jueves, 30 de abril de 2009

PRIMERO DE MAYO
JORNADA DE LUCHA DE LA CLASE OBRERA

* Cananea, primer chispazo de la Revolución Mexicana
y símbolo de lucha de la clase obrera
* Que nadie gane más que el Presidente,
Incluida la iniciativa privada
* La clase trabajadora no demanda “oportunidades”,
¡Lo que exige es justicia!




El primero de mayo es una jornada de lucha para la clase obrera a nivel internacional. Es un día propicio para mostrarle a las clases opresoras el descontento generalizado de los que con el sudor de su frente fabrican la riqueza. Momento oportuno, no para celebrar, porque hace años que no hay nada que festejar, pero sí para combatir las enormes desigualdades sociales a que está sujeto el trabajador, cuyo enojo y preocupación es plenamente justificable por su bajo poder adquisitivo.

El primero de mayo, es también momento oportuno para rendir un merecido homenaje a Karl Marx, Federico Engels, Vladimir Lenin y Vicente Lombardo Toledano, los creadores y continuadores de la doctrina emancipadora del proletariado internacional. Doctrina revolucionaria que ilumina el camino a la clase trabajadora para que tome su papel de vanguardia y entienda el papel histórico que le corresponde desempeñar. Filosofía que busca elevar la conciencia de los trabajadores, mejorar su convicción de clase, su sentido de pertenencia a una causa y su militancia clasista para lograr la liberación definitiva y construir con fe infinita en el porvenir un mundo libre de explotados y explotadores.

Sin duda alguna, el día internacional del trabajo también es momento oportuno para rendir un merecido homenaje a todos los trabajadores que han caído en la legítima defensa de sus intereses; a los obreros mártires de Chicago, a los mártires de Cananea y Río Blanco, y a todos los trabajadores que enfrentaron la persecución de las tiranías de ayer y hoy en cualquier parte del mundo. Momento oportuno también para enviar un saludo fraternal y solidario a todas las centrales obreras y sindicatos de México.

La jornada de este primero de mayo se da en condiciones por demás deplorables. Estamos a mediados del quinto sexenio neoliberal que padecemos los mexicanos. Un neoliberalismo depredador y salvaje que ha ocasionado una enorme concentración de la riqueza y el crecimiento insultante de la miseria. En ese abismo de la desigualdad social, el régimen de la derecha en se da el "lujo" de contar entre sus hombres de negocios a uno de los hombres más ricos del mundo: Carlos Slim Helú. Según los datos de la revista Forbes, este peculiar empresario amasa una fortuna cercana a los 60 mil millones de dólares, y sus empresas y negocios representan casi la mitad del mercado bursátil mexicano. Estamos ya a un nivel similar de concentración de la riqueza a la que provocó el estallido de la Revolución Mexicana en 1910.

Duele a los obreros y campesinos su miseria, pero les hiere hasta el agravio la brutal concentración de la riqueza en México, la que se ha agudizado en los 5 sexenios de neoliberalismo y 15 de Tratado de Libre Comercio. En este lapso nuestro país destronó a Brasil arrebatándole el campeonato de la desigualdad social en América Latina. Antes del estallido de la Revolución Mexicana la concentración de la riqueza se daba a través de la propiedad de la tierra y, 100 años después, la realidad parece ser la misma, sólo que ahora es por medio de la liquidez y los instrumentos financieros. Al analizar la descarnada realidad nos damos cuenta que el Estado fundamentalista neoliberal sólo gobierna para los ricos, y se declara enemigo de las demandas y reivindicaciones históricas de la clase trabajadora de nuestro país.

