sábado, 6 de junio de 2009

EL ARTÍCULO 39 CONSTITUCIONAL
Y LA CAMPAÑA POR EL VOTO EN BLANCO

Durante los últimos días que transcurren ha irrumpido con fuerza en medio de este proceso electoral, una campaña mediática bien organizada en medios escritos y la internet, en la que participan diversos enfoques sobre la invalidez del voto ciudadano en la presente jornada electoral. Es una campaña bien articulada que se vale de causas y efectos reales para promover la no participación popular mediante la presentación del voto cruzado, voto en blanco, o de plano la inasistencia a las urnas el día de la elección, lo que constituye una estrategia dirigida a incentivar el abstencionismo electoral de las clases descontentas del país.
Tomemos en cuenta que quienes participan en esa promoción tienen acceso a plasmar su opinión en las páginas de los periódicos, en televisión o la internet, por lo general son intelectuales asalariados al servicio de las clases satisfechas. El grueso de la población no tiene la capacidad para hacerse escuchar en los medios de comunicación, y la valiosa opinión de las clases marginadas queda opacada y oculta ante las campañas ensordecedoras de los medios de la burguesía, lo que convierte al derecho constitucional de la libertad de expresión en un elemento más de la lucha de clases y un ideal inalcanzable todavía.
Una buena cantidad de estudios sobre la opinión pública circulan en el país donde se magnifica con altavoces la posibilidad de un elevadísimo abstencionismo electoral para el próximo 5 de julio. Uno de esos estudios “desinteresados” es el que realizó en días pasados la Coparmex, el sindicato patronal reaccionario y uno de los bastiones del panismo, en el cual se sostiene que el porcentaje de abstencionismo será del 80 por ciento en esta elección.
Es cierto que el descontento popular en vez de amainar va creciendo, no hay quien pueda sostener lo contrario; que hay falta de fe, desilusión y hartazgo hacia el sistema político dominado por el neoliberalismo de derecha y sus resultados es totalmente cierto, pero la solución al desagravio que se nos está planteando no remedia el problema, más bien lo agrava al colocar al descontento al margen del proceso electoral, en forma intencionada, dejando el camino libre para que sólo las clases satisfechas acudan a votar y con ello refrenden la continuación de sus privilegios.
Esa campaña mediática engañosa, que no propone otras alternativas, que lo único que promueve es votar en blanco o cruzar la boleta electoral para nulificarla, lo que promueve en realidad es apartar el repudio de las clases sociales marginadas hacia la plutocracia gobernante para que no participe en la contienda; esto equivale a despojar una vez más a los sectores mayoritarios del pueblo de su derecho a elegir a un gobierno que represente el interés de esas mayorías proletarias.
Sólo hay un sector beneficiario que puede tener interés en promover la apatía política mediante campañas engañosas y encubiertas, y ese es el Partido Acción Nacional y la clase social reaccionaria que representan. Sabedores de la reprobación y el castigo popular que esperan por sus nefastos resultados al frente del gobierno, sólo la derecha puede preferir un voto en blanco a un voto de castigo.
Ante los enormes problemas que vive el país, un voto en blanco equivale a adoptar la actitud de brazos caídos, que en nada conviene a las clases sufrientes del país. La solución es participar y no bajar los brazos ni hacerse partícipe de ese llamado al abstencionismo electoral. Claro que hay que rebelarse ante la injusticia, pero no en la forma que se propone, claro que hay que protestar, pero no cruzando la boleta electoral y nulificándola para que no cuente, sino usándola para castigar y echar fuera del poder a las fuerzas políticas neoliberales y recomponer el rumbo.
Nada de bajar los brazos, eso es precisamente lo que quisieran pero no se les va a conceder. Y si se llegara el momento que en definitiva el pueblo no pudiera mediante el sufragio liberarse de la dictadura neoliberal retrógrada para enrumbar su destino, entonces habría que hacer efectivo el mandamiento contenido en el artículo 39 constitucional, el cual establece que: “La soberanía nacional reside esencial y originariamente en el pueblo. Todo poder público dimana del pueblo y se instituye para beneficio de éste. El pueblo tiene, en todo tiempo, el inalienable derecho de alterar o modificar la forma de su gobierno”. Y yo agregaría que, para alterar o modificar la forma del gobierno actual en beneficio del pueblo, “en todo tiempo”, están consideradas todas las vías para acceder al poder, ninguna está descartada. Así que el pueblo soberano tiene derecho a escoger en todo momento: o acudimos a votar o elegimos la vía revolucionaria para transformar a la sociedad. Con el sufragio o con el fusil, abstención nunca.

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