, misma que sostenía hasta ese entonces el proyecto social de la Revolución Mexicana. Dos personajes emblematizan el fruto alcanzado por la implementación de esa estrategia: Carlos salinas de Gortari y Ernesto Zedillo. En 1982 irrumpe en el poder la tecnocracia neoliberal, divorciada totalmente de nuestro proceso revolucionario y nuestra vía de desarrollo, encontrando en el Partido Acción Nacional al aliado ideológico natural, una conjunción de fuerzas cuyo proceso culminó en el año 2000 con la entrega total del poder a la doctrina de la elite financiera y a los sectores reaccionarios, apátridas y clericales.
Una vez alcanzado el objetivo de obtener la primera magistratura del país para su causa en el año 2000, la estrategia de dominación del imperialismo norteamericano sobre nuestro país se fija una nueva meta y se traza el “Proyecto México 2030”, donde se organizan las tareas que debe cumplir la derecha en el poder durante los siguientes sexenios que piensan seguir gobernando. Un proyecto confeccionado en Washington para que el panismo lo enarbole como suyo.
Algunas de las acciones que se están llevando a cabo en cumplimiento de este Proyecto anexionista se pueden leer muy claro en un extenso artículo de un periodista norteamericano llamado Stephen Lendman, en el que señala -entre otras cosas- que: “los Líderes de Canadá, EEUU y México han estado reuniéndose secretamente para ampliar su acuerdo de libre comercio más conocido como NAFTA (North American Free Trade Agreement) con la “integración profunda” de una fuerza tri-nacional militarizada de “seguridad de la patria”. Tomando forma por debajo del radar de los gobiernos respectivos y sin el conocimiento o consideración pública, la llamada Sociedad de la Seguridad y la Prosperidad (SPP, en inglés) desde su jefatura en Washington apunta a integrar a las tres naciones en un solo bloque político, económico y de seguridad.
La SPP fue proclamada en una reunión de los presidentes George W. Bush, Vicente Fox y el primer ministro Paul Martin en Waco, Texas, el 31 de marzo de de 2005. El sitio web oficial de EEUU describe la SPP como “…una iniciativa conducida por la Casa Blanca entre Estados Unidos, Canadá y México para aumentar la seguridad y realzar la prosperidad…” La SPP no es una ley, o un tratado, ni siquiera un acuerdo firmado. Cualquiera de éstos requeriría la discusión y participación pública del Congreso.
La SPP fue alumbrada en la era de la “Guerra al Terrorismo” y refleja un énfasis excesivo en la seguridad de EEUU tal como la interpreta el ministerio de Seguridad de la Patria. Sus acuerdos asignan acciones militares fronterizas, entrenamiento de policías, modernización de equipos y adopción de nuevas tecnologías frontera por mandato de las nuevas tecnologías, encuadrando todo bajo la lógica de la campaña contra el terrorismo de EEUU. El jefe de la Seguridad de la Patria Michael Chertoff, junto con la exsecretaria de Estado Condoleezza Rice y el secretario de Finanzas Carlos Gutiérrez, son los tres altos funcionarios designados para atender las conferencias ministeriales de la SPP.
Con sus medidas para coordinar la seguridad han presionado a México para que militarice su frontera sur. Los elementos militares yanquis que ya operan al interior de México, más los efectivos de la DEA y del FBI han iniciado programas de entrenamiento para el ejército mexicano (ahora involucrado en la guerra a la droga), también para las policías federales y estadales y para unidades de inteligencia. El periodista Stephen Lendman indica que una página de un informe del Pentágono hizo alusión a una invasión de EEUU a México si el país se desestabilizara o el gobierno hiciera frente a una amenaza de derrocamiento debido a “un extendido caos económico y social” que comprometería las inversiones de EEUU, el acceso al petróleo, el funcionamiento global del comercio y generaría una gran cantidad de inmigrantes que se dirigirían al norte.
El influyente departamento de Defensa Nacional de Canadá, a través del nuevo jefe del Personal de Defensa, general Rick Hillier, y el ministro, Gordon O’Connor, también están alineados con esta cruzada. Todos están apoyando el aumento del gasto militar de la nación para ligarse a la “Guerra al Terrorismo” estadounidense.
La SPP creó el Consejo de la Competitividad de Norte América (North American Competitiveness Council, NACC) que presta servicios como grupo oficial de trabajo de la entidad trinacional. El grupo está compuesto por representantes de treinta compañías gigantes de Norte América, incluyendo a General Electric, Ford Motors, General Motors, Wal-Mart, Lockheed-Martin, Merck y Chevron.
Las recomendaciones del NACC están centradas en la “implicación del sector privado” como “un paso dominante para las posiciones competitivas de América del Norte en los mercados globales y fuerza impulsora de la innovación y del crecimiento”. El NACC privilegió la importancia de establecer políticas de ganancias máximas.
