sábado, 9 de agosto de 2008

DE MANUEL BARTLETT A BEATRIZ PAREDES

LA INVOLUCION DEL NACIONALISMO AL ENTREGUISMO


Hablar de Manuel Bartlett y Beatriz Paredes, es hablar de dos personajes representativos de la involución ideológica que ha sufrido el Partido Revolucionario Institucional a partir de la llegada de la tecnocracia neoliberal y la derecha conservadora al poder. Estos dos personajes de la política son los exponentes más fieles, tanto del nacionalismo que abandonó las filas del tricolor como del entreguismo a las causas de la derecha manifestado por el nuevo PRI del siglo XXI.

Bartlett Díaz es el último sobreviviente que continúa enarbolando las tesis avanzadas del nacionalismo revolucionario y la consecuente política de nacionalizaciones; aquellas que hicieron posible la expropiación y nacionalización de la industria petrolera, las nacionalizaciones de la industria eléctrica, ferrocarriles y Teléfonos de México, entre otras. El político poblano es el representante del priísmo que se fue. Beatriz Paredes es el dirigente actual del tricolor, al cual se le ha denominado “el PRI del siglo XXI”. El hecho de colgarse apellidos después de sus siglas para indicar que son de este siglo, nos habla de la lucha generacional que se llevó a cabo al interior del partido, donde el hijo desobediente desconoció ideológicamente al PNR de Calles, el PRM de Lázaro Cárdenas y el PRI de Manuel Ávila Camacho.

La cúpula neoliberal que hoy gobierna al PRI, encabezado por la tlaxcalteca, están cansados ya de violentar sus propios documentos básicos, ahora están empeñados en adecuarlos “a la nueva realidad” y deshacerse de ese lastre que para ellos significa la filosofía del nacionalismo. Hoy tienen la necesidad de cortar su cordón umbilical y el hilo conductor que los mantenía atados ideológicamente al proceso revolucionario del siglo pasado. Les ha llegado el momento de la congruencia política, necesitan plasmar su conducta entreguista y colaboracionista con las causas de la derecha en los nuevos documentos básicos que surgirán de la XX Asamblea Nacional, próxima a realizarse.

El priísmo ha estado trabajando intensamente en todos los estados de la república en reuniones municipales, distritales y estatales, analizando los anteproyectos que la cúpula les ha presentado; están trabajando duro en la organización de su asamblea nacional de donde surgirá un PRI “ transformado y modernizado”. A buen entendedor pocas palabras; esto significa que los nuevos documentos básicos del tricolor explicarán ante la sociedad su unión conyugal con la derecha y su proyecto de gobierno.

Nadie más autorizado para hablar de lo que hoy sucede al interior del PRI que el propio Manuel Bartlett; un político profesional y de raigambre nacionalista que conoce las entrañas del tricolor desde su propia militancia que abarca varias décadas. Por ello, con la intención de ilustrar este artículo, transcribo textualmente una entrevista que le realizó el extraordinario periodista Miguel Reyes Razo, misma que fue publicada el pasado 22 de abril en los periódicos de la Organización Editorial Mexicana (OEM), en la cual se afirma lo siguiente.

“Grave, ceremonioso, solemne, el político Manuel Bartlett Díaz reveló: Enrique Jackson y compañía fueron el mayor escollo para mi desempeño como senador de la República. La fracción de mí partido -el PRI- en la Cámara alta, mi terco adversario. ¡Por defender la Constitución de 1917! ¡A la República! La soberanía y la dignidad de México que la cúpula del PRI de hoy desdeña y quiere hacer pasar por antigualla.

“¿Quién, qué mexicano puede estar tranquilo a esta hora? –Sondeó angustiado-. Ahí está el PRI en gesto “colaboracionista, entreguista” con el PAN. ¡Uf! ¡Arghhh! ¡Psch! Partido “bisagra”, le dicen. Y sus dirigentes que negocian en secreto para luego forzar a los legisladores a votar dócilmente. Cuidado con los coordinadores del PRI en el Congreso -alertó-. Casi un vigía desde el quinto piso de un edificio de la colonia Roma.

“Este libro llamado El petróleo y Pemex, Despojo a la Nación es, en rigor, la historia de una infamia. Lo escribí -con buenos expertos mexicanos- para ilustrar e informar a legisladores recién llegados al cargo, a mexicanos de bien, a patriotas. Lo hice por primera vez a la mitad de mi tiempo de senador de la República. Divulgué las intenciones de Ernesto Zedillo de privatizar por entero el sector eléctrico nacional, a la medida del deseo del Banco Mundial, ajustado a los intereses más perversos del extranjero.

