sábado, 13 de febrero de 2010

LA PRETENDIDA REFORMA POLITICA DEL ESTADO
OTRO ESLABON DEL PROYECTO MÉXICO 2030

Es del conocimiento público que, desde que la derecha asumió el control total del poder en nuestro país en el año 2000 en la persona de Vicente Fox, los monopolios y el capital financiero junto con la derecha reaccionaria y la intelectualidad a su servicio, se pusieron a trabajar en un ambicioso proyecto de dominación a largo alcance denominado “México 2030”, cuyo contenido es una especie de programa de gobierno que cubre cinco sexenios consecutivos durante los cuales la derecha piensa gobernar, por lo menos. El pueblo conoce una parte de ese Plan, digamos, lo publicable, pero la parte medular de la estrategia y táctica junto con las “armas” de que disponen para lograrlo permanecen ocultas bajo siete candados.
Las fuerzas progresistas de México deben estar conscientes de que las fuerzas de la derecha no trabajan para resolver la coyuntura, sino a largo plazo. Por eso debemos tener cuidado al caracterizar superficialmente las pretendidas reformas que impulsa actualmente Felipe Calderón en todos los foros donde se presenta, porque éstas no vienen solas, no son ambiciones aisladas ni de generación espontánea, son eslabones de una correa de transmisión que empuja en una sola dirección a un conjunto de elementos que llevan el propósito de cancelar todas las conquistas históricas y borrarle a México el rostro de nación soberana e independiente.
Si juzgamos adecuadamente el golpe de Estado en Chile, contra el presidente Salvador Allende, en 1973; y el reciente golpe militar contra el presidente Manuel Zelaya, en Honduras, en octubre de 2009, y en general, todas las amargas experiencias acumuladas por nuestros pueblos, llegaremos a la conclusión de que la derecha fascista, actuando siempre como retranca de la historia, nunca ha descartado ninguna vía para hacerse del poder o para preservarlo.
Malo sería que los sectores progresistas cayeran en la ingenuidad al pensar que la derecha panista entregará el poder “civilizadamente” cuando el sufragio del pueblo no les favorezca. Los recursos de que disponen no se agotan en el ámbito electoral, lo vimos ya el 2006 y lo volveremos a ver seguramente el 2012; por lo mismo, si los partidarios del retroceso no descartan ninguna vía para lograr sus propósitos, las fuerzas de avanzada tampoco deben hacerlo. Nadie en su sano juicio puede pretender amarrarle las manos al pueblo y evitar su legítima defensa ante el atropello sistémico de que ha sido objeto a manos de la añeja dictadura neoliberal. Ponerse al frente del descontento popular o ser arrollado por el mismo; o interpretamos adecuadamente la realidad actual y el sentir del pueblo asumiendo nuestra responsabilidad, o preparamos nuestro suicidio político, no hay otra alternativa para las fuerzas que luchan por el progreso social.
Sólo puede haber un escenario en que el PAN entregue el poder “civilizadamente”, y éste sería en el caso de entregar el poder al PRI, saldando la factura por el servicio prestado durante la legitimación de Felipe Calderón el primero de diciembre de 2006. Pero esta no sería en modo alguno lo que llaman transición o alternancia, sino más bien la continuidad de la tragedia que vive México por otros seis años más a manos de la dictadura de derecha, que durante los últimos sexenios se ha valido de estas dos fuerzas políticas que responden en lo fundamental a la misma doctrina neoliberal.
La etapa en que en el PRI se daba la lucha de clases en su interior producto de su composición multisectorial quedó superada totalmente, en virtud de que los viejos cuadros educados en la doctrina original del nacionalismo revolucionario ya no representan fuerza alguna y no deciden en ningún aspecto. Se puede afirmar categóricamente que el PRI de hoy, de acuerdo a la acumulación de hechos que hemos observado, y aunque se diga lo contrario, es un partido definidamente de derecha, que comparte el poder con otro partido de derecha, el PAN.