El Estado paternalista y benefactor de las clases privilegiadas, personificado en Felipe Calderón, busca alargar la agonía y la explotación inmisericorde de la clase obrera, violentando el principio de la autonomía sindical, persiguiendo a sus líderes y declarando la nulidad del derecho de huelga. Trata por todos los medios de borrar la conciencia histórica de los trabajadores; su propósito: debilitar, diezmar y quebrantar su conciencia unitaria, sus sentimientos de solidaridad a las luchas de su clase social, impulsando el individualismo, y el autosuficientismo para restarle fuerza al movimiento obrero organizado.
Estamos a pocas semanas de celebrar el 103 aniversario de los heroicos acontecimientos de la huelga de los trabajadores de la mina Oversight de la Cananea Consolidated Copper Company, en Sonora. El hecho en sí mismo, es un suceso que debe ser recordado por los activistas actuales del movimiento obrero, pero su celebración adquiere una mayor connotación por el momento que atraviesa la lucha de clases en México y en el mundo.
Sin hacer una comparación mecánica, hay similitudes históricas que se nos presentan relevantes. La huelga de Cananea se dio en el sector pesado de la clase obrera que representan los mineros, un sector que día a día vive el espasmo de la amenaza de terribles condiciones de trabajo: decenas de metros bajo tierra, con una oscuridad, polvo y un ambiente asfixiantes que vienen a otorgar un peligroso aderezo a las condiciones laborales, con consecuencias funestas que se han repetido decenas de veces en la historia, con miles de mineros muertos y heridos, como la reciente tragedia de la mina Pasta de Conchos, en Coahuila. Sin duda, una de las actividades más riesgosas, es precisamente la de los mineros.
La Organización Internacional del Trabajo (OIT) calcula que en el mundo cada año mueren más de 15 mil mineros, además de que esta actividad laboral provoca en los mineros enfermedades como silicosis –de hecho, 37 por ciento de los mineros de América Latina sufre de silicosis causando 5 mil muertes por año–, neumoconiosis, sordera, secuelas por las vibraciones e invalidez. Según datos de la OIT, a escala mundial las minas emplean a más de 30 millones de trabajadores, y de éstos, unos 10 millones laboran en vetas de carbón como en el caso de Pasta de Conchos. También calcula que otros 13 millones trabajan en lo que se denominan minas pequeñas, las cuales son artesanales y en las que los accidentes son hasta siete veces más frecuentes que en las grandes minas. Todo de conjunto hace una combinación de hechos que resuena fuertemente, como un golpe de un martillo en la roca, en la conciencia de clase de los mineros. Eso provoca que se armen de valor para luchar por sus derechos, que cuestionen, en primera instancia, su entorno inmediato y también el funcionamiento del sistema en el que viven. Es por eso que los mineros de 1906 como los de ahora, tras un letargo de años de inmovilidad y sometimiento a la clase dominante, vencen el miedo a luchar, a perder el empleo, a pasar hambre, se atreven a organizarse y saltan a la lucha. Así como en 1906 fueron los mineros quienes expresaron el fermento revolucionario de los trabajadores mexicanos del campo y la ciudad, en 2009, con el encadenamiento de una decena de huelgas en los últimos años y el terremoto que ha significado la tragedia de Pasta de Conchos, han sido los mineros quienes están expresando el hartazgo de las masas y la cercanía del límite físico y moral a la explotación capitalista y la ausencia de un futuro digno de ser vivido bajo el capitalismo.
Durante los últimos meses, en la minera de Cananea se libra una batalla más entre las fuerzas del capital y el trabajo. Por un lado, la fuerza económica del Grupo México, junto a la fuerza política del régimen de derecha, enemigo histórico de las conquistas de los trabajadores; por el otro, los mineros en huelga en demanda del respeto al Contrato Colectivo de Trabajo, apoyados moral y económicamente por más de 2 mil sindicatos, tanto nacionales como extranjeros, sumando a su causa la solidaridad y el apoyo político de las fuerzas progresistas de México, encabezadas por el presidente legítimo de México, Andrés Manuel López Obrador, los partidos políticos PRD, PT, PC y las agrupaciones políticas agrupadas en el Frente Amplio Progresista. Una batalla de grandes dimensiones porque se está configurando un paralelismo histórico entre las condiciones imperantes en la huelga de 1906 con el movimiento huelguista de hoy.
He aquí algunos datos: producto de una privatización, en 1990, el Grupo México recibe la concesión del gobierno salinista. La minera emplea a 1800 trabajadores sindicalizados, mil administrativos y mil 200 contratistas, todos ellos representan el 16.71 por ciento de la población del municipio. Durante 2006, las utilidades de la minera crecieron en un 148 por ciento con respecto al año anterior. Antes del paro huelguista, los trabajadores producían un capital para la empresa estimado en 3 millones de dólares diarios; al bajar los brazos los obreros, el capitalista deja de ganar. El 30 de julio de 2007, el sindicato minero inicia la huelga en demanda de cumplimiento al Contrato Colectivo de Trabajo; el 7 de agosto de 2007, la JFCA, declara inexistente la huelga. El 17 de diciembre de 2007, el Primer Tribunal Colegiado en Materia de Trabajo, determinó legal la huelga minera. Sin embargo, ante la presión ejercida por el Grupo México y el régimen de derecha, el pasado 14 de abril, la JFCA, declaró por segunda ocasión inexistente la mencionada huelga.
