sábado, 15 de noviembre de 2008

Recordando la historia

NOVIEMBRE, EL MES DE LA REVOLUCION MEXICANA
LA DIVISION DEL NORTE NO HA DESENCILLADO

Estamos a pocos días de celebrar el XCVIII Aniversario de la Revolución Mexicana, el movimiento social, político y económico más importante del siglo pasado. Una tradicional celebración arraigada en lo más profundo de la conciencia popular que sobrevive, aun contra los deseos de quienes quisieran haberla borrado de la historia por decreto. La conmemoración ocurrirá, como sucede desde que gobierna la derecha, en un marco histórico adverso, porque los enemigos de la Revolución Mexicana están en el poder, y el sector revolucionario del país está hoy en oposición al régimen de las fuerzas retardatarias que nos gobierna. Aun en esa difícil circunstancia, sabemos que la flama revolucionaria no se extinguirá y continuará alumbrando el camino a los combatientes de hoy y a las nuevas generaciones en su lucha por el porvenir.

Por esa razón, considero importante recordar y compartir con usted, que me hace el honor de leer estas líneas, una breve síntesis -por cuestión de espacio- que realicé con mucho esfuerzo, tratando de no alterar el sentido original, de una pieza oratoria del diputado Vicente Lombardo Toledano, pronunciada el 8 de noviembre de 1966, con el propósito de apoyar el Proyecto de Acuerdo para inscribir con letras de oro, en los muros del Salón de Sesiones de la Cámara de Diputados del H. Congreso de la Unión, el nombre del general Francisco Villa.

Decía el maestro Lombardo: "Hay dos maneras de examinar la historia de un pueblo. Una consistente en usar el método que podríamos llamar anecdótico, y la otra, empleando el método del análisis crítico de los hechos dentro del cuadro del desarrollo de las fuerzas que presiden la evolución de un pueblo y de un país. Hemos escuchado ya varios discursos llenos de anécdotas. Yo usaré otro método: el de examinar, críticamente; es decir, objetivamente; es decir, científicamente; es decir, técnicamente (aplausos), la figura de Francisco Villa dentro del momento en que aparece y se presenta en el panorama de México. Pero, como Villa no puede ser juzgado sin examinar la fuente de la cual apareció, es indispensable, ante todo, decir unas palabras respecto de los motivos que produjeron la Revolución Mexicana. Sin eso, sin recordar las causas del movimiento de 1910 no se podría llegar a conclusiones válidas. ¿Qué ocurría en 1910 en nuestro país?

"Se habían ido acumulando, como acontece con el discurrir histórico, una serie de fuerzas sociales que, cada una, desde su ángulo propio, trataban de cambiar la situación de México, la estructura económica, las relaciones humanas, la vida política y el pensamiento de los hombres. Una revolución se produce sólo cuando los antagonismos de las clases y sectores sociales antagónicos no se pueden resolver por la vía pacífica, y cuando a la clase social que se halla en el poder la reemplaza otra clase social más progresista. Mientras esos dos hechos no acontecen puede haber grandes conmociones políticas, pero no revoluciones.

"La segunda mitad del siglo XVIII había trabado de una manera imposible de resolver o de evitar por la vía pacífica, el desarrollo progresivo de México. Crecía la población, empezaban a aparecer las nuevas fuerzas productivas; pero no había, en la mayor parte de la población activa ningún poder de compra; no se podía formar el mercado interno nacional; no podían desarrollarse, con libertad y amplitud, las industrias; no podían, tampoco, las grandes masas rurales incorporarse por su voluntad y conscientemente en la obra de construir un país nuevo. Por esta causa, el obstáculo que unió a las clases y sectores sociales en una pelea que terminó siendo colectiva, vieron en la concentración de la tierra, en el latifundismo, el obstáculo que era indispensable destruir, si se quería abrir la puerta al desarrollo material de México, al desarrollo político y al desarrollo cultural.

Más adelante en su discurso, el maestro Lombardo señalaba que: "...Todos han dicho o recordado una verdad elemental: sin la División del Norte la Revolución no hubiera cambiado su cauce (aplausos); pero, sin la División del Norte, más sangre hubiera derramado nuestro pueblo que la que vertió; sin la División del Norte la Revolución se habría retrasado o se habría prolongado de manera trágica.

"Francisco Villa era como una fuerza de la naturaleza: vigoroso, implacable, duro, inconciliable con la traición y sanguinario; si las revoluciones no se han hecho nunca con flores, jamás (aplausos prolongados). Y el jardín nuestro estaba yermo hacía muchos siglos. Nuestra tierra había perdido ya su capa fundamental, que era la libertad humana. Para que volviera a florecer, era indispensable regarla. Y como dice Balzac: de todas las semillas que se depositan en el surco de la tierra, las que mejores frutos dan son siempre las semillas que representan la sangre humana.