“Dictaminé en contra, eché abajo la intentona de Zedillo. Fue una gran batalla. Estaba en ella cuando Carlos Salinas de Gortari me invita a desayunar en su bunker “oye Manuel, estás muy duro contra Fox”. Te equivocas, Carlos, le dije. Sólo defiendo la Constitución de 1917. No invento nada. Todo está ahí. Fue esa la única ocasión en que hablé con él desde que dejó la presidencia, estableció Bartlett.

La entrevista continúa con el político poblano: “Era tiempo de Fox. Pero la iniciativa de Zedillo estaba pendiente en el Senado. Por poco y la aprueban en su tiempo. Algo que no le dieron al PAN, y éste hizo berrinche, hizo naufragar la intentona. Zedillo se había propuesto reformar la Constitución para privatizar todo el sector eléctrico. ¡Todo, todo! Desde mi rango de la Comisión de Puntos Constitucionales -figúrate que fui profesor constitucionalista y de teoría general del Estado en la UNAM-, en un largo trabajo e intenso debate, la eché abajo.

“Nada avaro ni egoísta, decidí imprimir una suerte de diario de aquellas jornadas. Tres años de fragorosos combates, están aquí. Aquel acontecimiento demandó un debate técnico complejo y difícil. Tuve que viajar por todo el mundo, a Europa, a distintos países de América Latina. Importaba saber “in situ” cómo había operado la iniciativa privada, el gran capital transnacional, las privatizaciones del sector eléctrico, qué beneficio había logrado la población, y los pobres. Vi palpé, corroboré lo que ya por lecturas, informes y consultas sabía. La privatización del sector eléctrico había empobrecido al país, dócil al Banco Mundial. Los adinerados de las grandes empresas exprimían -como antaño, como siempre- a estos pueblos que ven como colonias.

Sigue hablando Manuel Bartlett: “Tomemos a España para fines de ejemplo. Cuando otro país de la Unión Europea -Alemania o Francia- se propuso adquirir el sector eléctrico de España y formuló una oferta magnífica, el jefe del Gobierno español, Rodríguez Zapatero, no dudó en atajar: “El sector eléctrico de España es estratégico, vital para el desarrollo de nuestro país. Y no se vende. A nadie. Es cosa de soberanía de España y no está en venta. No podemos poner nuestro futuro -su mera posibilidad- en manos ajenas. No, no y no”. Así defendió Zapatero los intereses de España. Contundente. Pero, ¡ah!, si nosotros los mexicanos argumentamos lo mismo, y más y mejor, entonces los súbditos de su majestad don Juan Carlos nos llaman antediluvianos, deschavetados, románticos, trasnochados, fósiles de la historia, obsoletos.

“Se mofan de nuestra idea de nacionalismo. Fingen carcajearse por nuestros afanes de soberanía. Llaman locura a nuestro afán de independencia. ¡Alto ahí! No hay país más nacionalista -y lo defiende a ultranza- que Estados Unidos. Hagan la prueba. Intente alguien comprar una industria estratégica en ese país. ¡Como no! A estas alturas -confió sombrío Bartlett- nuestro sector eléctrico ya está en manos extranjeras. Algo así como el 40 por ciento del consumo nacional ya se privatizó.

“Por el TLC de Salinas empresas extranjeras producen -con nuestros recursos- energía eléctrica que ¡ellos mismos exportan, venden a Estados Unidos! Correspondería a nuestra Comisión Federal de Electricidad hacer ese negocio, ¡imposible! Ahí está el negociazo. Lo hacen los extranjeros con nuestros recursos, nuestra mano de obra y en nuestro territorio. ¿Qué te parece? Y agárrate: la CFE hace la segunda renta nacional

Manuel Bartlett Díaz anda en sus buenos 72 años. Erguido, decidido, fuerte, sano, así batalla. ¿Aspira a dirigir al PRI? Quiero sacudir, estoy de moda. Por doquier hallo priístas inconformes con lo que ven que sucede en el partido. No hay líder en el PRI. Apenas una cúpula interesada en los negocios. Un grupo que hace años guía al PRI hacia una derecha inimaginable en otro tiempo. Priva desde los días de Carlos Salinas la idea del mercado. Vendase, remátese todo. Con su colosal fortuna, Carlos salinas mueve al país. No está sólo. Tiene en un puño al PRI, a su dirigencia. Recuerda, Carlos Salinas se alió con Fox en la repugnante ambición de destruir a Andrés Manuel López Obrador. Una villanía. Universitarios, grupos juveniles, ciudadanos sin partido me invitan, quieren saber, jalan conmigo…

