viernes, 17 de diciembre de 2010

ULTIMA COLABORACION DEL AÑO 2010
Estimados compañeros y amigos de este espacio, estamos por concluir el presente año y creo justo y necesario que los deje descansar de mi presencia en estas páginas por lo menos durante el puente vacacional; prometo regresar a tomar mis posiciones durante el transcurso del mes de enero de 2011, por supuesto, si lo permite el señor director de nuestro periódico.
Durante estos años que he colaborado en este medio escrito he procurado publicar mi dirección electrónica para que todo aquel ciudadano que lea los artículos pueda hacer uso de su derecho de réplica cuando así lo considere conveniente; siempre he considerado que la información debe ser de ida y vuelta, nunca debe considerarse a los lectores como sujetos indefensos ante lo que se escribe en los medios. Mediante el mecanismo de la dirección electrónica me escriben lo mismo compañeros de lucha y muy estimados camaradas que me nutren de información de primera mano, que adversarios ideológicos que están en su derecho de defender sus ideas. A los primeros les agradezco su solidaridad y cercanía ideológica en la batalla que compartimos, y a los segundos, les reconozco el tiempo que le dedican a leer estas líneas y el hacer uso de su derecho de réplica. Recibo la crítica como una manifestación de respeto a mis adversarios, dentro del marco de la diversidad ideológica y la batalla contemporánea de las ideas.
Se me critica muy a menudo que no soy imparcial, eso es cierto, nunca he procurado serlo porque no es mi objetivo de vida, este aprendiz de columnista es absolutamente parcial y clasista, porque procuro enjuiciar la realidad objetiva desde el punto de vista de la clase trabajadora a la que pertenezco y la filosofía revolucionaria del proletariado, por esa razón no cambio de opinión ni de bando, tampoco se escribir por encargo. Mi único compromiso es con la fidelidad a los principios, a una bandera y a una causa, con quien he contraído las obligaciones morales y políticas irrenunciables de defender en las líneas que escribo.
Estoy muy agradecido con el espacio que se me brinda en este periódico de OEM, Tribuna de San Luis, que dignamente dirige el joven pero de larga trayectoria periodística, Miguel Ángel Moreno Lago, del que me honro en contar con su amistad, porque además de las naturales críticas que recibo también me han permitido entrar en contacto con camaradas de lucha y correligionarios muy queridos. Recuerdo que un buen día por la mañana recibí una llamada telefónica, el que me hablaba era el hasta entonces desconocido para mí, Don Francisco Arriaga Ruiz, un locutor de larga trayectoria hoy jubilado, quien me comentó: ´´fíjese usted que yo me precio de tener un hermano que fue discípulo del maestro Vicente Lombardo Toledano y diputado federal por el Partido Popular Socialista en la legislatura de 1991-1994, mi hermano se llama Rigoberto Arriaga Ruiz, él vive en Culiacán, Sinaloa; por esa razón me identifico plenamente con lo que usted escribe y me daría mucho gusto el poder saludarlo personalmente´´. Naturalmente acepté y acudí a su casa invitado a tomar un café, desde esa fecha hasta hoy sigo cultivando una sincera amistad con él y su apreciable familia, desde aquí le mando un fraternal saludo.
Sin duda muchos temas quedaron pendientes de tratar en este espacio, tal vez algunos de ellos puedan ser tratados en el próximo año, por ahora permítanme hacer las últimas reflexiones del año que está por concluir. Un negro panorama para el pueblo ensombrece los días de jolgorio. El más reciente estudio de la facultad de Economía de la UNAM advierte que, en cuatro años de Gobierno calderonista se ha registrado la peor caída histórica del salario mínimo, la cual está por rebasar el 60 por ciento, un hecho que no se ve desde los años 40 del siglo pasado. Sobre lo mismo, la CNC afirma que la situación es mucho más grave en el sector rural donde el 37 por ciento de los 33.8 millones que lo habitan no recibe ningún ingreso, lo que comprende a 12.5 millones de personas, en tanto que el 25 por ciento recibe sólo un salario mínimo, representando casi 8 millones 450 mil habitantes.
Con este panorama es imposible ser feliz, no se puede llevar un bocado al estómago y disfrutarlo plenamente sabiendo del hambre y la miseria que azota a millones de compatriotas, siendo verdaderamente solidario con las causas del pueblo no se puede ser feliz en medio de tanta desgracia y desolación en que viven las masas irredentas, sólo los que viven en el individualismo egoísta que patrocina esta sociedad caduca podrán decir que viven felices.
Más que tiempo de jolgorios es tiempo de reflexiones. Los millones de mexicanos que no tendrán algo digno para llevar a su mesa durante estas celebraciones, los que andan con los pies descalzos y en harapos, los que viven en jacales de cartón, la indigencia que hace de la calle su residencia, los que duermen en la banqueta cobijados con periódicos, todos estos mexicanos pisoteados por la insultante opulencia de una clase social indiferente al dolor y la desgracia del prójimo tienen la obligación moral de levantarse, de erguirse, de ponerse de pie y luchar por transformar su amarga realidad. Y los militantes del sector progresista que ya están en su trinchera dando la batalla, los días de fin de año son propicios no para descansar sino para renovar el aliento y la fortaleza de las convicciones, tiempo de organizar el programa de lucha para el próximo año, la batalla por construir un país donde todos sus habitantes alcancen los beneficios de la civilización es inaplazable. Hasta el año próximo.

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