Pues bien, los habilidosos cuadros de inteligencia al servicio de la oligarquía creen que han encontrado la fórmula perfecta para engañar al pueblo una y otra vez, despojándolo de sus aspiraciones. Durante la sucesión presidencial del año 2000 se engaño al pueblo afirmando que la supuesta “alternancia” entre el PRI y el PAN era la garantía para salvar al país y resultó en la prolongación de la tragedia; ahora, en la próxima sucesión de 2012, ante el caos y la zozobra generalizada que vive el país, el desgaste que ha sufrido el PAN en dos sexenios, y la ira popular desatada en su contra, los mismos genios de la plutocracia le están vendiendo la idea al pueblo que la solución a los problemas que vive el país es el regreso del PRI a Los Pinos. Y siendo dicha “alternancia” entre dos fuerzas gemelas ideológicamente, sería -nuevamente como en el 2000-, un traspaso del poder aterciopelado y sin mayores sobresaltos; cosa que no podía suceder en 1988 y 2006, porque el cambio sería verdadero, un salto cualitativo real, porque se disputaban el mando de la nación las dos fuerzas irreconciliables que se han enfrentado a lo largo de nuestra evolución histórica: vendepatrias y nacionalistas.
Todas las reformas que ha logrado instaurar hasta el momento la derecha –del PRI y del PAN-, y las que se pretenden seguir imponiendo a los mexicanos en los siguientes meses y años van dirigidas a lograr dos propósitos fundamentales. El primero, para hacer de la nación un botín en beneficio exclusivo de la oligarquía nacional y extranjera; y en segundo lugar, en el aspecto político, para preservar el poder por lo menos hasta el 2030, según lo han confesado públicamente.
Las cúpulas empresariales exigen que los “cambios profundos” que impulsa Calderón se concreten en este año 2010; se desgañitan por concretar las reformas de segunda generación para abrir aún más nuestra economía a las inversiones extranjeras; privatizar la totalidad de la industria eléctrica y petrolera, la educación pública gratuita y la seguridad social; reformar el artículo 123 Constitucional y la Ley Federal del Trabajo para imponer la mal llamada “cultura laboral” y lograr la sobreexplotación de la clase trabajadora. Iniciativas que por supuesto ya se están cocinando en el Congreso de la Unión, donde la derecha cuenta a su favor con el dominio brutal que ejercen las bancadas legislativas del PRIAN.
Con la correlación de fuerzas que domina en todos los poderes de la unión, lo mismo en el ejecutivo que en el legislativo y judicial, uniformados bajo la misma ideología retrógrada, no hay buenos augurios para los intereses del pueblo. Sin embargo y a pesar de la absoluta cerrazón del régimen plutocrático sabemos que muy pronto se desencadenarán los verdaderos cambios cualitativos que demanda la población con urgencia. Centenares de organizaciones políticas y sociales de toda la geografía nacional que no tienen voz dentro de la nomenclatura neoliberal se organizan ya para la disputa real por el poder; el propósito fundamental de los sin voz es rescatar al pueblo de la tiranía fascista y evitar que la derecha cumpla su objetivo de gobernar a México hasta el año 2030.
Contra la reacción política de la derecha y sus pretensiones hay que construir un Estado fuerte, motor de la economía, impulsor de la elevación del nivel de vida del pueblo. Un Estado que recupere para el país y a favor del pueblo mexicano, las empresas, recursos y riquezas, que la derecha neoliberal ha entregado al extranjero en los últimos 28 años. Un aparato estatal que maneje con sentido verdaderamente nacionalista y popular, la industria petrolera y eléctrica, ampliándolas y fortaleciéndolas; y frenando a la vez, la privatización amañada, descarada e ilegal de la que han venido siendo objeto por parte de los gobiernos federales priístas y panistas.
Un Estado integrado por las mejores fuerzas del campo democrático, que instaure un régimen de democracia nacional, que abra los espacios a la real participación política del pueblo y constituya un verdadero sistema de partidos, plural e incluyente, que le de voz a los sin voz, y que reduzca la sobre representación política de las clases dominantes. El mismo tema continuará la próxima semana.

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