lunes, 7 de febrero de 2011

LA REVOLUCION POPULAR EGIPCIA
Las revoluciones las hacen los pueblos. En Egipto ha estallado un verdadero movimiento libertario que se suma a las rebeliones populares que están incendiando al oriente medio, el neoliberalismo económico rapaz y concentrador de las riqueza está llevando a los pueblos al agotamiento extremo, el mundo se incendia y tal vez, lo único positivo de toda esta tragedia, sea que la luz que irradian las llamas estén alumbrando el camino de la liberación de los pueblos.
En este sentido, el Secretario de Relaciones Internacionales del Partido Comunista de Venezuela (PCV), Carolus Wimmer, denunció una conspiración de Israel, EEUU y sus aliados europeos para aplastar la auténtica revolución popular que se gesta en Egipto para imponer otro gobierno proimperialista. “En estos momentos, el pueblo egipcio clama por un cambio radical en su sociedad. Los comunistas se han hecho eco de esa exigencia y han pedido en un comunicado la convocatoria no a una simple elección presidencial, sino a una Asamblea Constituyente para refundar al país con una nueva Carta Magna y por ello, EEUU, Israel y sus aliados de la Europa capitalista, quieren aplastar la verdadera revolución en Egipto. Eso no podemos permitirlo los revolucionarios del mundo, tenemos que solidarizarnos hoy más que nunca con las luchas de nuestros hermanos árabes”, expresó el diputado Carolus Wimmer, Secretario de Relaciones Internacionales del Partido Comunista de Venezuela (PCV), al advertir sobre el complot mediático para minimizar la rebelión popular en El Cairo´´.
Existe un peligro inminente de que una legítima revolución progresista que se está produciendo, esté siendo diluida por los medios en complicidad con la burguesía apátrida. Es falso que se trate de la mal llamada “sociedad civil”, que salió a las calles convocada por las redes sociales. Los trabajadores y trabajadores lideran las manifestaciones y piden una constituyente y una transformación social en Egipto, explicó. Definitivamente, ni CNN, ni la BBC, ni ninguna trasnacional de la comunicación muestra ni comenta lo que está haciendo la clase obrera en Egipto; sólo mencionan a los líderes de una supuesta transición, que no se sabe si cuentan con el apoyo popular, para imponer mediáticamente un gobierno proimperilista que defienda los intereses de la burguesía.
Los medios silencian la participación de sectores revolucionarios; por ejemplo, no se ha dicho que los sindicatos y el movimiento obrero han paralizado las fábricas y la producción, pese a la represión, y se han puesto a la vanguardia de una verdadera rebelión popular. Sabemos que el Partido Comunista de Egipto (CPEgypt), exigió no sólo la salida de Mubarak sino que pide un cambio legítimo que sólo será posible con el establecimiento de un consejo de gobierno conformado por todas las fuerzas progresistas que tengan el respaldo del pueblo.
El CPEgypt ha señalado en un documento oficial de su Buró Político, que el nuevo gobierno debe satisfacer las demandas sociales y económicas de la ciudadanía, sumergida en la miseria por un régimen opresor y corrupto, y enjuiciar a los saqueadores de las riquezas de Egipto. Entre ellos, a Hosni Mubarak, cuya fortuna personal es calculada en 40 mil millones de dólares, según el diario alemán Suddeustche Setuní. También solicita juicio a los asesinos, genocidas y torturadores que ha reprimido las manifestaciones civiles.
El discurso del presidente estadounidense Barack Obama es una prueba incuestionable del respaldo de la Casa Blanca a la clase política dominarte en Egipto, que sólo pretende dar continuidad a la era Mubarak. La complicidad de Obama es evidente, no cuestiona al régimen de Mubarak, que sumió a los egipcios en la más profunda miseria, con un 30% de desempleo, sino que pide una transición pacífica sin condiciones para desmontar la revolución en marcha, destacó.
Existe el peligro de una intervención militar extranjera, si se da el caso que sectores progresistas de las fuerzas armadas se coloquen al lado del pueblo. De seguro tratarán de aplicar la doctrina de la guerra preventiva y la tesis del Estado fallido para justificar invasiones como en Haití y en buena parte de África y el espacio postsoviético. Israel hace presión diplomática para que sus aliados no se pronuncien contra Mubarak. Ya la canciller alemana Angela Merkel ofreció respaldo a Tel Aviv ante una posible “inestabilidad” en la región”. Las potencias protegerán los intereses hegemónicos de Israel en el Medio Oriente y evitarán a toda costa la constitución de un gobierno progresista. El llamado es a sumarnos a la defensa de la legítima lucha del pueblo egipcio por su liberación nacional. La solidaridad internacional de todas las fuerzas del porvenir en torno a nuestros hermanos que luchan por cortar las cadenas a una dictadura política, militar y económica, que se ha prolongado por 30 años, es una cuestión de supervivencia propia. Pronto nuestro pueblo, con 28 años sufriendo una dictadura similar necesitará del aliento y el apoyo moral de las ideas más humanistas de nuestro tiempo.

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