El fondo del problema que se vive en Cananea, igual que en todo el país, es el tipo de gobierno que padece el pueblo, un gobierno que trabaja sólo para los empresarios y que nunca escuchará las demandas obreras. La ideología panista despacha en el municipio de cananea. Se dice que el pueblo eligió como su diputado local en 1997 a Guillermo Padrés Elías, con 9 mil 468 votos, ¿qué hizo por problemas de los mineros? ¡Nada!; en el año 2000 fue electo diputado federal por el II distrito, con 68 mil 712 sufragios. ¿Qué hizo por los mineros en huelga? ¡Nada!; y el 2006, fue electo senador, con 411 mil votos, ¿Qué ha hecho éste hombre a favor del conflicto minero, durante su trayectoria como supuesto “representante popular”? ¡Por los mineros nada! Por Germán Larrea y el Grupo México ¡Todo! A favor siempre de la clase explotadora y sus privilegios; esa ha sido su trayectoria.
Las “victorias” electorales de que se ufana Guillermo Padrés son anti históricas y no pueden entenderse sino como producto de la democracia de mercado, la mercadotecnia electoral y el patrocinio de los intereses a los que sirve. Resulta inentendible que un considerable porcentaje de obreros mineros le haya otorgado su voto; si en Cananea tenemos la cuna de la Revolución Mexicana, de la misma tierra nació la contrarrevolución con el nombre de Guillermo Padrés. Como legislador del PAN, él ha luchado por la cancelación de las conquistas históricas del movimiento obrero, contenidas en la Ley Federal del Trabajo y el espíritu avanzado del artículo 123 de la Constitución, pues es un lacayo de los intereses del gran capital.
Ahora, el mismo Guillermo Padrés se presenta ante el pueblo como candidato a gobernador de Sonora por el Partido Acción Nacional. Los mineros en huelga, el pueblo de Cananea y los municipios sonorenses todos, están bajo la artillería promocional de un producto de mercado, que se pretende sea tan eficaz como para no permitir el razonamiento del pueblo en torno al origen de sus problemas. La derecha gobernante –desde Salinas el privatizador de la minera- hasta nuestros días, son el fondo del problema que afrontan los mineros de Cananea y todo México. La solución definitiva, es el arribo de un régimen progresista que sirva a los intereses del pueblo, que cancele la concesión y renacionalice la minera de Cananea.
¡Qué nadie gane más que el Presidente! Hace unos días, la Cámara de Diputados aprobó una ley para regular los salarios de los funcionarios públicos, fijando como tope de los mismos el salario que recibe el titular del Poder Ejecutivo. Con esta medida, los señores legisladores se quisieron robar un pedazo de gloria, querían recibir un aplauso del pueblo ante su dignidad. Es un paso positivo pero muy limitado, porque no resuelve el problema de fondo de la desigualdad social y la concentración de la riqueza. Se queda en una medida administrativa para regular los salarios de la servidumbre de las clases privilegiadas que han sido instaladas en el aparato estatal para beneficio de las mismas.
La medida sería plausible si se legislara para que nadie gane más que el presidente, pero incluyendo a todos los hombres de la iniciativa privada; es decir, una legislación diseñada no para frenar la avaricia de un sector de los mercenarios de la política, sino una ley general aplicable a todos los estratos de la sociedad, encaminada a evitar la insultante concentración de la riqueza en pocas manos. Una ley que distribuya la renta nacional en forma más equitativa entre las fuerzas productivas, como única alternativa real para combatir de fondo el crecimiento de la pobreza. Si los legisladores quieren obtener la gracia del pueblo y sentirse dignos, que comiencen por elaborar una ley para imponerle topes a la ganancia, igual que se hace con los topes salariales. Esto es, amarrar las ganancias privadas a los salarios. Si la iniciativa privada quiere ganancias dignas, que haya salarios dignos y remuneradores como lo consagra la Carta Magna; debe desaparecer la actual Comisión Nacional de los Salarios Mínimos para consagrar en su lugar una ley de salarios, reglamentaria del artículo 123 de la Constitución y la Ley Federal del Trabajo. Este primero de mayo es una fecha propicia para recordarle al régimen de derecha y a las clases opresoras, que los trabajadores de México ya no demandan “oportunidades”, lo que exigen es ¡justicia! En esta jornada histórica, clasista por excelencia, digamos: ¡Vivan los maestros del proletariado! ¡Vivan los mártires de Chicago, de Cananea y Río Blanco! ¡Proletarios del mundo, uníos!

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