El reportero pregunta: ¿Se reúne con el ingeniero Cuauhtémoc Cárdenas Solórzano? -Nos hemos visto, respondió resueltamente- El debe hacer cabeza en esta defensa por los energéticos, el petróleo nacional. Cuauhtémoc debe estar al frente, al margen del conflicto que vive el PRD. Y también debe estar, ya está, Andrés Manuel López Obrador… ¡Y yo! Y todos los que no queremos la entrega del país. Nada limita. Desde luego que hay miles y miles de mexicanos que quieren luchar. Es que nos venden la idea de que es necesario “globalizarlo” todo. ¡Fuera soberanías! ¡Al cesto de la basura toda esa palabrería hueca del “interés nacional”! Y a ver si Francia, España o Estados Unidos actúan así. Ya los quisiera ver. Tan desprendidos que son.

“Y llega Carlos Salinas y nos adormece con la teoría del mercado. Y Carlos Salinas se da a la tarea de estrangular, destruir, dividir, fraccionar a Pemex. Mi obra, el libro que escribí al término de la primera de las dos legislaturas que vive el Senado de la República, resume mi lucha por la energía eléctrica nacionalizada. ¡Y está fundada, Reyes Razo! La mía no es actitud sectaria, tampoco mito, pues así me tratan los que anhelan -y no pueden- derrumbarme. Esgrimo razones de Estado. Pruebo -sin dudas- que las privatizaciones energéticas devienen en beneficio de intereses transnacionales. No les dejan nada bueno a los países de los que se apoderan.

¿Cómo ve la política nuestra en este momento? -pregunta el reportero- La política en México se ha descompuesto terriblemente. La visión neoliberal la arruinó. Esa filosofía en que todo se reduce al valor del dinero, quién gana más. ¿Y la nación? ¿Y los valores? ¿Y la ideología? Hoy el PRI está secuestrado por una burocracia que lo ha “empanizado”. Carlos salinas da el primer paso en la pulverización del PRI, y de Petróleos Mexicanos. Paralelo al TLC destruye la empresa. Acaba con la petroquímica, las gasolinas y el gas, lo que es el negocio. Mata lo productivo. Continúan su obra Zedillo y Fox. Fox que parece compadre de Salinas. Y está ahora Calderón.

“Mi libro es un ejercicio de la memoria. Platico lo vivido. Narro lo que pasó. Examino todo lo que hoy nos ocurre. Y lo que nos puede acontecer obedece a un plan bien urdido por el Banco Mundial, el Fondo Monetario Internacional y el Departamento de Estado Norteamericano. The Heritage Foundation. La derecha. Y nos venden la idea de que urge, que es para ya, que es, en fin, i-ne-vi-ta-ble. Una notable reportera aguardaba. Y fotógrafos y camarógrafos también. “Te digo que estoy de moda”, jugueteó Manuel Bartlett, quien desde su ventanal observó el edificio Roma. Por último alertó de la acción de los coordinadores…Sí, verás. Ellos van por su lado, ellos tienen el control. Se apoderan, fuerzan voluntades de congresistas, los someten. Ellos negocian con el poder. En privado. A solas. Doran la píldora. ¡Y a votar!”. Aquí termina la entrevista realizada a Manuel Bartlett Díaz por el periodista Miguel Reyes Razo con su extraordinario y peculiar estilo.

De cara a su asamblea nacional, el Partido Revolucionario Institucional vive momentos definitorios largamente postergados; los nuevos documentos básicos que de ahí surjan serán la expresión oficial del grupo tecnocrático derechizado que gobierna al partido tricolor desde el salinismo hasta nuestros días. Por desgracia para nuestro país, las personalidades progresistas y nacionalistas como es el caso de Manuel Bartlett y otros, hoy están en la banca y relegados de todo puesto de mando. Esa desventaja del sector de avanzada, casi aniquilado, facilitará la concreción de la involución del nacionalismo hacia el entreguismo. El partido todo, su fuerza y su maquinaria, a favor del antinacional proyecto de la derecha.

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