martes, 26 de enero de 2010

EL PRI PELEA EXCLUSIVIDAD EN LAS ALIANZAS CON EL PAN

Sin autoridad moral ninguna, distinguidos priístas se han lanzado en santa cruzada contra las publicitadas alianzas electorales proyectadas para los próximos comicios entre el PAN y el PRD. La plana mayor del ex revolucionario, actuando cual cónyuges heridos por la infidelidad del PAN ha sacado la casta ante la opinión pública reclamando la exclusividad en las alianzas con la derecha.
Según la óptica de los priístas ofendidos, el ya maduro matrimonio entre el prianismo, inaugurado en el amanecer del salinismo, debe ser inalterable, no admite los coqueteos de un tercer amante, representado en esta discordia conyugal por la izquierda desteñida de un sector del PRD, porque esto pone en peligro la institucionalización del prianato, que tan buen papel ha desempeñado como fuerza legitimadora de la dictadura oligárquica.
Hemos leído que, lo mismo Manlio Fabio Beltrones, Mario Marín, gobernador de puebla, el agudo analista político Eduardo Andrade, y una pléyade de priístas haciendo coro con su dirigente nacional, doña Beatriz Paredes, no han dudado en calificar las posibles alianzas PAN-PRD como negociaciones “contra natura”, dada la enorme diferencia entre sus respectivas plataformas. Tienen razón, entre otras cosas, por lo que apunta el columnista Eduardo Andrade, “las vinculaciones tácticas entre enemigos ideológicos conducen al sacrificio de una de sus partes, y todo indica que el PRD no tiene una carta fuerte en ninguno de los estados donde pretenden efectuar tan grotesco connubio. Así, el esfuerzo de quienes vislumbraron la organización de una izquierda viable habrá sido inútil ante el pragmatismo suicida en que se ha embarcado la dirigencia perredista; de ahí el valor de posicionar al PRI como una opción de izquierda hecha por su presidenta”.
Seguramente que el columnista referido hace alusión al discurso pronunciado en Boca del Río, Veracruz, el pasado 22 de enero, por Beatriz Paredes. La misma flamante dirigente tricolor que le exige a los diputados locales de su partido aprobar las leyes estatales antiaborto promovidas por el PAN, y cuyo retroceso histórico ya alcanza a 17 estados del país. Sí, la misma lideresa que cree engañar al pueblo con su doble discurso, la que en ese magno evento político sacó frases olvidadas de su desván para presentar su florido, como hueco y sin sustento, discurso ante los legisladores de su partido ahí reunidos.
En su alocución se atrevió a sentenciar: “nosotros somos progresistas, y si me permiten reivindicar un concepto de un gran mexicano, Adolfo López Mateos, nosotros somos de izquierda dentro de la Constitución mexicana”. Ya entrada en gastos siguió diciendo: “es momento no sólo de reivindicar nuestra estirpe independentista, nuestra raigambre revolucionaria, nuestra convicción política de cuidar la armonía, el diálogo con todas las fuerzas y la construcción progresista de la estabilidad del país, nuestra ideología de avanzada”.
De manera tal que, según lo dicho por Beatriz Paredes el PRI es de izquierda, y tenemos que también el PRD es de izquierda. Aquí habría que aclarar que estamos hablando del sector que comanda Jesús Ortega, que en su esencia representa la izquierda desteñida, colaboracionista, los “moderados” que no tienen empacho en comulgar con la derecha. Esto nos da como resultado que el PAN, como fuerza preponderante, hace alianzas con las llamadas “izquierdas”, llámense del PRI o PRD, en cada tiempo según convenga a sus intereses. Desde ayer hasta hoy, con el priísmo para imponerle al país los retrocesos políticos y económicos; hoy con el PRD, cometiendo adulterio al serle infiel al PRI, todo con tal de ganar más espacios.
Tan fraudulentas son las alianzas del PAN-PRD, como el discurso engañoso del PRI y su dirigente Beatriz Paredes, su florida pieza oratoria en Boca de Río hay que tomarla como lo que es, puras palabras que se lleva el viento. Más que el discurso, lo que define el perfil de un partido son sus hechos, ¡por sus frutos los conoceréis!
El caso es que, como dicen en mi pueblo que la zorra no se ve la cola, los distinguidos priístas no han reparado en sus propios pecados, deben lubricar más su memoria porque si ellos olvidan el pueblo no. Por lo menos durante las últimas décadas las alianzas entre el PRI y el PAN han sido de uso cotidiano, recordemos que las concertacesiones salinistas fueron el inicio de las santas alianzas; la privatización del ejido fue un fruto de la misma alianza; el desmantelamiento de la economía nacional, fruto de la alianza; la privatización de ferrocarriles, puertos, aeropuertos y carreteras, fruto de la alianza; la criminal política salarial, fruto de la alianza; el alza al impuesto del IVA, fruto de la alianza; la privatización de la seguridad social (IMSS-ISSSTE), fruto de la alianza; todas las excluyentes y antidemocráticas reformas electorales, fruto de la alianza; la legitimación de Felipe Calderón en 2006, fruto de la alianza; la reforma fiscal de 2009, que eleva los impuestos al pueblo y castiga sus bolsillos, fruto de la alianza. Amén.
Toda esa interminable letanía de alianzas entre el PRI y el PAN no son vergonzantes ni contra natura, como señalan los tricolores en el caso de las proyectadas alianzas que combaten. Los hechos han demostrado que tales conjunciones se han dado por identidad ideológica y comunión de intereses. Cuando el priísmo abandonó la ideología original que les dio sustento para aceptar el engendro ideológico que promueve el llamado PRI del Siglo XXI, el que cambió la revolución por la armonía, todo fue posible, y los resultados están a la vista.
No se puede entender el caos que vive el país en todos sentidos sin la participación del PRI, por eso, la perspectiva del pueblo de México frente a los próximos procesos electorales de este año y en los que siguen es, ni alianza con el PRI ni alianza con el PAN, porque éstas fuerzas políticas están claramente identificadas como custodios de la feroz dictadura oligárquica que padecemos. Es de una importancia insoslayable que cada mexicano adquiera la plena conciencia de su condición, para que ubique razonadamente a los enemigos del pueblo y pueda liberarse de su esclavitud. La tarea de nuestro tiempo es bien clara, hay que derribar el estatus de zozobra que nos ahoga, junto con sus lacayos.

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