sábado, 29 de enero de 2011

EL PRIAN, NI SABE NI PUEDE.
Las apariencias engañan, si nos atenemos a lo que se ve en la superficie cualquiera puede pensar que la actitud ´´combativa´´ de la cúpula priista frente al gobierno panista tiene que ver con diferencias ideológicas de fondo, y todavía más, algunos hasta pueden estar convencidos de que el regreso del PRI a los Pinos es la solución a los grandes problemas nacionales que hoy vivimos. Humberto Moreira dijo ante los medios que el gabinete del Ejecutivo estaba integrado por ´´ninis´´ que ni saben ni pueden, Manlio Fabio Beltrones y Beatriz Paredes han dicho lo propio, coincidiendo en que Felipe Calderón no sabe ni puede gobernar.
Sin embargo, como dicen en mi rancho que la zorra no se ve la cola, los distinguidos priistas neoliberales sólo denuncian la cabeza del régimen y ocultan el cuerpo que la sostiene. Deliberadamente y con todo propósito se oculta que, de ese cuerpo del régimen neoliberal imperante, los denunciantes forman parte del sistema nervioso, circulatorio y de locomoción.
Sostener que el PAN no puede ni sabe gobernar es una verdad a medias, la verdad completa y rotunda es que, quien no ha sabido gobernar al país durante los últimos 28 años (1982-2010), es el PRIAN. Es decir, la fusión ideológica, política y programática entre el PRI y el PAN. La llamada ´´experiencia probada´´ en este largo trayecto de tiempo es que las acciones conjuntas de estas dos fuerzas políticas dominantes han llevado al país a la peor de las crisis en la etapa contemporánea.
Frente a la opinión pública intentan deslindarse de la actual catástrofe nacional lanzándose piedras unos y otros, hay pleitos internos entre ellos como en toda familia. Mientras la cúpula priista dice que el gobierno panista y el titular del Ejecutivo federal no saben ni pueden gobernar, la vena reaccionaria culpa al poder legislativo y al PRI de no avanzar en las supuestas ´´reformas que el país necesita´´.
No puede haber debate de altura entre los integrantes de estas dos fuerzas políticas porque sus diferencias no son de orden ideológico, todo el circo se reduce a los intereses de unos y otros sobre el usufructo del poder y sus canonjías.
Durante el proceso electoral de 2009, el panista y colaborador de OEM, publicó en sus artículos un interesante análisis comparativo sobre el contenido de las plataformas electorales de los partidos políticos. Centró su atención en el análisis de los documentos presentados ante el IFE por parte del PRI y el PAN, llegando a la asombrosa conclusión de que las plataformas eran casi idénticas en el fondo, y luego se preguntó porqué siendo tan similares era tan difícil ponerse de acuerdo en las cámaras legislativas para sacar adelante las supuestas ´´reformas de gran calado que el país requiere´´. De hecho aceptó que el aspecto ideológico y programático plasmado en los documentos es compartido por los dos partidos derechizados.
Dice el mismo Juan Antonio García Villa, en uno de sus más recientes artículos publicados por OEM que: ´´…el sistema político mexicano vigente desde 1929 y a lo largo de siete décadas, tuvo como elementos fundamentales la existencia de un Ejecutivo federal omnímodo y de un partido gubernamental creado para ganar por las buenas o por las malas…´´
Desde luego que el análisis de este ideólogo panista es sumamente parcial, pues el régimen neoliberal que sustituyó a aquel que critica es la máxima expresión del autoritarismo y la antidemocracia, desde cualquier lado que se le analice. Las acciones del actual régimen han resultado en sendas contrarreformas electorales excluyentes, mismas que han acotado el sistema de partidos con el propósito de eliminar el verdadero antagonismo ideológico que presentaban las organizaciones de corte clasista. Por si fuera poco, el sistema que defiende el panista por obvias razones, es el que perpetró los más escandalosos fraudes electorales de que se tenga memoria, como los de 1988 y 2006.
Como resultado de la etapa de la globalización neoliberal, que impuso su modelo económico y político en todo el mundo mediante el encumbramiento de los partidos políticos de derecha, en México, la dictadura del capital monopólico adquirió no uno sino dos partidos políticos para llevar a cabo su proyecto. Al criticado PRI hegemónico se le sumó la fuerza del PAN, resultando en una fuerza doblemente hegemónica, pero ya no para satisfacer al Ejecutivo federal sino a los intereses de la oligarquía dominante, de manera tal que, los dos partidos y el titular que habita los Pinos, se hincaron de rodillas frente a la supremacía del poder económico. La composición de este sistema político es similar casi en todo el planeta, y es el que ha llevado al mundo entero a la crisis que hoy padecen nuestros pueblos.
Ni en México ni en ningún lugar del mundo, serán los partidos neoliberales de derecha los que resuelvan los problemas de nuestra sociedad, porque son ellos los que los han creado, representan la negación del desarrollo de los pueblos, son el problema y no la solución. No será, en nuestro caso el PRIAN, el que distribuya la riqueza, el que imparta la justicia salarial y devuelva el poder adquisitivo, no será el que restituya la paz y la tranquilidad de nuestras familias. No serán los prianistas los que rescaten las tesis del nacionalismo económico y hagan de nuestro país una nación soberana e independiente.
En México sólo hay un camino que seguir frente a la sucesión presidencial de 2012, es el camino que alumbra con su linterna un hombre atacado y vilipendiado por todos los medios al alcance del poder económico y el estatus político vigente, es el programa alternativo de nación que enarbola Andrés Manuel López Obrador, el que representa la continuación de nuestra gloriosa experiencia histórica. La transformación tajante de nuestra realidad que él propone sólo la puede hacer nuestro pueblo en su propio beneficio, las revoluciones las hacen los pueblos, nunca las fuerzas al servicio del capital.

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