sábado, 14 de agosto de 2010

LOS DIALOGOS INUTILES CON EL RESPONSABLE
Necesitado del aplauso de la sociedad y ansioso por reencontrarse con quienes piensan igual que él para repartir culpas, el todavía inquilino de Los Pinos convocó a diversos actores sociales y políticos a efecto de celebrar varios foros sobre las temáticas de la seguridad pública. Se pronunciaron en torno al tema intelectuales, académicos, iglesias, partidos políticos, el Poder Judicial, el Poder Legislativo y gobernadores de los estados.
Sin embargo, habría que preguntarse si alguien puede creer en la honestidad de la convocatoria, pues sólo cayendo a los terrenos de la ingenuidad o de la complicidad puede atenderse tal llamado para escuchar sus planteamientos. El supuesto ´´diálogo´´ es en verdad un monólogo que sobreexplota la presencia mediática de Felipe Calderón con el fin de justificar la ideología de su guerra contra el crimen y reafirmar ante la sociedad la idea de que vamos por la ruta correcta. A estas alturas del sexenio no hay indicio alguno de un cambio de ruta que reconozca las verdaderas causas sociales y económicas que detonan las conductas delictivas en amplios sectores de la sociedad.
El sistema carcelario ha sido rebasado totalmente como medio para contener el escalamiento de la violencia social. De qué dimensiones hay que levantar los muros de la cárcel que sea suficiente para albergar la totalidad de los ciudadanos que delinquen, si con el 98 por ciento que no pisa la cárcel por la famosa ´´impunidad´´ y sentenciando sólo al 2 por ciento, el actual sistema carcelario está sobre poblado.
Quienes afirman que es la ´´impunidad´´ la principal causa del delito, los que sostienen que el remedio es construir más cárceles, más cuerpos policiacos, profesionalización y mejor armamento, no han caído en cuenta que lo que piden equivale a alzar en nuestra nación un Estado fascista, represor de las manifestaciones de la desesperanza del pueblo. La ideología de la ultraderecha no busca las causas, las esconde, enarbola un profundo desprecio hacia el desbordamiento, ve como enemigos a vencer por las balas o con las rejas a todos aquellos que se atrevan a romper el podrido ordenamiento jurídico impuesto a rajatabla por la fuerza del totalitarismo neoliberal.
Cuáles son las causas fundamentales que nos han colocado en este nivel alarmante de desgarramiento de nuestra sociedad. Uno de los factores que influyen en el incremento de los delios según el CIDE, reconocido mundialmente, es el aumento del desempleo, especialmente si éste afecta a la población más joven. Otro elemento es el citado por el profesor Herbert Simon, Premio Nobel de Economía: Construcción de expectativas y frustración de ellas; lo jóvenes viven esta crisis y el desplome de sus deseos. Así, la incertidumbre se transforma en desesperación y de ahí, en conductas antisociales y delictivas.
Hay una asociación insoslayable entre desempleo y violencia. Felipe Calderón cerrará su cuarto año de gobierno con un déficit de 5.4 millones de empleos. Durante la crisis 2008-2009 se perdieron, de acuerdo con datos del INEGI y del Seguro Social, cerca de 900 mil empleos y sólo se han recuperado 550 mil, si diéramos por buenas las cifras de la Secretaría del Trabajo, por lo tanto ahí hay un déficit; a eso hay que sumarle un millón 300 mil jóvenes que se suman cada año al mercado laboral.
Y todavía hay más cifras que desmienten el dicho oficial de que ´´vamos por la ruta correcta´´: la población ocupada en el sector informal tuvo un fuerte aumento en el segundo trimestre del año, ya que, según cifras de la Encuesta Nacional de Ocupación y Empleo, 28.8 por ciento de la población ocupada se desempeña en esa actividad; es decir, 12 millones 859 mil 727 personas, lo que implica un incremento de 660 mil personas respecto al mismo período del año pasado.
Asimismo, el INEGI informó que la población desocupada aumentó de 5.2 por ciento en el lapso de abril a junio de 2009 a 5.3 por ciento al mismo período de este año, lo que implica que 120 mil 851 personas más no tienen empleo, así que la cifra total de desempleados ascendió a 2 millones 485 mil. Por si alguien faltaba por desmentir la ruta correcta de Calderón, la Iglesia católica se ha sumado ya al reconocimiento de que el narcotráfico y el crimen organizado se han convertido a estas fechas en la mayor fuente creadora de empleos; la errática política oficial deja un enorme hueco que es llenado mediante conductas antisociales e ilícitas.
´´Para morir mejor´´ debería ser el eslogan de la política calderonista. La cárcel o el exterminio a manos de las balas del Ejercito oligárquico, es el único camino que le queda a los miserables que por la vía ilegal tratan de resolver sus carencias; no hay que olvidar que, aunque se salgan del ordenamiento jurídico, ellos también son pueblo. Mientras tanto, la minoría más rica del país -10%- se apropia por medios ´´legales´´ del 50 por ciento del PIB, y no hay ley ni cárcel para los que roban la plusvalía de millones de trabajadores mediante la política del despojo, por el contrario, se les alzan altares y les rinden culto.
Bajo la óptica presidencial, hay que acabar con todos los delincuentes para que se acabe el problema de inseguridad que vive el país; es una política totalmente errónea que sólo puede ser inspirada por el menosprecio al pueblo. Ningún diálogo convocado por Calderón abordará la verdadera solución a los problemas que afronta el país, mientras la injusta distribución de la riqueza y la estructura económica sean temas prohibidos a tratar por la élite gubernamental. Felipe Calderón no tiene calidad ni estatura moral para convocar a nada, sencillamente porque es el responsable de la mayor tragedia que vive el país.

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