“­­Eso era Villa, un huracán humano. Pero no hay ningún hombre que se lance a una lucha de esa magnitud sin que lo empujen factores, que son más importantes que todos los factores materiales; los factores de adentro, los sentimientos y las ideas, aún cuando estas se expresen de una manera incompleta o superficial. Un hombre, que frente a la traición era capaz de matar sin juicio previo, porque le bastaba el hecho comprobado de la traición, y que a muchos les parecía un crimen inaudito, era capaz de derramar sus lágrimas frente a la tumba de Madero o ante otros muchos acontecimientos (aplausos). Un Hombre que llora cuando es hombre no puede ser catalogado como un bandido ni como una fiera (aplausos prolongados). Pero se forjó la leyenda de Pancho Villa dentro y fuera. ¿Quienes hicieron esa leyenda de Pancho Villa el bandido? Las fuerzas sociales trituradas por la División del Norte: los latifundistas, sus aliados, el clero político, las capas sociales de intelectuales al servicio de la dictadura de Porfirio Díaz y, a la postre, los yanquis.

Más adelante, en su larga intervención señalaba: "...estamos, pues, juzgando una figura extraordinaria. Yo no soy afecto a los elogios hiperbólicos porque se convierten no en elogios, sino en juicios palaciegos infecundos y ruines. Pero si, la figura de Villa es de las grandes figuras de la historia de México. No diría: el guerrillero más grande que ha surgido en este país, porque hubo otro antes que se llamó, casi es inútil decirlo, José María Morelos (aplausos), y porque en la Reforma también surgieron guerrilleros geniales.

"...Esta tabla de héroes estaba incompleta. El movimiento revolucionario de México tenía una gran deuda con Francisco Villa, y nuestro pueblo también. Hoy se paga, en parte, esa deuda; no totalmente, porque la única manera de pagar totalmente una deuda, si se quiere y se reconoce que existe tal, es no formular loas a los personajes, sino cumplir su mandato histórico (aplausos prolongados). Al colocar el nombre de Francisco Villa se paga esa deuda en parte; pero también se adquiere una responsabilidad.

"Que los ánimos se serenen. Contra Carranza se podrían decir mil cosas, como las que vino a decir aquí el señor diputado Páez contra Villa. Contra Zapata, lo mismo; pero eso sería empequeñecer no a Villa ni a Zapata ni a Carranza. Sería empequeñecer al pueblo mexicano, en su conjunto. Este pueblo, que no ha cesado de luchar en ningún tiempo; que cuando permaneció, por impotencia circunstancial, callado, seguía acumulando hambre, odio y esperanzas.

"Por eso hemos dicho que la Revolución de 1910 es el tercer tiempo de una sola Revolución: la de Independencia, de la Reforma y la Revolución antifeudal (aplausos) y agrarista de comienzos de este siglo. Porque la Revolución, señoras y señores diputados, fue, es, y si ha de ser Revolución en el futuro, tendrá que seguir siendo un movimiento parcial; si, unilateral. La Revolución no se hizo para contentar a todos los mexicanos, sino para descontentar a algunos y para contentar a los más (aplausos). Y mientras no contentemos a las mayorías habrá movimiento revolucionario. El día que todos los mexicanos aplaudiéramos a la Revolución sin excepción, deberíamos, en lugar de aplaudirla, convocar a una misa de difuntos.

“Y hoy volvemos a decir que la Revolución Mexicana no está para contentar a la iniciativa privada, sino para contentar a las masas rurales hambrientas de México (aplausos, gritos), a la clase trabajadora y a la clase media (continúan los aplausos). Que la Revolución sigue siendo un movimiento popular unilateral, unilateral. Algunos la quieren enterrar, convirtiéndola en un movimiento de armonía. Eso no es posible. Otros la quieren enterrar, diciendo que ya pasó, y que hay que comenzar de nuevo, que hay que levantarse en armas en el acto, ahora mismo, en este país, a semejanza de lo que ocurre por ahí en el sur, en Guatemala, y que es necesario dar por muerta la Revolución y comenzar otra vez, haciendo caso omiso del pasado.

“Nosotros no compartimos esa opinión. Decimos que en cada pueblo se construye la vía propia para ir adelante; que respetamos las experiencias ajenas; que debemos ayudar, con todo a nuestro alcance, con todo lo posible, a los movimientos de emancipación, a los movimientos revolucionarios donde quiera que se provoquen; pero el camino de México está trazado. No podemos declarar cancelada la Revolución Mexicana, ni concluida. Nosotros no consideramos liquidada la Revolución y por eso aceptamos que el nombre de Francisco Villa viene a ocupar por derecho propio un sitio en este recinto (aplausos). Los que se opongan a ello, por espíritu pequeño de fracción, o por espíritu reaccionario encubierto de hipocresía y de fórmulas insustanciales, que sepan que la División del Norte no ha desensillado. (aplausos prolongados) ". Aquí termina la breve síntesis del discurso del maestro Vicente Lombardo Toledano, en la Cámara de Diputados, el martes 8 de noviembre de 1966
El estallido social de 1910 fue, como toda revolución, un movimiento unilateral. Nunca esperemos que las clases explotadoras honren la memoria de este gran acontecimiento histórico que pertenece a las clases laboriosas del país, por el contrario, su objetivo siempre ha sido el borrarlo de la conciencia colectiva. Nunca lo lograrán, porque la flama de la revolución es inextinguible y seguirá alumbrando las luchas libertarias y emancipadoras de las presentes y futuras generaciones.
Comentarios: gacetaproletaria@gmail.com; gacetaproletaria.blogspot.com

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