La agenda de EEUU otorga prioridad al acceso de las grandes corporaciones a los recursos naturales canadienses y mexicanos, especialmente al petróleo y al agua. El Consejo de la Competitividad de NA dictaminó que “la prosperidad de Estados Unidos descansa principalmente en fuentes seguras de energía importada”. La seguridad energética de EEUU considera una prioridad superior los propósitos que animan a Canadá y a México a permitir la privatización de las empresas dirigidas por el gobierno, tales como PEMEX, Petróleos Mexicanos, la compañía petrolera estatal de México. En enero de 2008, Halliburton [del vicepresidente Dean Cheney] firmó un contrato con PEMEX por 683 millones de dólares para perforar 58 nuevos pozos de prueba en Chiapas y Tabasco y para asumir el control del mantenimiento de las tuberías. Éste fue el último de los contratos por 2 mil millones de dólares asignados por PEMEX a Halliburton durante las administraciones de Calderón y de Fox, mientras la oposición advierte que muestran públicamente la política encubierta de promoción de su privatización en beneficio del capital monopólico estadounidense. La política de EEUU también busca asegurar su acceso ilimitado al agua de Canadá. Connie Fogal del partido Canadian Action dijo: “El SPP es una toma hostil de posesión del aparato del gobierno democrático… un coup d’etat sobre las operaciones del gobierno de Canadá, de EEUU y de México”.
En New Orleáns se realizó la cuarta reunión de la SPP, llevada a cabo del 22 al 24 de abril de 2008, con la participación de George Bush, el primer ministro de Canadá Stephen Harper y el presidente de México Felipe Calderón. Los manifestantes levantaron lo que llamaron “Cumbre del Pueblo”, con presencia en calles y lugares de trabajo para informar a la gente cuán destructiva es la SPP y consolidar una red y lazos de organización capaz de luchar contra esa instancia, manteniendo información en línea sobre sus actividades, promoviendo esfuerzos y construyendo apoyos a su determinación de continuar resistiendo esta gigantesca agenda corporativo- represiva.
La cumbre de abril reafirmó las intenciones de la SPP de imponer una Norteamérica sin fronteras, disolviendo la soberanía nacional bajo el control de los gigantes corporativos y asegurar la mayor parte a las grandes compañías de EEUU. También se propone convertir a Norte América en una fortaleza militarizando el continente bajo el comando de EEUU.
La militarización incluye al Comando Norte de EEUU (NorthCom), establecido en octubre de 2002, que tiene la responsabilidad del aire, tierra y mar del continente sin importar las limitaciones de Posse Comitatus que se aplican a los largo de las fronteras soberanas antes de borrarlas fácilmente. El FBI, la CIA y todas las agencias de espías de EEUU siempre han estado militarizando a las policías locales y estadales utilizando fuerzas de la Guardia Nacional, y mercenarios paramilitares provenientes de la empresa Blackwater, de EEUU. Se dirigen dondequiera en el continente con la licencia para operar tan libremente como en Iraq y en el New Orleáns post Katrina.
También existen otros procesos de militarización en desarrollo. Desde el 14 de febrero 2008, EEUU y Canadá acordó permitir la presencia de tropas estadounidenses dentro de Canadá. Los canadienses no dijeron nada sobre este acuerdo, que fue bosquejado en 2002. No hubo ninguna discusión en el Congreso o en la Cámara Canadiense de los Comunes (Canadian House of Commons). Entonces se estableció la “integración bilateral” de las estructuras militares del Comando en áreas de inmigración, aplicación de ley, inteligencia y cualquier otra manifestación de deseos del Pentágono o de Washington. Todo esto forma parte de la “Guerra al Terror” y a la militarización del continente para hacerlo “más seguro” para los negocios y estar preparados para cualquier oposición civil que resulte de la inconformidad de los pueblos.
México fue blanco de un “Plan México”, anunciado en octubre de 2007. Se trata de un plan de seguridad para México y Centro América llamado “Iniciativa Mérida”, con 1.400 millones de dólares en ayuda asignada. El Congreso pronto votará sobre esta iniciativa, probablemente antes que se publique este trabajo. Es “una iniciativa regional de cooperación en seguridad” similar al “Plan Colombia” y presentada como esfuerzo para luchar contra el tráfico de drogas.
De hecho, la Iniciativa Mérida es parte de la militarización alentada por la SPP para México y otorga más control del país a Washington. La mayoría de la ayuda va a las fuerzas de policía y a los militares de México con la mayor porción principal destinada a equipamiento, entrenamiento y mantenimiento con los contratistas privados de defensa de EEUU. Las instrucciones vigentes eluden el despliegue en México de tropas directas de EEUU para que su lugar sea ocupado por otros, utilizando fuerzas privadas de seguridad de EEUU, es decir, Blackwater y Dyn Corp”. Hasta aquí el artículo de denuncia de este valiente periodista norteamericano.
En estos momentos el objetivo del imperio para seguir cristalizando sus apetitos anexionistas es, lograr la victoria electoral de sus lacayos en la próxima jornada electoral y obtener una mayoría legislativa en el Congreso de la Unión que les permita seguir avanzando en sus insanos propósitos. Los objetivos enarbolados por el Partido Acción Nacional bajo el Proyecto México 2030 no deben seguir desarrollándose, los sectores sociales más avanzados del país sabrán construir con su voto una valla protectora de la identidad nacional. No es hora de arriar las banderas revolucionarias ni de abandonar los ideales más sentidos del pueblo. ¡Salvemos a México!

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