domingo, 28 de junio de 2009

EL 5 DE JULIO
MEMORIA Y RESPONSABILIDAD FRENTE A LAS URNAS

El próximo 5 de julio cada uno de los mexicanos tiene una cita con la historia; nuestra responsabilidad es tanto colectiva como individual. En esta fecha de nuestro calendario no celebraremos lo que algunos llaman “la fiesta de la democracia” tratando de festejar anticipadamente; esa es una frase cursi y sin contenido que se maneja muy a menudo en el vocabulario de los politólogos perfumados de la derecha, que no ven en el sufragio más que la cuestión folclórica y superficial, ése no debe ser nuestro objetivo. Por el contrario, si enjuiciamos el hecho desde el punto de vista de las clases sufrientes del país, debemos caracterizar el día de los comicios como una jornada de combate para reclamar el cumplimiento de los legítimos intereses de nuestro pueblo.
Por primera vez estoy de acuerdo en algo con la derecha. Las clases minoritarias que gobiernan al país en su beneficio y su partido, el Acción Nacional, están promoviendo en su campaña dos elementos sustanciales que el ciudadano debe tomar en cuenta a la hora de acudir a votar, inquiriendo falsamente que el hacer uso adecuado de tales elementos les beneficia a ellos. Se refieren a la memoria y la responsabilidad, dirigiendo sus baterías contra el Partido Revolucionario Institucional y la “obra negativa de sus gobiernos”. Afirman que tal partido le apuesta a la desmemoria del pueblo para tratar de ganar adeptos y soliviantan al pueblo a votar por el partido de “las acciones responsables”.
Estoy de acuerdo en que el ciudadano en solitario y con su mano justiciera presta a cruzar el emblema del partido y su candidato haga un ejercicio de memoria antes de proceder a elegir responsablemente su porvenir. De este modo la esclavitud asalariada tiene ante sí la oportunidad de iniciar su liberación ejerciendo su derecho al “sufragio universal libre y secreto”, pero para que esto suceda tiene que superar una serie de barreras, trampas y obstáculos que le ha tendido en su camino la plutocracia para evitar que el voto mecánico se convierta en voto de calidad y en arma fundamental para que el pueblo logre las verdaderas transformaciones sociales que demanda.
En primer lugar, tanto el ama de casa como el jornalero, deben superar la etapa de la democracia rudimentaria que se nos impone a través de la mercadotecnia electoral. Se tiene que estar consciente que el proceso electoral no es un concurso de belleza, nuestro voto no debe ser para el candidato “más guapo”, porque la elección no es para ver quién gana el papel estelar de una telenovela, sino para designar a quienes ejecutarán un programa de gobierno que nos puede beneficiar o perjudicar, por eso estoy de acuerdo en que debe ser un voto responsable y de acuerdo a nuestros intereses de clase.
Es cierto que debemos combatir la desmemoria. Si eres ama de casa, antes de cruzar el mismo emblema del partido que elegiste la elección pasada, acuérdate y pregúntate a ti misma si la situación económica de tu familia ha cambiado, si hoy puedes alimentar mejor a tus hijos, si el salario de tu esposo es suficiente para cubrir las necesidades de tu prole como son vestido, alimentación, vivienda digna, educación, cultura y recreación. Si la situación que vives en casa por el contrario es peor que antes: menos alimento en tu mesa, menos educación para tus hijos, menos salario, menos empleo, mayor inseguridad, mayor violencia, ¡detente!, no cometas el mismo error que ya haz cometido en varias ocasiones, que con tu mismo voto te estás poniendo la soga al cuello; recapacita a tiempo.
Si eres un obrero de mediana edad, acuérdate del poder adquisitivo que tenía tu salario en los años ochentas hacia atrás; es decir, cuánta comida podías comprar con aquél salario para llevar a tu mesa y compartirla con tus hijos. Sí comparas lo que puedes comprar hoy con tu jornada te darás cuenta que hay una diferencia abismal. Con los gobiernos de la derecha neoliberal se han esfumado los niveles de bienestar. Los tiempos en que la ama de casa llenaba el carrito de mandado en los supermercados ya no existen; hoy el salario cabe en una sola bolsa de plástico y le sobra espacio.
Si eres un joven obrero y empezaste a trabajar a partir de los años noventas, entonces formas parte de la generación de la crisis endémica que padecemos. Tú no tienes nada qué comparar, eres un trabajador que sólo ha conocido topes salariales, inflación, merma sistemática del poder adquisitivo, aumento de la pobreza en tu familia y hambre en todos los confines del país. Los jóvenes obreros son hijos de la crisis permanente, no han conocido otra cosa que la angustia y la zozobra diaria. Puesto que no han conocido tampoco otras formas de gobernar más que la tecnocracia neoliberal priísta y la derecha fascistoide que despacha desde Los Pinos, por una cuestión lógica, éstos jóvenes trabajadores deben tener bien ubicados a esas fuerzas políticas como las culpables de su infortunio, no tienen a quién más echarle la culpa. No olvides a la hora de votar que ésos son los efectos desastrosos que la ideología de derecha ha cosechado desde que se apoderó del poder e implantó su dictadura en México.
No olvides que el domingo 5 de julio es tu oportunidad de mostrar tu descontento y hacerte justicia por propia mano; es tu responsabilidad si quieres cambiar tu forma de vida, ve al encuentro con tu destino. Hay que llenar las urnas para derrotar a los promotores del abstencionismo. Que tu memoria y responsabilidad sean el arma para lograr una transformación verdadera. No sólo de PAN vive el hombre, ¡Salvemos a México!

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